Durante la noche del miércoles 12 de abril, la Presidenta Bachelet anunció por cadena nacional la propuesta de su Gobierno para reformar el sistema de pensiones de capitalización individual. Los planteamientos del Ejecutivo se realizan luego del fracaso de la mesa técnica que reunió a todas las fuerzas con representación parlamentaria, instancia que buscaba consensuar una propuesta de carácter transversal.
Bachelet indicó que el proyecto contempla un aumento de 5% de la cotización, con cargo al empleador, alza que se aplicará de forma gradual en seis años y que será administrada por una entidad pública y autónoma. Del total, tres puntos irán al ahorro individual y dos puntos se destinarán a un fondo colectivo, orientado a los jubilados con pensiones más bajas y que hayan cotizado un mínimo de cinco años.
En su blog personal, el economista Manuel Riesco, fundador del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), criticó el anuncio presidencial y desmenuzó las ideas expresadas por la Presidenta.
A juicio del investigador, la propuesta gubernamental «incrementa todavía más el inmoral ahorro forzoso al que están sometidos exclusivamente los trabajadores en el sistema de AFP, que equivale a tres de cada cuatro pesos cotizados, que se traspasan mes a mes al sistema financiero y no serán restituidos jamás, puesto que las pensiones del mes se pagan con el peso restante y subsidios fiscales».
Para Riesco, el aumento de las cotizaciones significa un mayor costo laboral, que recaería fundamentalmente sobre las pequeñas y medianas empresas, «que no recibirán nada de vuelta a diferencia de los grandes grupos empresariales a quienes el sistema financiero traspasa mensualmente parte importante de lo recaudado en forma de préstamos y capital accionario».
Y agrega que «la propuesta es recesiva puesto que el incremento del costo laboral afectará el empleo y los salarios, como ha reconocido el propio Banco Central, lo cual resulta insensato cuando el país está iniciando una recesión que puede ser severa y prolongada».
«Las AFP no son un sistema de pensiones, sino un mecanismo diseñado para transferir el grueso de las cotizaciones desde los salarios al sector financiero. Para siempre, sin restitución y beneficiando principalmente a sus administradores, AFP y compañías de seguros», subraya el miembro del CENDA.
Los excedentes de las AFP
El anuncio de Bachelet se completó con la creación de mecanismos para que el cobro de comisiones, por parte de las AFP, esté asociado con la rentabilidad que consigan. Además, la Presidenta aclaró que no habrá un alza en la edad de jubilación, pero sí se implementarán incentivos para que las mujeres decidan retirarse más tarde, de modo que si una mujer cuenta con el mismo ahorro que un hombre y se jubilan a la misma edad, los montos de sus pensiones se igualen.
Bachelet declaró que la serie de medidas permitirán incrementar, en promedio, un 20% las actuales pensiones y un 50% aquellas que tendrán los actuales cotizantes al momento de su jubilación, una vez que el sistema propuesto por la mandataria esté funcionando completamente.
Sin embargo, Manuel Riesco sostiene que las pensiones no mejoran con el aumento del ahorro forzoso manejado por las AFP. Dentro de su análisis es posible duplicar hoy las jubilaciones, cuyo costo equivale a desembolsar $250 mil millones adicionales, «que es el monto que las AFP y compañías de seguros pagaron en pensiones en enero del año 2017», apunta el economista.
Durante el primer mes del año, las cotizaciones obligatorias sumaron $570 mil millones y el Estado entregó más de $91 mil millones de pesos en subsidios directos a las pensiones. Si a este total acumulado se le restan los $250 mil millones pagados en pensiones, el resultado indica que las AFP se apropiaron de un excedente por más de $410 mil millones.
«Es decir, el sistema de AFP se apropió de hecho de tres de cada cuatro pesos cotizados, de los cuales los administradores se embolsaron uno en forma de comisiones y primas netas. No lo devolverán jamás, puesto que luego de pagar las pensiones, el mismo excedente se repite mes tras mes, como ha sido desde 1981 y pretenden que siga hasta el día del juicio final», explica Riesco en su análisis.
El economista partidario de un sistema de reparto sostiene que «las cotizaciones actuales permiten duplicar las pensiones pagadas, ahorrando al mismo tiempo al fisco 91 mil millones de pesos mensuales en subsidios monetarios directos a las pensiones AFP, cifra que equivale a la mitad del gasto fiscal en educación superior, y un cifra similar en subsidios monetarios indirectos como planes de retiro y otros».