Pérdidas de miles de millones de dólares y graves afectaciones a jubilados
El sistema previsional privado lo impuso la dictadura y ahora consta que es peor que el formato público, solidario y de reparto que existía a través del INP. Las pensiones son ahora tres o cuatro veces más bajas que con el esquema antiguo.
El sistema previsional privado, de capitalización individual, cumplió 30 años de operación en Chile, impuesto por la dictadura y sus economistas. Y los datos hacen más evidente que resultó un muy mal negocio para el país y para los chilenos.
Esta visión se consolidó cuando el diputado del Partido Por la Democracia (PPD), Felipe Harboe, dio a conocer -el 13 de octubre- que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) perdieron 25 mil millones de dólares entre abril y septiembre de este año. Esto representa un 18% de los fondos totales por ellas administrados.
La información provocó revuelo y rechazo. Expresión de ello fue que 18 senadores de diferentes bancadas firmaron un Proyecto de Acuerdo donde pidieron el retorno al sistema de reparto. Uno de los suscriptores del planteamiento, el senador Mariano Ruiz Esquide (DC) basó su posición en su creencia de que los ahorros y la jubilación de los trabajadores no pueden estar “manejados por terceros ni pueden estar sujetos a los vaivenes del mercado”.
En contraste, el presidente de la Asociación de AFP, Guillermo Arthur, dijo que “es completamente imposible no perder en una crisis” y, aunque reconoció las pérdidas, indicó que sólo eran de 9 mil millones de dólares.
Por su parte, el director del comité económico del derechista Instituto Libertad, Osvaldo Carvajal, consideró normales estas pérdidas y llamó a no generar revuelo. “Exaltar a la gente (por esto) es una exageración debido a la calidad del sistema que es reconocida internacionalmente”, sostuvo en entrevista con Radio Bío Bío.
Cabe señalar que el sistema de AFP surgió como alternativa casi obligada -en 1981- al estatal, hoy conocido como “sistema antiguo”. Este consistía en un régimen solidario o colectivo, de reparto. Fue gestionado entre 1924 y 1988 por Cajas de Previsión. Desde 1988 hasta el 2010 fue administrado por el Instituto de Normalización Previsional (INP) y actualmente por el Instituto de Previsión Social (IPS). En la actualidad forman parte de este sistema aquellas personas que se resistieron -en 1981- a ser trasladadas al nuevo sistema, a pesar de las presiones que ejercían funcionarios de la dictadura de Augusto Pinochet. Hay que recordar que la implementación de las AFP no corrió, por disposición de la tiranía, a los miembros de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
El ex senador de la Democracia Cristiana, Ricardo Hormazábal, señaló a la web de El Ciudadano que los trabajadores fueron “engañados” por las AFP cuando estas se originaron a principios de los ochenta. Aseguró que las jubilaciones son tres o cuatro veces inferiores a las que otorgaba el INP.
Hormazábal, quien actualmente es presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Servicios Previsionales de AFP y Entidades Afines, hizo alusión al hecho de que el principal impulsor del sistema de AFP, el otrora ministro del Trabajo, José Piñera, prometió que las pensiones de los jubilados por el nuevo sistema, con un 4% de rentabilidad anual, equivaldrían al 70 % de las remuneraciones de los cotizantes al momento de jubilar.
El ex parlamentario aseguró que esta promesa no se cumplió. Dijo que si se siguiera la lógica de José Piñera y se asumiera que es verdad lo que asevera la asociación de AFP, en el sentido de que la rentabilidad promedio del sistema privado en los 30 años de operación es de un 9,6%, “los afiliados a las AFP tendríamos que obtener una pensión del 140% de nuestro sueldo”. Pero afirmó que eso está lejos de ser así.
Según el estudio “La Gran Ilusión. Perspectiva de rentabilidad de los fondos AFP en el largo plazo” (Cenda, julio de 2010), “la supuesta elevada rentabilidad que estos últimos prometen no es sino una gran ilusión, puesto que no se condice con los rendimientos de largo plazo de los mercados financieros”. Sus autores, los economistas Manuel Riesco y Francisco Durán, aseguraron que desde el inicio de la actual crisis, en julio de 2007, hasta junio de 2010, las AFP perdieron un tercio de todos sus fondos.
Según se señaló en el estudio “Resultados para sus Afiliados de las AFP y Compañías de Seguros Relacionadas con la Previsión: 1982-2008” (Cenda, 2009), las AFP y sus compañías de seguro relacionadas obtuvieron como ganancia, en forma de primas y comisiones, uno de cada tres pesos cotizados por los afiliados desde 1981 hasta ahora. Los dos tercios restantes, según esta fuente, fueron prestados a grupos económicos en forma de capital accionario y créditos.
En la columna “Ventolera Polar hace tiritar a las AFP” (17 de julio 2011), Manuel Riesco planteó que la inviabilidad de este sistema obligó al Estado a financiar las pensiones del 60 por ciento de las personas de menores ingresos “a quienes las AFP no les dan nada”. Hacía alusión al hecho de que, tras la promulgación en 2008 de la Ley N° 20.025, que reformó el sistema de pensiones, el Estado asumió que el sistema de AFP no era capaz de entregar pensiones a la mayoría de los cotizantes. Fue entonces que se hizo cargo de las pensiones de la población con menores ingresos.
Riesco aseguró que “si se terminara hoy con las AFP -como han hecho Argentina, Bolivia, Hungría y Polonia en el último año- y se restituyeran al Estado las cotizaciones previsionales, el resultado sería un excedente fiscal superior a los tres billones de pesos anuales (unos seis mil millones de dólares)”.
GRAN ESTAFA
Las pérdidas obtenidas este año no sólo se explican en la crisis económica mundial, sino que en malas decisiones de las propias administradoras.
Según denunció la revista Panorama News, en 2009 la multitienda de retail La Polar, obtuvo del banco BBVA un préstamo por $53 mil millones (105 millones de dólares). La Polar no pagó la cuota de agosto de 2010, lo que alertó al banco respecto de la insolvencia de su acreedor. Sin embargo, BBVA emitió bonos de La Polar por $100 mil millones (200 millones de dólares). Una filial de BBVA, la AFP Provida, compró el 26% del total de estos bonos. Lo mismo hicieron otras AFPs y compañías de seguros.
Es decir, AFP Provida, que es la más grande de Chile, invirtió en La Polar grandes sumas de los fondos de pensiones a su cargo, sabiendo que estaba imposibilitada de pagarle. La compra del bono fue articulada por la agencia de valores del propio banco BBVA y emitida con la finalidad de pagar el préstamo adeudado al banco propietario de la AFP.
Cabe considerar que La Polar hizo noticia en mayo pasado al anunciar que sus acreedores con grave riesgo de incobrabilidad bordeaban los 400 millones de dólares. Poco después debió reconocer que esta deuda se había originado en créditos otorgados a personas humildes -muchas veces cesantes- a sabiendas de su insolvencia. El sistema de AFP poseía 600 millones de dólares en acciones de La Polar, lo que equivalía al 24% de su valor. Esto les supuso pérdidas por cerca de 300 millones de dólares.
Sin embargo, estas pérdidas no afectan a los propietarios de las AFP sino que únicamente a los trabajadores que cotizan en este sistema. De ahí la liviandad con que manejan los recursos a su cargo. Es por esta deficiencia del sistema que el senador independiente por la Región de Magallanes, Carlos Bianchi, presentó, en julio pasado, un proyecto de ley que busca que las AFP compartan las pérdidas cuando estas se generen.
El proyecto ni siquiera fue puesto en tabla para su discusión. Esto se explicaría, según señaló Bianchi a La Tercera, en el fuerte cabildeo que hacen las AFP.
Las pérdidas de las AFP y el escándalo BBVA-La Polar pusieron en cuestión al conjunto del sistema. Tanto es así que El Mercurio publicó, el 16 de julio de este año, el editorial La Polar y las AFP. Allí señaló que «los departamentos de estudios de las AFP, que analizan los mercados, suelen estar formados por profesionales jóvenes, con conocimientos teóricos de finanzas, pero sin experiencia en mercados reales”.
DISCRIMINACIÓN A LA MUJER
El sistema de AFP es perjudicial para todos sus afiliados. Pero lo es más para las mujeres. En el antiguo sistema, hombres y mujeres que jubilaban a su respectiva edad legal de retiro, con el mismo sueldo y número de años cotizados, obtienen pensiones idénticas. Sin embargo, en el sistema de AFP la pensión del hombre es un tercio superior, a pesar que ambos tengan igual fondo acumulado al momento de jubilar.
La diputada Cristina Girardi señaló que el sistema de AFP “es extremadamente discriminatorio e injusto”. Fundamentó: “Si las mujeres renuncian a su derecho legal de jubilar a los 60 años y se retiran a la misma edad que los hombres (65), las pensiones de ellos resultan aproximadamente un sexto superiores, aunque tengan fondos iguales”.
La causa de esto es que al privatizarse el sistema de pensiones se cambió la forma de calcular las pensiones, al introducirse la variable esperanza de vida como un factor determinante. Dado que las mujeres viven en promedio cinco años más y jubilan cinco años antes que los hombres, su fondo de pensiones debe financiar más tiempo. Como resultado de esto, los pagos mensuales son inferiores.
Girardi subrayó que la Corte Europea de Justicia prohibió, en febrero de 2010, que las compañías de seguros consideren el género de las personas como un factor de riesgo al momento de calcular las primas o beneficios asociados a sus productos. Este fallo supuso un espaldarazo para las mujeres chilenas que presentan diversos recursos ante tribunales chilenos por discriminación.
Una de ellas es la profesora jubilada por el sistema de AFP, Patricia Garzo, quien el 6 de enero de 2011 presentó un recurso de protección en contra de la Superintendencia de Valores y Seguros y la AFP Planvital. El fundamento: el hecho que la jubilación que ella recibía por el sistema de AFP, era 30% menor que la de un hombre jubilado con el mismo fondo acumulado.
Garzo, quien contó con el respaldo de la diputada Girardi y sus colegas Hugo Gutiérrez y Gabriel Silver, acusó al Estado de causar dicha discriminación al privatizar el sistema de pensiones. En su escrito, que fue preparado por los abogados Carmen Hertz y Álvaro Toro, afirmó que el Estado sigue promoviendo esta discriminación al obligar a usar las tablas oficiales de mortalidad al momento de calcular las pensiones en el sistema de AFP.
La profesora Garzo demandó que el Estado corrija esta situación y repare a las mujeres afectadas por ella.
En el escrito judicial de la profesora Garzo no sólo se evidenció la discriminación de género, sino también la gran diferencia entre los montos de las jubilaciones que otorga el sistema antiguo en relación con el nuevo. Se expuso el caso de la profesora Vilma San Martín Ramírez, que se jubiló, tras 38 años de trabajo, por el sistema antiguo. Ella obtiene una pensión mensual de $ 899.941 pesos.
Esto contrasta con lo ocurrido con su colega Berta Rosas Mayorga, que en 1981 se cambió al sistema de AFP y hoy recibe una pensión de $ 336.873. Ambas mujeres trabajaron en colegios públicos con remuneraciones muy parecidas y jubilaron al mismo tiempo. Mientras la jubilación de la primera es hoy muy similar a su última remuneración, la segunda, en cambio, recibe menos de la tercera parte de su último sueldo.
El recurso de protección de la profesora Garzo fue rechazado por los tribunales chilenos. La demandante anunció que demandará a Chile ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Por Francisco Marín
Ilustraciones: cerroestudio.org
El Ciudadano Nº113, primera quincena noviembre 2011