El Banco Central (BC) de Chile publicó este jueves los resultados de su encuesta de expectativas económicas, los que está en línea con otras proyecciones de analistas y observadores. La gran mayoría de los encuestados estiman que el producto mensual medido por el Imacec crecerá bajo el dos por ciento durante estos últimos meses del año. Para noviembre, los consultados consideran que el producto mensual se expandirá un dos por ciento y 1,8 por ciento para el último trimestre del año. Punto más puntos menos, lo claro de estas estimaciones es que la economía chilena va cuesta abajo. Es muy probable que la expansión del producto nacional cierre el año estrechamente alrededor del dos por ciento.
A la encuesta oficial del BC se han agregado esta misma semana otros informes privados de grandes corporaciones financieras. El economista jefe del BBVA Research, Jorge Selaive, afirma en una entrevista al portal DF que los crecimientos mensuales de la economía chilena para el mes en curso y enero serán inferiores al uno por ciento, proceso ralentizado que se extenderá por todo el año. Selaive afirma que el crecimiento del PIB del 2016 será, incluso, más bajo que el 2015, lastrado por un enfriamiento general de la economía. Uno de los últimos datos duros es la fuerte caída de las exportaciones de bienes de capital. En noviembre cayeron un 22 por ciento, desplome que se explica por el freno a las compras en el exterior de vehículos de transporte de carga.
El jueves de la próxima semana la CEPAL presentará su informe con estadísticas y proyecciones para la región, un análisis ya adelantado en otros estudios y que muy probablemente ratificará el freno de corte recesivo que sufre Latinoamérica. Países como Venezuela o Brasil ya están abiertamente en este trance.
Otros informes independientes confirman la violenta caída de nuestras economías, empujadas a este barranco por el desplome de los precios de los commodities y la dependencia de los mercados externos, principalmente Asia y particularmente China. En esta dirección descendente, Latinoamérica cerraría el año con una caída del 0,7 por ciento, el peor desempeño desde el 2002, afirmó un informe del Barclay’s Bank, momentos en que el estallido de las punto com sacudió las economías de la región. La crisis de las subprimes no fue nada en comparación de la actual. En la oportunidad, el producto regional creció un 0,2 por ciento.
Los problemas que ahogan la economía chilena, que vienen básicamente de su dependencia a los mercados asiáticos y a China, se derivan en diferentes expresiones locales. De partida, menores ingresos en las corporaciones mineras con su inmediata consecuencia de despidos y cierre de faenas, las que, a su vez, se desbordan hacia otros sectores de la economía. El dato estadístico citado más arriba respecto a la caída de las importaciones de bienes de capital se relaciona con este fenómeno. El cierre y o recorte de actividades mineras reduce también la actividad de sus proveedores.
Hay otro factor detonado también por el descenso de los precios del cobre. La escasez de divisas extranjeras conlleva a un deterioro en el tipo de cambio, o un alza del dólar, impactando en los precios de todos los productos importados o con componentes importados, que son virtualmente todos. Una presión inflacionaria que no sólo afecta el costo de la vida diaria de la población, sino que obliga al BC a subir las tasas de interés para frenar el proceso inflacionario. Una decisión compleja, que llevaría a un mayor enfriamiento de la economía. Un complejo panorama en el cual ni el mercado ni el gobierno tiene mucho que decir y menos que hacer.