Este fin de semana, los ministros de las 21 economías miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) se reunirán en Lima para hablar de los riesgos que plantea el «eceptisismo de la globalización y los problemas del bajo crecimiento económico».
Se trata del 28º encuentro del grupo económico más grande del mundo, que enfocará sus debates con la mirada puesta en el futuro del libre comercio y el cambio presidencial de Estados Unidos que, si Donald Trump cumple su programa, traerá cambios económicos importantes a escala mundial..
El NAFTA, que agrupa a Canadá, Estados Unidos y México, o el controvertido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP) compuesto por doce países (del que China fue excluido), son algunos de los tratados comerciales suscritos por los estados miembros de la APEC, que concentran casi el 40% de la economía mundial.
Al encuentro asistirán los presidentes de EEUU, Barack Obama; de China, Xi Jinping; y de Rusia, Vladimir Putin, entre otros. La mandataria chilena, Michelle Bachelet, por su parte, se desplazará hacia la capital peruana este viernes en la tarde.
El Ciudadano conversó con el analista internacional Max Quitral sobre el rol del APEC en el nuevo escenario internacional y también del papel de América Latina y Chile en este mercado.
¿Qué influencia tiene hoy el APEC en el actual contexto político y económico?
Creo que hay un reposicionamiento internacional entendiéndose que hay una pugna ideológica y geopolítica con Estados Unidos. El APEC va en la dirección de revitalizar y buscar nuevos actores que le permitan reposicionar a sus integrantes en el contexto internacional. Estamos viviendo un proceso de reacomodo internacional, de buscar ciertos equilibrios.
¿Cómo se da ese cambio de equilibrios?
En la dirección de que Asia y Pacífico logren tener cierta influencia internacional respecto a otras potencias mundiales. Claramente, esto podría acentuarse con el triunfo de Donald Trump, que tiene una mirada distinta de los bloques de poder que se observan en este momento.
¿Crees que este es el espacio donde se escenifica la disputa entre EEUU, Rusia, China, considerando la cantidad de personas que engloba este mercado?
Sí, porque además hay economías latinoamericanas que están mirando con ojos bien relevantes lo que pueda surgir en el Pacífico. El Atlántico ha perdido fuerza y el nuevo foco apunta hacia el Pacífico. En esta lógica, China se convierte en un actor fundamental.
Sobre América Latina, qué rol juegan el bloque de países latinoamericanos? ¿Son meros proveedores de materias primas o tienen algún papel influyente?
El papel influyente no es tal por variables domésticas. Las democracias latinoamericanas están más preocupadas de resolver sus problemáticas internas que de mirar hacia objetivos internacionales. Además, se observa que el Pacífico es un mecanismo de vinculación internacional mucho más potente que otros espacios de convergencia latinoamericana, como Mercosur.
Este año me tocó estar en Mercosur y allá se mira al Pacífico y se sostiene que es una manera de buscar nuevas inserciones internacionales para aquellas economías y democracias que están un poco alicaídas regionalmente.
Siguiendo esa lógica, entonces, si tuviéramos que hablar de países latinoamericanos que pudieran tener un rol más destacado en ese tablero, ¿Chile podría ser uno de ellos?
Creo que le interesaría, pero más que llegar a Chile, Argentina o Brasil, hay que ver qué pasa con México. En este nuevo reposicionamiento internacional, el gran país es México. Lo que pase y diga México será mucho más relevante que lo que diga Chile porque tienen un peso económico fundamental por su cercanía con EEUU.
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Sin embargo, yo no sé si México va apostar tanto por eso por la situación interna que está viviendo. Eso también son variables muy importantes que se proyectan en la política exterior. En la medida que Peña Nieto no logre resolver lo que pase internamente, eso también va a tener una implicancia en materia internacional. Y a eso hay que agregarle que recién se instala el gobierno de Trump y en este análisis este factor también será relevante.
¿Cómo se proyectan esos más de 20 años de APEC a partir del cambio de gobierno en Estados Unidos, con Trump haciendo bandera del proteccionismo, y cuestionando a la globalización? Cabe mencionar que en el programa del APEC de este año uno de los puntos de la discusión será lo que bautizaron como «escepticismo de la globalización».
Hay un proteccionismo que aparentemente EEUU va a empezar a desarrollar, y hay que bajarle la intensidad a la globalización porque parece que no es tan la panacea como se intentó hacernos creer. Ahora hay que comenzar a establecer la integración, por ejemplo entre las economías suramericanas, hay que explorar nuevas formas de acercamiento entre los países porque están en un dilema bien complejo. Los grandes paradigmas están cayendo, los grandes emblemas de orientación política que tenían estos países hoy están absolutamente debilitados y desprestigiados.
Que se esté cuestionando la globalización es una señal de que la situación es dramática, más de lo que uno podría pensar.
En este escenario que dibuja, ¿el bloque latinoamericano podría tener un rol más protagónico del que lo tuvo hasta ahora?
Sería interesante, pero las variables domésticas tienen más peso a la hora de hacer un posicionamiento internacional. Las democracias latinoamericanas no están tan estables. Son ejemplos lo que pasó en Brasil o lo que pasó en Paraguay en su momento. La democracia no es el gran elemento que dote de cierta seguridad a los países latinoamericanos, no está suficientemente madura como para pensar en resolver su rol internacional.
Meritxell Freixas
@MeritxellFr