Según la encuesta de población activa (EPA), hay 1,2 millones de trabajadores y trabajadoras en España que no han tenido empleo alguno en los últimos cuatro años o más debido a la crisis capitalista.
Desde el estallido de la crisis sistémica, los trabajadores que tienen más difícil volver a reengancharse al mercado laboral, se ha multiplicado por 12. La situación es especialmente dramática para 180.000 de ellos, ya que viven en hogares que no reciben ningún tipo de ingreso, ni de ellos ni de otros familiares.
El desempleo tocó su techo histórico al comienzo de 2013, con casi 6,3 millones de trabajadores sin empleo.
1.201.459 personas, según la última encuesta de población activa, no han tenido un empleo desde, al menos, el comienzo del verano de 2011.
Esta evolución dice mucho de cómo es la crisis en España y su duración. También ilustra perfectamente las dificultades que tienen los trabajadores cuanto más tiempo pasan así para volver a reengancharse al empleo.
Y esto se ve más en la distribución del colectivo de desempleados en diferentes momentos de la crisis. Cuando comenzó la primera recesión, a mitad de 2008, el 77% de quienes no tenían empleo estaban un año o menos en esa situación, sumaban 1,8 millones. Los que se encontraban en el extremo opuesto apenas representaban el 7,3%, 115.229.
Todavía al principio de la segunda recesión, en 2011, y pese a haber sumado 290.000 personas más, el colectivo de trabajadores que llevaban más de cuatro años en paro no llegaba al 6% del total, como consecuencia del mayor incremento de trabajadores que llevaban menos tiempo en el paro.
El paso del tiempo y la falta de oportunidades han cambiado radicalmente la situación. Ahora, en los microdatos de la encuesta de población activa del segundo trimestre de 2015, desagregados por Enrique Negueruela, investigador de la Fundación Primero de Mayo, del sindicato Comisiones Obreras, se aprecia que casi uno de cada cuatro parados (23,4%) lleva cuatro años o más sin trabajar.
La gravedad de esta situación también se aprecia en cifras desagregadas, como las de la edad. Dos tercios de este grupo tienen entre 30 y 54 años, casi 800.000 personas.
Otro punto que muestra que, pese a la recuperación del mercado laboral, todavía está muy lejos la salida de la crisis es el número de personas que, habiendo estado sin trabajar más de cuatro años, viven en alguno de los 774.500 hogares en los que no entra ningún tipo de ingreso.
Son 180.836 personas, de las que la inmensa mayoría, concretamente 135.707, tienen entre 30 y 54 años, personas sobre las que suelen concentrarse las cargas familiares.
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