El endeudamiento como un medio para asegurar servicios básicos, especialmente en sectores más precarizados, desde una perspectiva feminista, fue el tema que se trató en el Taller de Economía Feminista de Saberes Colectivos y FES (Fundación Friedrich Ebert-Chile).
¿Cómo analizar el endeudamiento desde una perspectiva feminista? fue el tema que se trató en la cuarta sesión del Taller de Economía Feminista organizado por la Fundación Saberes Colectivos y FES, en la que expuso Luci Cavallero, investigadora y militante feminista, académica de la Universidad de Buenos Aires.
Para Cavallero, pensar el endeudamiento desde una perspectiva feminista consiste en ensamblarlo a los mandatos de género, a una economía de la obediencia en la vida cotidiana, en su función política en momentos de crisis, y en relación a trabajos no remunerados.
“Lo que vemos es una astucia del mundo financiero al traducir la capacidad de las mujeres en situaciones de crisis de hacer malabares en la vida cotidiana, por eso está la figura de la buena pagadora, la mujer que es buena pagadora”, afirma la académica, agregando que se requiere una determinada moralización de la vida para que esa deuda pueda ser pagada y eso tiene una traducción de género y de raza.
“Otra de las claves que empezamos a notar es que había una articulación completa entre endeudamiento de las economías domésticas en un contexto de crisis económica y la violencia machista. Empezamos a investigar cómo la economía de la obediencia que estaba generando la economía del endeudamiento en la vida cotidiana muchas veces fijaba a mujeres a situaciones de violencia”, añadió.
Por otra parte, la investigadora hizo un análisis de la función política del endeudamiento, asegurando que en Argentina “la deuda se transformó en un instrumento de gobierno de clase”, lo que produce “una serie de condicionamientos que hace que el Estado no invierta en salud, en educación, los ingresos se vean pulverizados por la inflación, se traduce en el mandato de endeudarse para vivir y para acceder a los bienes más básicos”.
Durante la pandemia, Cavallero aseguró que se intensificó la “colonización de la vida”, ese proceso por el cual cada vez más áreas de la reproducción se satisfacen a través de deudas. “Vemos aparecer deudas no bancarias relacionadas a servicios públicos y, sobre todo, relacionadas con vivienda”, detalló.
Por último, Cavallero destacó que “muchas veces se piensa que el endeudamiento solo tiene que ver con el trabajo formal, pero nosotras venimos haciendo un estudio donde cada vez más el endeudamiento está relacionado o absorbe trabajo precarizado y trabajo no remunerado. Las finanzas reconocen un trabajo que el propio Estado no reconoce, es decir, reconocen que ahí se crea valor y que esto se puede explotar”.