El Gobierno británico quiere poner freno a un problema que ya ha costado a los hoteles españoles 60 millones de euros. Se trata de las falsas intoxicaciones que denuncian turistas británicos que pasan sus vacaciones en hoteles españoles para conseguir indemnizaciones y que el veraneo les salga gratis. Ante la amenaza de subir los precios a los británicos o incluso de vetarlos, el Gobierno de Theresa May plantea abaratar la vía judicial para los turoperadores, que ahora suelen pagar para no afrontar largos y costosos procesos en los tribunales.
“Nuestro mensaje a todos aquellos que hacen reclamaciones por falsas enfermedades es claro. Sus actos son perjudiciales y no los vamos a tolerar”, declaraba este pasado domingo el ministro británico de Justicia, David Lidington, en una nota emitida por su departamento. Por otro lado, la edición dominical del tabloide The Mail citaba a la primera ministra diciendo que “los veraneantes que respetan las normas no deberían pagar más por su merecido descanso estival por las reclamaciones falsas que están haciendo subir los precios”. Y añadía: “Empezaremos cerrando el vacío legal para que los turoperadores puedan defenderse sin afrontar enormes gastos”.
Actualmente, los requisitos para presentar este tipo de reclamaciones son prácticamente nulos: no hace falta ni un parte médico y hay un plazo de hasta tres años. Los despachos de abogados han visto un filón, habida cuenta de que, ante un proceso judicial largo y costoso, los turoperadores suelen pagar la indemnización sin demasiada lucha. Según The Mail, estos despachos incluso animan a los turistas a presentar reclamaciones falsas, en ocasiones en los propios hoteles españoles. El diario muestra incluso fotos de una ambilancia en Tenerife con la leyenda «Claims Clinic» (clínica de reclamaciones).
En la nota del departamento de Justicia, se anunciaba una reforma para limitar y fijar de antemano las costas del proceso judicial por estas reclamaciones, de modo que los turoperadores no rechacen por sistema la opción de pleitear. Esos costes, además, serían recuperables en caso de ganar el caso. Con ello prevé frenar las denuncias falsas. Además, lanza un aviso para navegantes: los que presenten reclamaciones fraudulentas se enfrentan a penas de hasta tres años de cárcel. En sus declaraciones, May recordaba estas penas, añadiendo que «dará un paso más para frenar los fraudes que están haciendo subir el coste de las vacaciones familiares y dañando la reputación británica en el extranjero».
Los timos por estas falsas intoxicaciones han costado a los hoteles españoles, a los que los turoperadores trasladan el coste de las indemnizaciones, 60 millones de euros en el último año, que es cuando se ha detectado el fenómeno, según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), que trasladó recientemente su malestar a los turoperadores británicos. El Gobierno británico admite que desde 2013, estas reclamaciones han aumentado un 500%, algo que no pasa en otros países. Ante dicho panorama, el sector turístico español amenazaba ya con elevar los precios a los turistas británicos o directamente vetarlos de algunos destinos.
Los estómagos «más delicados del mundo»
Recientemente, el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson comentó que los sistemas digestivos de los británicos se habían convertido en “los más delicados del mundo”. El responsable de un turoperador británico declaró a la BBC que los turistas británicos corrían el riesgo de ser el “hazmerreír” de Europa, ya que acudían a los mismos hoteles que los franceses, alemanes o daneses y comían en los mismos restaurantes y solo ellos sufrían intoxicaciones.
Abta, la asociación que agrupa a agencias de viajes y turoperadores británicos, ha dado la bienvenida a la iniciativa gubernamental. Su consejero delegado, Mark Tanzer, ha declarado a la BBC que “las reclamaciones falsas están manchando la reputación de los turistas británicos en el extranjero, particularmente en España, donde están costando a los hoteleros millones de libras”. Por ello, celebra los esfuerzos para detener a las firmas de abogados que “se benefician indebidamente de estas falsas reclamaciones”.
El mes pasado, los directores de los turoperadores Tui y Thomas Cook advirtieron de que si el problema continuaba, podría acabar con los paquetes de todo incluído para los turistas británicos. “El fenómeno podría arruinar a los hoteleros, así que vetarán a los clientes británicos”, declaró Chris Mottershead, responsable de Thomas Cook.