La gran contradicción del gobierno francés

La eurozona a partir del tercer trimestre entró nuevamente en recesión, de acuerdo a la forma de definirla utilizada por su oficina de estadísticas (Eurostat), lo cierto es que ella ya se manifestaba con anterioridad

La gran contradicción del gobierno francés

Autor: Director

La eurozona a partir del tercer trimestre entró nuevamente en recesión, de acuerdo a la forma de definirla utilizada por su oficina de estadísticas (Eurostat), lo cierto es que ella ya se manifestaba con anterioridad.  La causa de la contracción reside en las políticas de austeridad impuestas en la región, muy criticadas por François Hollande durante su campaña para ser elegido presidente.  Si bien el gobierno que encabeza sigue hablando a favor del crecimiento económico los pasos que se dan van en dirección opuesta.  Desde luego suscribió el Pacto Fiscal en proceso de aprobación por la Unión Europea, sin introducirle ninguna modificación, en contra de lo que prometió reiteradamente.  El presupuesto 2013 tiene como eje central reducir el déficit fiscal en línea con las orientaciones de Bruselas y solicitó a un alto ejecutivo empresarial un plan de competitividad, que Hollande hizo suyo, proponiendo una reducción de los costos internos, los cuales la experiencia indica que habitualmente privilegian la precarización en las condiciones de trabajo.  Hablar de crecimiento imponiendo políticas de austeridad es lo que no se dio en la eurozona y puede lograrse solo en condiciones muy particulares.

Francia no puede seguir caminando sobre dos caballos que avanzan en dirección contraria. De una parte, hablar de crecimiento y de otra suscribir el Pacto Fiscal de la Unión Europea que apunta en la dirección contraria, ya que privilegia las políticas de reducción del déficit fiscal, que en la experiencia de la eurozona significó conducirla a una prolongada recesión. En este doble juego la economía gala siguió deteriorándose, proceso que ya se había iniciado, como lo muestra el largo estancamiento de su producto en los últimos trimestres de la administración encabezada por Nicolás Sarkozy.

A mediados de noviembre, el presidente François  Hollande en su primera conferencia de prensa semestral, confirmando este doble lenguaje volvió a sostener, como en su campaña para postular a la presidencia, que las grandes prioridades de su gobierno son el crecimiento económico y aumentar las tasas de empleo.  Al mismo tiempo, reiteró que París cumplirá con su compromiso de llevar el déficit fiscal al 3% del producto, en línea con su rúbrica al Pacto Fiscal de la Unión Europea, construido privilegiando disminuirlo a niveles muy bajos, incorporándolo como una norma obligatoria a la Constitución.  “Muchos pensamos –explicitó- que necesitamos más crecimiento.  Cuando España y Grecia se recuperen del todo será diferente.  La recuperación tardará, pero vamos a conseguirlo” (14/11/12). Repitiendo la misma esperanza expresada muchas veces por Bruselas desde que se puso en vigencia la contractiva política de austeridad.

“Estamos en pleno diálogo –enfatizó- para reformar nuestro mercado del trabajo y nuestra competitividad.  Si hay un acuerdo social –subrayó- sería histórico y permitiría encontrar un nuevo espíritu, una nueva colaboración entre las fuerzas productivas”.  En esa dirección reducirá los gravámenes a las empresas y si repite el camino seguido en España, Italia o Grecia debe disminuir los costos laborales, recortándose remuneraciones o prestaciones sociales.  En cuanto al país helénico llamó a respaldar los compromisos adquiridos por su gobierno con la troika, fuertemente resistidos en ese país.

El ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, hizo de inmediato público el plan de competitividad, recogiendo así el llamado del FMI a efectuar “reformas estructurales”. “El gobierno presidido por François Hollande –declaró a un grupo de corresponsales europeos- está listo para acometer reformas estructurales (…). Serán reformas –agregó- de un alcance histórico, algo que nadie ha hecho antes, y las haremos con un espíritu de justicia, sin el hacha, y negociando con los agentes sociales. No tocará el poder adquisitivo de los trabajadores –prometió- y beneficiaremos a las empresas recortando las cargas patronales. No sé lo que hará Moody’s, pero tenemos confianza. El Fondo dice que nuestra seriedad en materia presupuestaria no es discutible. Hemos recortado ya 7.000 millones en 2012 y 30.000 millones para 2013, repartiendo el esfuerzo en forma equitativa entre empresas, hogares y Estado. Vamos a seguir –recalcó- con Alemania en el camino de la reducción de los desequilibrios presupuestarios (…). La reforma laboral estará lista a principios del próximo año. Es el tema central de una gran negociación social” (11/11/12).

El primer ministro Jean-Marc Ayrault, fue más explícito de cuál pasó a ser el objetivo central de política económica.  Se requiere, manifestó, de “decisiones ambiciosas y valientes”, recalcando que la prioridad es “incentivar la inversión” y conceder a las empresas “espacio de maniobras” (15/11/12).  Para lo cual en el plan gubernamental se les concede una reducción impositiva ascendente a 20.000 millones de euros, alternativa explícitamente descartada durante la campaña electoral.

Buscando cuidar las formas, intentando vanamente no aparecer en contradicción con sus formulaciones previas procrecimiento, tanto el presupuesto 2013 como el plan de competitividad se suma a las políticas contractivas que de manera descarnada, a propuestas de Berlín, Bruselas y el FMI, se impusieron en otros países de la región. Elevará el IVA del 19,6% al 20%, que se propuso reducir, disminuye el gasto público, en diez mil millones de euros, recorta las cargas sociales con cargo al empresariado.  No se corresponde claramente con las promesas efectuadas.

Hollande recibe una intensa presión para que deje definitivamente de lado sus promesas procrecimiento.  “Desde hace seis meses y especialmente desde que (…) Alemania bloqueó en la última cumbre de Bruselas casi todos los acuerdos concedidos por Angela Merkel a François Hollande en la requeté histórica cumbre de junio –comentó El País-, los cañones están apuntando de nuevo sobre París” (11/11/12). Rápidamente los sectores de altos ingresos criticaron los aumentos de tributo  a los millonarios franceses propuestos en el proyecto fiscal del año 2013. Paralelamente, el ministro de Finanzas alemán encargó al comité de “sabios” que le apoya un estudio sobre la situación de la economía gala y sobre la intención de París a sumarse efectivamente o no a las políticas diseñadas desde Berlín y Bruselas.

“El mayor problema actual en la eurozona –afirmó en el contexto de esta ofensiva Lars Field, director del instituto Walter Encken de Friburgo, miembro del comité que asesora a Angela Merkel- ya no es Grecia, ni siquiera España e Italia: es Francia, que no ha hecho nada para recuperar competitividad y está yendo incluso en dirección contraria. Francia –enfatizó- necesita reformas en el mercado laboral, es el país del euro en el que la gente trabaja menos horas al año” (11/11/12).

El FMI encabezado por Christine Lagarde, exministra de Nicolás Sarkozy, hizo escuchar simultáneamente su voz en el mismo sentido. El informe sobre Francia, dado a conocer por el organismo internacional, advirtió que la segunda economía de la eurozona podría ser el capítulo siguiente de la crisis de la región,  “si no acomete un completo programa de reformas estructurales”, en línea con las preconizadas por el Fondo y Bruselas en los países sometidos a rescates. “La situación podría ser muy seria si la economía francesa –añadió- no se adapta al ritmo de sus principales socios comerciales, especialmente Italia y España, quienes, después de Alemania, han comprometido profundas reformas de sus mercados laboral y de servicios”.

Desde el otro lado del Atlántico se sumó el poderoso banco de inversiones Goldman Sachs definiendo la situación francesa  como de “incertidumbre”, pronosticando que su producto permanecerá estancado, que la caída en los niveles de actividad se manifestarán en 2013 “y espera magros avances del PIB no muy alejados del 0% hasta 2014” (11/11/12), coincidiendo así con el informe del FMI, que directamente propuso rápidamente efectuar “más recortes del gasto público”, superiores a los propuestas por el gobierno de Hollande en el presupuesto 2013,  pronunciándose también en contra de los aumentos de impuestos a las capas de más altas rentas afirmando que “ha reducido los incentivos para trabajar e invertir y ha puesto a Francia en una situación de desventaja respecto a sus pares”.  En concreto, se manifestó en contra de la principal propuesta de Hollande durante su campaña electoral e introducida en el presupuesto 2013 de establecer un gravamen de 75% a las rentas mayores al millón de euros, que en el debate parlamentaria se redujo, excluyendo a las ganancias del capital y limitando su aplicación solo a los años 2013 y 2014.

Goldman Sachs, antes de las elecciones presidenciales, recordó que las presidencias más reformistas de Francia en beneficio del capital  fueron las dirigidas por fuerzas políticas que denominó de izquierda. En esta dirección el gobierno socialista de Hollande encargó la elaboración de un pacto por la competitividad a un alto ejecutivo proveniente del mundo empresarial, Louis Gallois, propuesta que hizo suyo con pequeños alcances, que presentó un cuadro de la industria y la economía gala “extremadamente grave” (11/11/12), sugiriendo medidas para mejorarla, conducentes a mejorar la competitividad mediante una “devaluación” interna.  ¿Volverá a darse la misma experiencia del pasado rememorada por Goldman Sachs?

Por su parte, la revista británica The Economist tituló su análisis sobre Francia hablando de una “bomba de tiempo en el corazón de Europa” señalando que incluso podría estallar el 2013, destacando las repercusiones que ello tendría en la crisis de la región.

La calificadora de riesgos Moody’s se sumó a la campaña eliminando a Francia de la puntuación triple A, la más alta, posibilidad que ya había insinuado durante la presidencia de Sarkozy.  La razón principal fue por falta de competitividad en su economía, recalcando que lleva años efectuando “reformas estructurales mediocres”, y que cuanto antes debe resolver las “rigideces de su mercado de trabajo” (21/11/12).  En otras palabras demanda la precarización de las condiciones laborales, porque al concederse importancia a los contratos estables hace los “despidos particularmente difíciles”, conduciendo a “la erosión gradual de su base industrial basada en las exportaciones”.  El Frente de Izquierda convocó inmediatamente a una protesta frente a la sede de Moody’s, en que se expresó también el rechazo a la política de recorte en el gasto público.

Mientras tanto, la oficina estadística de la eurozona (Eurostat) constataba que la región se encuentra en recesión usando la metodología de que una zona o un país cae en ella si su producto se reduce en dos trimestres consecutivos con respecto al precedente.  La eurozona en julio-septiembre entró en esta situación por segunda vez desde que estalló la crisis financiera global a mediados de 2007.  En efecto, durante el tercer trimestre se contrajo en 0,1% y ya en el segundo lo había hecho en 0,2%.  En verdad, las cifras muestran que el conjunto de la zona euro no experimenta crecimiento desde los primeros meses de 2011 registrando un largo lapso de estancamiento con una caída de su producto  salvo excepciones, por lo menos hasta ahora, en general poco profunda.  La situación de Francia es en lo fundamental similar ya que después de crecer apenas 0,2% en julio-septiembre de 2011 experimentó un crecimiento nulo durante nueve meses consecutivos para volver en el tercer trimestre al mismo 0,2% de expansión.  Es decir, en quince meses experimentó un incremento promedio de 0,08%, lo cual no puede sino definirse como una recesión prolongada.

Eurozona: crecimiento trimestral 2008-2012

(Fuente: Eurostat.  Porcentajes con variación con relación trimestre anterior)

Trimestre % Trimestre % Trimestre % Trimestre %
2008,  I  0,5 2009,  II -0,3 2010,  III 0,4 2011, IV -0,3
          II -0,4           III  0,4            IV 0,3 2012,   I  0,0
         III -0,6           IV  0,4 2011,    I 0,6            II -0,2
         IV -1,7 2010,   I  0,5             II 0,2           III -0.1
2009,  I -2,8            II  1,0            III 0,1

Los antecedentes disponibles preliminares correspondientes al IV trimestre conducen a la conclusión que se produciría en la eurozona la mayor caída en los niveles de producción desde enero-marzo de 2009, particularmente por la contracción en el sector de los servicios que tiene un gran peso en el cálculo del producto regional.  Stefan Schneider, analista del Deutsche Bank, sostuvo que la economía alemana, “estará coqueteando con la recesión en los próximos meses”.

Por Hugo Fazio

El Ciudadano


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