El continente aún pugna por definir su rumbo y las elecciones presidenciales en países como Ecuador el próximo 2 de abril ayudarán a definir el panorama. Mientras tanto, las potencias de Sudamérica como Brasil y Argentina han adoptado un vuelvo a la derecha y el neoliberalismo tardío con el arribo de Michel Temer y Mauricio Macri, respectivamente, al máximo cargo.
La situación económica en Argentina es una clara muestra del lineamiento ideológico que posee la actual administración de Macri, donde a pocos meses de asumir implementó un paquete de medidas que no hizo más que beneficiar a los sectores más concentrados y los empresarios cercanos al nuevo gobierno.
Apertura desregularizada de importaciones en ciertos sectores de la producción, quita absoluta de retenciones a la minería y la agricultura, condonaciones de millonarias deudas del sector privado, suba desmedida de servicios básicos como la luz, gas y agua, entre otras. De esa manera, los sectores medios y bajos de la población son los que más acusaron recibo de esta nueva orientación económica, donde algunos gremios, como el docente, vieron disminuido su poder adquisitivo en más del 30%.
Los sectores medios y bajos de la población son los que más acusaron recibo de esta nueva orientación económica en Argentina, donde algunos gremios, como el docente, vieron disminuido su poder adquisitivo en más del 30%.
En este contexto, no es casualidad que para el próximo 6 de abril la Confederación General del Trabajo (CGT), máxima organización gremial de Argentina, haya convocado al primer paro general contra la administración de Macri. El mal humor y descontento social fue quien terminó de definir la fecha del primer acto concreto de la cúpula sindical contra las medidas de ajuste.
Sin embargo, el gobierno de la alianza Cambiemos en Argentina sigue su rumbo y este viernes se cerrará el llamado «sinceramiento fiscal», también denominado por algunos medios como «amnistía fiscal». Allí, se espera que Argentina desbanque a Italia, que hizo aflorar 102.000 millones de dólares en 2009, y subirá a lo más alto del podio internacional. Brasil, con 53.000 millones de dólares, quedará en un distante tercer lugar.
Tal como señala El país de España, Macri logró este objetivo con la inminente caída del secreto bancario y la persecución de aquellos contribuyentes argentinos que intenten defraudar al Fisco. A partir de septiembre, Argentina comenzará a intercambiar información tributaria con 55 países, entre ellos varios paraísos fiscales.
En esa dirección, en 2018 se le sumarán algunas de las guaridas favoritas de los evasores locales: Suiza y Uruguay. Sin embargo, lo que pocos dicen es que este exitoso «sinceramiento fiscal» también beneficia a los propios familiares y amigos cercanos de los funcionarios. Sin ir más lejos, el propio Mauricio Macri quedó salpicado en los «Panamá Papers».
Lo que pocos dicen es que este exitoso «sinceramiento fiscal» también beneficia a los propios familiares y amigos cercanos de los funcionarios. Sin ir más lejos, el propio Mauricio Macri quedó salpicado en los «Panamá Papers».
Así entonces, Argentina plantea dos caras de la misma moneda en su situación económica: por un lado se muestra liberal y abierto con los sectores más concentrados de la economía. La quita de retenciones, impuestos y la condonación de deudas acompañada del sinceramiento fiscal no hacen más que mostrar una flexibilidad y generosidad que para el resto del pueblo no existe.
Actualmente, muchos gremios están luchando por arreglar las paritarias de cara a este 2017 y no volver a perder poder adquisitivo como ocurrió en el 2016 en el primer año de gestión macrista. Los docentes, por ejemplo, luchan por obtener un aumento cercano al 30% (teniendo en cuenta la inflación pronosticada para este año), mientras que desde sectores de Cambiemos se ofrecen cifras cercanas al 20% y en 5 cuotas. Muchos afirman, con ironía, que ojala el gobierno de Macri hubiera sido tan rígido para negociar con los Fondos Buitres y no con los docentes de la escuela pública.
Por Gustavo Yuste
@gusyuste