El consejo de Monte dei Paschi, el banco más antiguo del mundo, ya que fue fundado en 1472, decidió intentar recapitalizarse por sus propios medios y sacar adelante su ampliación de capital de 5.000 millones de euros.
El aumento deberá culminar antes del próximo día 31 de diciembre, según el plazo fijado por el BCE, que rechazó ampliarlo hasta el 20 de enero, tal como había solicitado la entidad toscana.
Monte dei Paschi, embrión histórico de las que luego fueran las futuras cajas de ahorro que durante siglos dieron un fundamental soporte al funcionamiento económico de los pueblos, comunicó que «el precio máximo confirmado» para la ampliación es de 24,9 euros, mientras que el precio mínimo técnico se ha fijado en 1 euro. En la actualidad, las acciones del banco cotizan en el entorno de los 20,8 euros en la Bolsa de Milán.
El 65% de la operación se destinará a los inversores institucionales, tanto italianos como extranjeros, mientras que el 35% restante se reservará para el público en general. Los actuales accionistas, entre los que se encuentra el Tesoro italiano, tienen preferencia en la suscripción.
La operación aún está pendiente de la autorización del Consob, el supervisor bursátil italiano, que aún no se pronunció sobre la reciente propuesta de Monte dei Paschi de convertir deuda subordinada en acciones e incluir en este canje a los inversores minoristas.
Evitar ayuda pública
Monte dei Paschi fue, el pasado mes de julio, el único banco que quedó por debajo de los valores mínimos exigidos a 51 entidades financieras europeas evaluadas por la Autoridad Bancaria Europea. Comenzó entonces un proceso de saneamiento de sus cuentas que comprendía la citada recapitalización y la venta de 27.700 millones en créditos morosos.
El banco toscano trabaja a contrarreloj para evitar solicitar ayudas públicas, una intervención que podría perjudicar a los tenedores de bonos, tal y como dicta la normativa de la Unión Europea que ha entrado en vigor este año.
Por otro lado, según Reuters, el nuevo Gobierno de Paolo Gentiloni estaría preparado para inyectar alrededor 15.000 millones en el sistema financiero italiano con el objetivo de solventar los problemas de capital tanto de Monte dei Paschi como de otros bancos del país.