La doctrina de liberalismo extremista que Abdallah Al-Dardari apadrinó (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: ex-vice-primer ministro para la Economía y ex-Ministro de Economía sirio y hoy “exiliado” en Beirut), fue minando la estabilidad de la economía siria y acabó amenazando la cohesión social. Dicha inestabilidad propició el clima favorable a la crisis actual de Siria.
La doctrina intenta, hoy, aplicarla ese mismo hombre -artífice de la misma y usado en los pasillos de organizaciones mundiales- por medio de exponer y de imprimir determinadas políticas económicas “para el periodo del día después”. Los actores económicos mundiales obran para convertir, a la Siria pos-crisis, en un Estado exhausto, que estuviera plagado de deudas, pensando así en empujarla hacia las privatizaciones y a la pérdida de su Soberanía Nacional.
A finales de julio de 2010 se emitió un informe “de seguimiento a la implementación del Décimo Plan Quinquenal en Siria”, estando informe y Plan bajo dirección y patrocinio de Abdallah Al-Dardari, quien era entonces vice-primer ministro para asuntos económicos y presidente del equipo económico gubernamental. Al-Dardari fue contrario al informe que elaboró la coordinadora de planificación del Estado, y que incluía datos en torno a los resultados de esas políticas económicas y en torno a las repercusiones sociales de las mismas.
Por eso, Al-Dardari re-editó el informe en su forma oficial publicada, poniéndolo “en concordancia” con aquello que él había previamente divulgado como conquistas y resultados. El informe “definitivo” pintaba la cara positiva a las políticas económicas liberales que se practicaron durante los años de ese maldito plan, en contra de las directrices pautadas por la dirección política que había resuelto virar hacia la economía social de mercado. Al-Dardari aprovechó la novedad de dicho uso conceptual y la susceptibilidad de manipulación que el concepto “economía social de mercado” presentaba, teniendo en cuenta la debilidad teórica económica “de mercado” (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: en cuanto a experiencia) de que adolecen las personas responsables en las organizaciones económicas y de los medios de prensa. Así pues, Al-Dardari les hizo creer a éstas que las decisiones e implementaciones aperturistas y liberalizadoras efectuadas en materia de política económica, lo eran con vistas a construir una economía social de mercado.
Su objetivo, en cambio, era la realización de otro plan que llevara a debilitar el papel económico del Estado, así como a entregar las directrices del proceso económico al sector privado, bajo la supervisión y dirección por parte de organismos financieros mundiales cuyas sucursales estaban instalándose en el país y que estaban inaugurando bases de datos e informes económicos sin quedar sujetos a inspección ni tener que rendir cuenta.
Los esfuerzos de dichas manipulaciones entroncaban con los esfuerzos que hacían los representantes de la Unión Europea con objeto de adherir la economía siria a la economía mundial y empujarla a pertenecer a la asociación euro-mediterránea, con la excusa de que, si Siria quiere pertenecer a la llamada “comunidad internacional”, no hay otro camino ante ella. Simultáneamente, se empujaba a Siria a “obrar por” llegar a ser miembro de la Organización Mundial del Comercio y se declaraba la intención de hacer de Siria plaza de inversión extranjera, ¡hecho que supuestamente debía acelerarle al país los horizontes del Desarrollo y el progreso!.
La consumación de sueños en realidades económicas
Volviendo al informe de Al-Dardari, hallamos una magnificación de logros por medio de los números y los datos económicos, sirviendo así al objetivo pretendido: hacer realidades un conjunto de sueños que velan la vista a la realidad económica y social.
Pero lo más peligroso que el informe contenía -la extraña proclama de éxito para el Décimo Plan Quinquenal en lo que respecta a “transformar el sentido de la economía siria” y en “completar el proceso de transformación”- mostraba a su vez este éxito con lo que Al-Dardari llamó la llegada de la economía a un “punto de no retorno”. Con este plan, no sólo estaba secuestrándose el presente de la población, sino hipotecándose su futuro al imposibilitar una perspectiva de mejorar su situación. El plan “ignora” la transformación social correlativa a la transformación económica, y añade transformaciones políticas con consecuencias sobre movimientos políticos y sociales. Lamentamos que los responsables de entonces no se dieran cuenta de la profundidad de las transformaciones que nos llevaron a ese citado “punto de no retorno” (llamado, en alusión al propio Al-Dardari, Al-dardariet), es decir, al punto que precedió a las protestas.
Desestabilizar a Siria tocando la tecla de la Economía
Se diga lo que se diga de la conspiración que realmente ha llevado a Siria hasta las cuotas de destrucción, muerte y diáspora habidas ya, sin duda que “el resorte oculto” de lo ocurrido y pasa ha sido la arremetida de conspiración que se inició con el inicio del efecto ejercido por estas políticas económicas y sociales sobre la economía y la sociedad.
Lo más importante que se puede decir de esto es que la aplicación del proceder liberal más extremista imprimido por los consejos y recomendaciones de las misiones económicas occidentales, acompañado de malversación y corrupción, dio como consecuencia la inestabilidad económica y la amenaza de la paz social.
Así fueron consumados los pilares de “un caldo de cultivo social para el riesgo”, hecho que alimentó a los vientos takfiritas (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: secta ultra-reaccionaria del sunnismo wahabí con que los agentes sobre todo saudíes del sionismo y del Imperialismo anglo-yankie han estado intoxicando a elementos lumpen en Siria, a una muy limitada minoría popular y a elementos pequeñoburgueses y de la burguesía comercial). Este mismo hecho agencial interno vehiculó los intereses exteriores para convertir a Siria en plaza de conflicto mundial sin más horizonte que el de la destrucción, y alejando a Siria de cualquier papel que pudiera desempeñar con independencia.
Al-Dardari “Rey del día después de la crisis”
Quien ha diseñado, planificado y patrocinado la ejecución no deja que se escapen las cosas de su mano, pues él, desde el primer día, pensaba en el día después. O sea, pensaba en cómo va a rentabilizar, lo ocurrido, ya en el periodo posterior a la crisis.
Y Al-Dardari, fabricado en los pasillos de los organismos internacionales, y quien lideró aquella etapa económica que preparó el clima apropiado a la crisis, devino el más brillante en exponer y ejecutar las políticas económicas para el periodo del día después. Su misma puerta de entrada fue preparada de la mejor manera, pues él mismo se retiró de la dirección directa de las nuevas políticas económicas liberalizadoras dado la evolución de los acontecimientos, pero sus padrinos exteriores lo pusieron en un lugar que le facultara volver a la economía siria en el periodo post-crisis.
Pues se le puso en un puesto en la UN-ESCWA (United Nations-Economic and Social Comission for Western Asia, organismo de la ONU radicado en Beirut) a fin de que pudiera, desde un lugar cercano a la capital siria, seguir en contacto con los acontecimientos en este país, así como, desde el mismo Beirut, con la burguesía comercial siria y con los mercenarios, además de con las instancias de decisión y de fabricación de las políticas globalizadoras y regionales (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: La ONU lo puso en la ESCWA en septiembre de 2011, seis meses después de haber sido cesado por el Gobierno sirio como Ministro -11 de marzo-, su oficina cerrada y haber huido de Siria).
Podía, también, seguir en contacto con grupos de estudiosos e investigadores creados por él, mientras trabajaba con los organismos internacionales en aquel entonces presentes en Siria para aprovisionarse de investigaciones y datos con los que actualizar sus conocimientos e informes, aconsejando a su vez la publicación de los últimos en los medios internos de Economía.
Desde esos organismos mundiales se dibujaba el futuro de la zona, incluida Siria, por medio de programas llamativos prefabricados con astucia. Y, desde el primer día de tomar posición en su nuevo trabajo de Beirut para ese organismo mundial y regional, éste ha sido el eje de sus relaciones con los grupos opositores, conspiradores y saqueadores del dinero y las riquezas de Siria a través de organizaciones políticas y sociales ubicadas en Beirut con extensión en el Golfo y mundial.
Lo cierto es que, lo importante en sí, no es la persona de Al-Dardari, porque él es un medio que se había utilizado anteriormente, habiendo demostrado su éxito en el plan de llevar a Siria y a su economía al “punto de no retorno”. Y ahora le utilizan para preparar la etapa posterior a la crisis por medio de hacer una gran propaganda a su proyecto conjunto para Siria, que parte de aprovechar el estado de la economía exhausto, formulando un proyecto de reconstrucción por medio de políticas económicas neo-liberales y acabar privatizando la economía.
El nuevo proyecto de Al-Dardari
El proyecto expuesto por Al-Dardari, que fue preparado minuciosamente, comprende los siguientes ejes:
La reconstrucción necesita inversiones de 60.000 millones de $.
El Estado no dispone de liquidez para esa necesidad.
El sector privado puede llevar a cabo la reconstrucción e inversiones en infraestructuras: energía, electricidad, transportes, sanidad y puertos.
Para conseguirlo, son necesarias condiciones adecuadas de inversión -según dice Al-Dardari-, que deberían consistir en un nuevo contrato social garantizado por el compromiso por parte de Siria, así como una nueva Constitución que permitiera una “economía competitiva” (suma de “experiencia” y de “justicia”). Se trataría de la economía de mercado, que garantizara el crecimiento económico y puestos de trabajo. ¿Es esto así?.
Si la situación económica anterior a la crisis, todavía se caracterizaba por la intervención del Estado sirio en economía, y se define por la fuerza económica que comporta la inexistencia de deuda externa en Siria, entre otros factores, vemos que Al-Dardari pretende inundar el país con deuda externa, a fin de garantizar ese “no retorno” de Siria a su potencia y Soberanía Económica.
En una situación como la actual, sería supuestamente “obligado” recurrir al Banco Mundial, que patrocinaría el nuevo periodo y participaría en subyugar el país al endeudamiento y a sus condiciones de préstamo y de devolución, garantizando así la liberalización económica del comercio y de los precios. El Estado sería así objeto de debilitamiento, llegándose a un gobierno de mínimos que posibilitaría la corrupción, además de aceptar la dominación exterior y garantizar los intereses foráneos. El Pueblo y las capas pobres, al mismo tiempo, no tendrían otro remedio que obedecer después de haber sido el país extraordinariamente debilitado por la llamada “crisis”.
Lo más peligroso en el plan Al-Dardari sería dar al sector privado (interno y extranjero) la función de construcción de infraestructuras, especialmente la energía, el transporte, la electricidad, la sanidad y los puertos. Pues las infraestructuras son fundamentales -la base de la economía nacional y de la articulación de ésta. Las infraestructuras son el signo substancial para todos y cada uno de los signos de la fuerza del Estado y de su dominio del camino del desarrollo económico y social. Por tanto, la dominación sobre las infraestructuras es considerada la piedra angular para dominar también las decisiones políticas y económicas del Estado.
El Estado sirio, a lo largo de su Gran Marcha nacional, ha detentado la propiedad real sobre sus proyectos e infraestructuras, y los ha dirigido. Por eso, en el Proyecto Al-Dardari, correlativo a los acontecimientos producidos e impuestos contra Siria, uno de los puntos fundamentales es que los monopolios transnacionales lleguen a dominar las infraestructuras, por medio de la llamada “asociación”, es decir, “consorcio” del hipotético nuevo Estado con el sector privado; tapadera de las transnacionales. De la propiedad real nacional y de la dirección estatal, se pasa a una propiedad real empresarial privada, sea siria o extranjera.
En efecto, el proyecto se había empezado a aplicar, como pudimos ver en los puertos de Tartous y de Latakia, además de algunas fábricas. Pero este plan se ha derrumbado porque el Estado sirio derogó esas “reformas”, al haberse dado cuenta de la conspiración tramada contra la economía nacional. Un factor importante que puede citarse, es la relación directa entre este proyecto y la pérdida de la Soberanía Nacional, especialmente en lo que hace referencia a puertos, aeropuertos e industria estratégica (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: productora de Medios de Producción, transformadora de Factores de Producción, alimentaria, petróleo, vestido, comunicaciones, etc.).
Debemos insistir en que es necesario mantenernos alerta y no permitir el paso de planes que pretenden abrir las puertas que la Línea de actuación gubernamental ha cerrado con su dirección sobre los acontecimientos en materia de Política Económica. La Línea de actuación (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: rectificación respecto de la Línea errónea “liberalizadora” anterior) ha puesto al descubierto a los enemigos de Siria. Y por ende ha descubierto las políticas económicas que se le habían impuesto a Siria y que habían conducido a una situación explosiva, posibilitando a la conspiración extranjera tener sus pies en reclamaciones y reivindicaciones populares (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: así provocadas por esa conspiración misma).
El problema no es substancialmente la financiación y la inversión, sino cómo éstas quedan o no quedan englobadas dentro de un marco político nacional, y cómo se materializan y en favor de los intereses de quién (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: es decir, la cuestión central del carácter de clase y del carácter popular o antagónico al Pueblo). El problema es cómo reconstruimos nuestra economía salvaguardando nuestra independencia económica y nuestra Soberanía Política. El problema es quién liderará la reconstrucción y quién decidirá, qué fracciones económicas llevarán el peso y si el Pueblo llevará el peso, respecto de una reconstrucción que servirá a sus intereses.
La financiación puede asegurarse en base a los recursos nacionales, a repatriar los capitales fugados y a terminar con la corrupción y con los elementos corruptos. Puede asegurarse, así mismo, con un sistema de impuestos justo y con una dirección económica transparente y efectiva. Puede asegurarse, además, de lo que reporte la inversión nacional en los recursos naturales, especialmente en los yacimientos recientemente descubiertos y no prospectados todavía.
Por último, hay un papel principal, en la reconstrucción de Siria, para los amigos de Siria (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: el autor No se refiere, por supuesto, a los auto-denominados “amigos de Siria”, formalizados en la Reunión de Túnez bajo capitanía de Hillary Clinton). Citamos especialmente a dos organismos -el BRICS y el Grupo de Shangai-, sabiendo que cada uno de estos organismos ha creado un Banco de Inversión, que posibilita a Siria controlar y verificar los mecanismos de relación con los países integrantes a fin de garantizar la reconstrucción bajo condiciones favorables, incluidos los proyectos de Desarrollo.
Termino el artículo con dos observaciones:
1ª. No hallamos en las consignas de ninguna de las “oposiciones sirias” un proyecto en favor de la economía y sociedad sirias. Esto llama a preguntar, cómo han podido adherirse, a las oposiciones armadas, algunos opositores maximalistas, tenidos supuestamente por “de izquierda progresista”, después de que se hubo secuestrado, a cuenta de intereses exteriores, el proceso de protestas, que formulaba peticiones justas (NOTA DEL TRANSCRIPTOR: intereses tanto unilateralmente extranjeros como también de la burguesía comercial siria vende-patrias instalada en el extranjero).
2ª. Cuando observamos las actuales huelgas y manifestaciones en las calles de Europa -y últimamente en Turquía-, en protesta por las políticas económicas y financieras, ¿no debe darnos esto una lección que puede servirnos a la hora de dibujar nuestro futuro económico?.
Autor: Munir Al-Hamsh, DIARIO AL-AKHBAR (Líbano)
Traducción castellana de Manibal Sarkis
Notas de Tamer Sarkis Fernández
Munir Al-Hamsh
Artículo publicado el 11 de junio de 2013 en:
AL-AKHBAR (diario libanés)