La economía chilena mantendrá la actual desaceleración durante al menos los próximos cuatro años, con tasa de crecimiento del PIB que alcanzarían un techo del 2% para el 2016 y de 2, 75% para el 2017. El flojo desempeño de la economía es una consecuencia del menor ritmo de expansión de los países industrializados y de la caída de los precios de los commodities. Esta es uno de los principales anuncios del Informe de Política Monetaria (IPOM), que presentó esta mañana el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara.
En este contexto, el escenario base de este IPoM contempla que el PIB aumentará entre 1,5 y 2,0% este año. «Esto, considerando que la información revisada del primer semestre no muestra mayores novedades respecto de la marcha de la economía. Para el 2017, se considera un rango para el PIB de entre 1,75 y 2,75%, menor que lo esperado en junio. En línea con lo previsto, el mercado laboral se ha deteriorado gradualmente respecto de comienzos de año. Las expectativas, tanto de empresas como de consumidores, siguen en niveles pesimistas. Todo esto en un escenario en que las tasas de interés de colocaciones se mantienen bajas». Uno de los sectores que el informe destaca desfavorablemente que durante el segundo trimestre la inversión en construcción y otras obras tuvo un deterioro más marcado que lo previsto, al tiempo que el sector inmobiliario continuó mostrando debilidad.
Según indica el informe, en este escenario las proyecciones de actividad mundial no cambian significativamente. Para el bienio 2016-2017 se prevé que la economía mundial crecerá 3,2% en promedio y los socios comerciales chilenos lo harán en 3,0%, ambas cifras muy parecidas a las de junio. Los términos de intercambio tendrán un menor deterioro a lo largo del horizonte de proyección, aunque las trayectorias previstas para el precio del cobre y el petróleo son similares a las de junio, situándolos al 2018, en US$2,3 el cobre y en torno a US$55 el petróleo.
La reversión de las mejores condiciones financieras internacionales es uno de los principales riesgos del escenario externo. Como ya se indicó, la trayectoria que tome la Fed para ajustar su tasa de interés es crítica. La probabilidad de un alza de la tasa de fondos federales en lo que queda de este año es alta, pero las expectativas de mercado muestran que los ajustes posteriores serán muy graduales. Un comportamiento más agresivo de la Fed podría provocar un aumento significativo de la volatilidad a nivel global, afectando el precio de los activos, los flujos de capitales y el valor de las monedas.