Hay un punto de coincidencia generalizada entre autoridades monetarias, gobiernos y especialistas respecto de cuatro factores clave que podrán determinar una recaída de la crisis: El agravamiento del desempleo (principalmente en EEUU y Europa) la no reactivación del consumo, la desaparición del crédito para la producción, y los interrogantes que persisten en caso de que los bancos centrales levanten los estímulos (planes de rescate) a bancos y empresas. A este panorama se suman los déficit (baja de la recaudación) y la inflación (que podría desatar otra crisis alimentaria a escala global).
Casi al final de enero, organismos financieros internacionales, gobiernos y analistas del sistema capitalista continúan advirtiendo sobre desfasajes y desbalances en el proceso de recuperación de la economía mundial cuya salud se encuentra en «pronóstico reservado».
En Japón, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió que los países desarrollados podrían «recaer en la recesión» si retiran demasiado pronto sus planes de estímulo para combatir la crisis financiera global.
El mercado bursátil de EEUU (la primera economía mundial) podría enfrentar problemas en 2010 debido a que los billones de dólares en estímulos monetarios y gastos gubernamentales han comenzado a agotarse en la mayor economía del mundo, según los especialistas.
En este escenario es probable que los bancos afronten pérdidas durante muchos años a medida que los embargos hipotecarios se acumulan y el mercado de bienes raíces comercial empeora.
Strauss-Kahn subrayó la importancia de encontrar una “estrategia de salida” viable para las medidas de estímulo económico y aseguró que estas no deberían retirarse hasta que la demanda interna se recupere totalmente.
“Alargar las medidas puede suponer un desperdicio de recursos, mientras que retirarlas demasiado tarde puede significar una recaída en la recesión”, aseguró el jefe del FMI, tras advertir que «una recaída en la recesión económica será más difícil de superar que la primera».
El director de FMI recordó, además, que altos niveles de desempleo (10 % en EEUU y Europa y 5% en Japón) pueden desembocar en “tensiones sociales” y una amenaza contra la gobernabilidad en democracia.
Strauss-Kahn fue terminante: Afirmó que la prioridad para el 2010 debe ser la lucha contra el desempleo, ya que en su opinión la crisis económica mundial no estará resuelta hasta que no se recupere el mercado laboral.
En su primer informe de previsiones económicas mundiales desde junio pasado, el Banco Mundial estima que la economía mundial crecerá un 2,7% en lugar del 2%.
Pero no obstante este pronóstico de crecimiento modesto, el banco pintó un panorama negativo para 2011 en adelante debido a que las condiciones crediticias siguen siendo duras y los gobiernos empiezan a retirar sus medidas de estímulo extraordinarios.
«Si el sector privado sigue ahorrando para recuperar sus finanzas, es totalmente posible una recesión en forma de W con ralentización (desaceleración) del crecimiento en 2011, especialmente al menguar los efectos de los estímulos fiscales», anticipó el BM.
LA FIESTA BURSÁTIL
Por otro lado, el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, señaló que la crisis financiera mundial finalizará en el 2013 y no este año como algunos estudiosos indican, y advirtió que se necesitan medidas urgentes para solucionar esta situación y una respuesta de todo el mundo al problema.
Stiglitz señaló que el «optimismo» (euforia ganancial) que impera en las distintas bolsas mundiales se basan en una supuesta reactivación económica solo evaluada por parte de los inversionistas (especuladores internacionales), pero el sistema financiero no depende únicamente de los factores económicos.
«Es normal que en Wall Street se hable del crecimiento global de la economía, porque eso vende acciones. Los economistas con quienes he hablado y con los que estoy de acuerdo, no piensan así. Todo lo contrario: afirman que el sistema financiero en este momento es mucho más frágil que antes de la crisis y supone un riesgo para una estabilidad duradera», indicó.
Por su parte, el experto en economía de la Universidad de Piura, Juan José Marthans, alertó sobre la probabilidad de una nueva ola recesiva en el mundo.
Trazando un diferencia con el FMI, Marthans cree que no se deben mantener por mucho tiempo los planes de estímulo, a fin de evitar un mayor desbalance fiscal, monetario y bursátil, advirtiendo que una gran burbuja de los metales ya se empezó a gestar. Esa burbuja tendrá que reventar en algún momento”, indicó el analista.
Actualmente, los grandes bancos de Wall Street (responsables de la crisis financiera) están ganando nuevamente cifras millonarias, pero no a través de préstamos a consumidores y empresas productivas, sino a través de compra y venta especulativa de acciones bursátiles y de la adquisición de instituciones quebradas a las que luego recapitalizan en la bolsa.
«En Wall Street, uno escucha hablar del retorno de la rentabilidad, el fin de la recesión y la necesidad de ‘estrategias de retirada’, dijo recientemente Lawrence Summers, asesor económico de la Casa Blanca. «Yo puedo asegurar que para la gente común, para quienes el desempleo sigue en aumento, la situación es muy diferente».
Sin embargo, los sectores no financieros no disfrutan de la misma recuperación, señala The Wall Street Journal.
Para acelerar la recuperación de los bancos, Markus Brunnermeier, el economista de la Universidad de Princeton, cree que los gobiernos deberían colocar límites mucho más estrictos sobre los dividendos en efectivo y los pagos de bonificaciones, que agotan el capital que los bancos necesitan para absorber las pérdidas y seguir prestando.
«La principal historia de 2010 en EEUU podría ser la reacción de la economía cuando el gobierno retire el respirador artificial. El consenso es que el sector privado tomará la batuta, pero los riesgos negativos para la economía a medida que la ayuda federal desaparezca son significativos», apunta The Wall Street Journal.
DESEMPLEO: LA CLAVE EN EUA
En cuanto a EEUU, la primera economía mundial (que arrastra como una locomotora al resto), repuntó a fines de 2009, pero tendrá un desempeño flojo este año y el desempleo seguirá por encima de 9%, según los economistas que participaron de la más reciente encuesta de The Wall Street Journal.
«Normalmente, mientras mayor es la recesión, mayor es el repunte», afirmó Paul Ashworth de Capital Economics. «Pero las recuperaciones tras las crisis financieras tienden a ser deslucidas, ya que las personas son precavidas y el crédito sigue siendo difícil de conseguir».
Por medio de los despidos laborales y la reducción del gasto social («ajustes»), que incrementan los niveles sociales de precariedad económica y de exclusión masiva del mercado laboral, bancos y empresas mantienen sus tasa de rentabilidad al costo de más desempleo y depresión de la economía real.
Según el Journal, EEUU eliminó 7,2 millones de empleos desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, la mayor contracción desde la Gran Depresión.
Incluso -afirma- si el mercado laboral comenzara a crear empleos con la rapidez que se registró durante el auge de los años 90, cuando se agregaron 2,15 millones de empleos en el sector privado por año, EEUU no recuperaría una tasa de desempleo de 5% hasta fines de 2017.
Según el Journal, a medida que avanza 2010, no queda claro si habrá suficiente demanda en la economía para generar un crecimiento significativo, en especial a medida que se desvanezca el estímulo fiscal y la Reserva Federal comience a retirar sus programas de emergencia durante el segundo semestre.
Los débiles datos sobre el empleo difundidos en la primera semana de enero, mostraron una pérdida neta de 85.000 empleos en diciembre, revelando que las firmas no tienen prisa por volver a contratar personal, incluso cuando la economía reanudó su crecimiento en el tercer trimestre de 2009 tras una feroz recesión.
El capitalismo industrial o comercial estadounidense, con el argumento de la «catástrofe económica» reduce «costo laboral» despidiendo empleados, reduciendo salarios y suprimiendo beneficios sociales, mientras «sobreexplota» la fuerza que queda ocupada. Achican otros gastos (e inversiones) de la producción para ganar lo mismo produciendo y vendiendo menos, lo que agudiza la recesión y genera más baja del consumo y despidos laborales.
Por su parte, el Estado norteamericano baja «costo social» por medio de la reducción del gasto público (salud, vivienda, educación, etc) para compensar la merma de la recaudación durante la crisis.
De esta manera, el sistema capitalista USA (Estado y empresas privadas) descarga el costo del colapso recesivo económico (la crisis) sobre el sector asalariado (fuerza laboral masiva) y la masa más desprotegida y mayoritaria de la sociedad (población pobre con limitados recursos de supervivencia).
Por medio de los despidos laborales y la reducción del gasto social («ajustes»), que incrementan los niveles sociales de precariedad económica y de exclusión masiva del mercado laboral, bancos y empresas mantienen sus tasa de rentabilidad al costo de más desempleo y depresión de la economía real.
En este proceso de «sobreexplotación capitalista» (que retrocede las conquistas sociales y sindicales a estadios inferiores) se explica el mantenimiento de la rentabilidad empresarial (ganancias capitalistas) mientras la economía real continúa desplomándose a causa del desempleo y la no reactivación del consumo.
EUROPA: EL DESEMPLEO Y EL ROJO FINANCIERO
En general, los desfasajes y la complicación de la «recuperación» de la economía de la UE (la segunda potencia económica mundial en bloque tras EEUU), pasan por los mismos parámetros de EEUU: Desempleo, falta de crédito, depresión del consumo y alto déficit (endeudamiento del Estado) producido por los «rescates».
En octubre, el desempleo de la Eurozona, integrada por 16 países, afectaba el 9,9% de la población activa, según datos oficiales.
El nivel de desocupación en noviembre es el más elevado desde agosto de 1998, indica Eurostat, que estableció registros para los meses anteriores a la creación de la zona euro, en 1999, a partir de los datos nacionales.
El índice de desempleo de la zona euro llegó por primera vez en noviembre pasado al umbral del 10%, una muestra de que los efectos de la crisis económica sobre el mercado laboral están lejos de haber terminado.
La desocupación tuvo un incremento constante desde la agravación de la crisis económica y financiera mundial en el verano de 2008.
En este escenario, que tira abajo la euforia oficial sobre la «recuperación», el Banco Central Europeo (BCE) prevé que la economía de la zona euro experimente un crecimiento «moderado» en 2010, pero advierte que esas perspectivas están sujetas a un elevado grado de incertidumbre. Además subraya que algunos de los factores que contribuyen a la recuperación moderada en algunos países son de naturaleza «temporal».
Los déficits presupuestarios (consecuencia de la desaceleración económica y baja de la recaudación) que se ensañan con las economías más débiles como Grecia, Irlanda, Portugal y España han obligado a los países más fuertes, liderados por Alemania, a pensar sobre un posible rescate de Grecia, si resulta necesario para apuntalar a otros miembros de la zona euro.
En general, la sombra de una insolvencia de pago generalizada (producida por los déficit y la baja de recaudación fiscal) hace temer un rebrote de la crisis financiera, no ya a nivel de los bancos y entidades privadas, sino a nivel de los propios Estados de la Unión Europea.
La incertidumbre que los analistas y las propias autoridades oficiales siembran sobre la «recuperación económica», los bajos niveles de crecimiento que exhiben algunas economías, la no reactivación del empleo y del consumo (los pilares básicos de la economía real), impulsan la caída del euro y tornan cada vez más difícil la colocación de deuda en los mercados financieros.
El euro pierde posición frente al dólar y se tambalea a medida que la preocupación por la deuda regional crece y se propaga por toda la eurozona desde Grecia, donde las promesas de austeridad y rigor fiscal no lograron calmar los temores de los especuladores a una insolvencia de pago generalizada y a un derrumbe en cadena de las economías más débiles encabezadas por España.
En resumen, y en un escenario marcado por una aún débil «recuperación económica» (de la que todos dudan), y con un aumento del déficit y de la desocupación en EEUU y en Europa (locomotoras del la economía mundial) , sin crédito y sin salida para el consumo (los motores de la reactivación económica), con déficit y procesos inflacionarios en ciernes, con la bolsas y las macro empresas y bancos cosechando ganancias multimillonarias con el regreso de la especulación en alta escala, se multiplican las posibilidades de una recaída de la crisis mundial.
Que esta vez puede llegar reciclada en el peor escenario: La crisis social, con su secuela inevitable de desempleo en masa, crisis alimentaria, y colapsos económicos acompañados de huelgas y estallidos sociales.
En suma, lo que anticipan «entrelíneas» expertos y las propias autoridades económicas mundiales.
El panorama para 2010
Efecto desocupación: EEUU y Europa pierden el control sobre la crisis
Cómo el capitalismo se salva a sí mismo durante las crisis
Variable de ajuste social: Quién es quién en la pirámide de la crisis
Los condenados del mercado y las claves del estallido social
Por Manuel Freytas (*)
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias.
Fuente: IAR Noticias 23-Enero-2010