Enero fue un mes trascendente en defender la opción de Codelco por el 49% de Anglo American Sur. La transnacional anglosudafricana prepotentemente descartó el uso de la opción existente que en definitiva fue establecida con el Estado chileno, el cual hasta el momento se limita a expresar su respaldo al actuar de Codelco ante los tribunales. Las presentaciones de la empresa estatal expresando la decisión de ejercer la opción, deja abierta la alternativa de negociar parte de ella por su valor económico equivalente. Es una posición débil. En la confrontación está en juego la dignidad del país, lo cual obliga a una acción decidida del gobierno. Tanto la Constitución como resoluciones unánimes de las Naciones Unidas expresan el pleno derecho del país para disponer de sus riquezas nacionales. Más aún, la opinión pública se pronuncia mayoritariamente por la nacionalización de las grandes empresas cupríferas privadas. Hacerla efectiva ante la agresión de AngloAmerican y la japonesa Mitsubishi, que se ha prestado para cuestionar la opción de Codelco, debe transformarse en una exigencia. El error de Anglo creó las condiciones para recuperar una riqueza que nunca debió haberse entregado.
En el primer día hábil de enero Codelco presentó su opción de compra del 49% de las acciones de Anglo American Sur (AAS) que podía ejercer cada tres años. En un acto de prepotencia inadmisible el consorcio anglosudafricano ya había adelantado su respuesta, desconociendo el derecho de la empresa estatal, en base al pretexto de que el acuerdo suscrito habría caducado por haberse adelantado que se haría uso del mismo “prematuramente” y aduciendo además actuaciones efectuadas por la empresa estatal chilena con el propósito, según indicó, de impedir que Anglo American ejerciese sus derechos contractuales. “Codelco –manifestó a través de un comunicado el consorcio extranjero- carece del derecho de ejercer la opción con respecto a Anglo American y, en consecuencia, cualquier pretensión de ejercicio de la opción no puede surtir efecto alguno” (03/01/12). Otorgándose así la función de calificar el ejercicio de la opción que, en todo caso, corresponde a los tribunales chilenos y a las autoridades del país.
Esta posición la ratificó posteriormente, entregando la resolución del diferendo a los tribunales. “Atendido que la materia ya ha sido sometido a los tribunales de justicia, los que deberían dirimirlo –manifestó Miguel Angel Durán, presidente ejecutivo de Anglo American Chile en comunicación enviada al presidente de Codelco-, Anglo American se abstendrá de enviar cualquier información adicional bajo el convenio (…)” (11/01/12). Refugiándose así en un trámite jurídico partiendo del supuesto que será largo.
El ministro de Minería, Hernán de Solminihac, frente a esta actitud incalificable, en vez de expresar su decidido rechazo y anunciar medidas del país para hacer respetar una opción que se suscribió en el momento de entregar a capitales extranjeros el derecho de explotar un recurso perteneciente a los chilenos, se limitó a señalar que “el Gobierno respalda las acciones tendientes a hacer valer los derechos que emanan de los contratos” (03/01/12). Es una declaración como si se hubiese efectuado en otro país y no estuviese la empresa anglosudafricana considerándose propietario de una riqueza que no le pertenece y que ya le ha generado grandes ingresos .
Los ejecutivos de Codelco igualmente han actuando con debilidad. Codelco no puede renunciar por ningún motivo al 49% de AAS. Más aún la dignidad nacional exige, frente a las bravuconadas de la transnacional, que se ejerza el derecho de propiedad que la Constitución le asigna al Estado chileno. “Vamos –manifestó el presidente del directorio de Codelco, Gerardo Jofré nominado en esta función por Sebastián Piñera- por el 49% (de AAS) o su valor equivalente en el peor de los casos” (03/01/12). No, señor Jofré, no existe “el peor de los casos”, el yacimiento pertenece al Estado chileno y la Anglo con su prepotencia se farreó el derecho de explotarlo, que nunca se le debió por lo demás habérselo concedido.
Peor aún, el presidente (s) de Codelco, Thomas Keller, que acompañó a Jofré en la comparecencia de prensa -ya que en un momento trascendente para Codelco su presidente ejecutivo, Diego Hernández, se encontraba de vacaciones- sostuvo que “el valor económico” del 24,5% de AAS, vendido en una oscura operación por la transnacional anglosudafricana a la japonesa Mitsubishi, “puede ser capturado de distintas formas”, recalcando que “lo más importante” es el valor económico de la opción. Llamó al mismo tiempo a los chilenos a estar tranquilos. La actitud patriótica no es “estar tranquilos” sino expresar “indignación” frente a la actitud de capitales extranjeros y de un Gobierno que permanece a la expectativa de un engorroso y largo debate judicial (03/01/12).
La presentación efectuada días después a los tribunales demandando que se obligue a Anglo American a traspasarle el 49% de las acciones igualmente dejó abierta la posibilidad se le transfiera un porcentaje menor “si la justicia así lo decide”, alternativa ante la cual reclamaría una indemnización. Mientras tanto, el 14º juzgado civil de Santiago acogió la medida precautoria solicitada por Codelco destinada a impedir que la transnacional pueda enajenar el 49% de las acciones de AAS.
No son aceptables esas diferentes formas de capturar la riqueza existente. Los ejecutivos de Codelco no pueden colocarle precio para negociar a una riqueza que pertenece al país. “Si es que se aplicara la lógica del contrato -cuantificó Keller– estamos hablando de US$3.000 millones, aproximadamente”. Jofré recalcó a su vez que se dispone de todos los elementos jurídicos para proteger “un beneficio que es de interés de todos los chilenos”. La presentación de Codelco tiene la contradicción de que por una parte “manifiesta su voluntad de adquirir” el 49% y de otra “exige que le sea transferido el número de acciones respecto a los cuales no haya controversia”. Sobre una riqueza perteneciente al país no puede existir “controversia”.
El reconocimiento “del derecho inalienable de todo Estado a disponer libremente de sus riquezas y recursos nacionales en conformidad a sus intereses nacionales” forma parte de resoluciones adoptadas en la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1962. En su resolución 1803, aprobada por unanimidad, se estableció expresamente “el derecho de los pueblos y de las naciones a la soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales que debe ejercerse en interés del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo del respectivo Estado. La violación de los derechos soberanos de los pueblos y naciones sobre sus riquezas y recursos naturales es contraria al espíritu y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y entorpece el desarrollo de la cooperación internacional (…)”.
Por tanto, debe exigirse del gobierno, que de acuerdo con la constitución chilena y de las resoluciones de las Naciones Unidas, frente al conflicto provocado por Anglo American se actúe con toda decisión, considerando entre otros aspectos, que como señaló el abogado de Codelco Pedro Pablo Gutiérrez, “el contrato que firmaron con Mitsubishi “se suscribió “con el propósito deliberado de defraudar a Codelco”. Raimundo Espinoza, presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre, expresó su creencia “que ha habido un contrato simulado entre Anglo y Mitsubishi” (12/01/12). De otra parte, debe tenerse en cuenta que procesos judiciales de esta naturaleza demoran varios años y si no se adopta una actitud activa de parte del gobierno Anglo American continuaría explotando el yacimiento y extrayendo utilidades.
La profundidad del conflicto lo advierten sectores al interior de la transnacional y publicaciones especializadas como Financial Times. Hay ejecutivo de la transnacional –señaló el periódico británico- que “expresaron en privado su preocupación, sobre los riesgos no cuantificables que Anglo podría desencadenar por desafiar a Codelco, la estatal de cobre símbolo de orgullo nacional”. “Las visiones sobre valor versus riesgo –añadió- van a marcar el debate sobre Anglo este mes (…)” (05/01/12). Para Anglo es un tema trascendente. “El acuerdo de Mitsubishi –cifró el analista minero del banco HSBC, Andrew Keen- implica un valor de US$21.000 millones por los activos, lo que es casi equivalente a todo el valor de mercado de Anglo menos las subsidiarias licitadas Kumba Iron One y Anglo Platinum. Ciertamente –concluyó- es una decisión valiente” ir contra Codelco (05/01/12). La verdad es que no va únicamente contra Codelco sino en contra del país. El error de Anglo puede costarle caro si crece –como debiera acontecer- la indignación nacional en repudio de este atentado.
La Encuesta Barómetro de la Política-CERC del pasado mes de diciembre cifró en 53% el porcentaje de la muestra que califica como de mala fe la jugada de AngloAmerican al “vender” un porcentaje del yacimiento Los Bronces intentando así reducir la opción de compra por Codelco. Un 43% de los consultados opinó que el gobierno debe involucrarse activamente, lo cual hasta el momento no ha hecho, mientras que apenas un 11% considera que no lo debería hacer. Existen todas las condiciones en consecuencia para transformarlo en una gran causa nacional, con un apoyo muy transversal. Un 67% de los encuestados se pronunció a favor de la nacionalización de las grandes empresas mineras cupríferas privadas, incluyendo a personas que se declararon partidario de la UDI y Renovación Nacional. Por tanto, es un sentimiento claramente mayoritario.
Estos son los grandes temas a asumir por un gobierno que incluso en el plano administrativo, como editorializó Financial Times, “parece cada vez menos en control de su gobierno. Piñera –añadió- fue siempre rehén de la UDI, el partido conservador irreconciliable que es el mayor en su coalición y gana más influencia a medida que la aprobación del presidente cae. Su país –concluyó la publicación- necesita un hombre de estado, no un administrador secundón” (10/01/12).
Por Hugo Fazio