El titular de Finanzas destacó que tampoco se va a aumentar el tipo reducido del impuesto sobre el valor añadido (IVA) del que gozan las islas griegas, aunque afirmó que el Gobierno examinará posibles cambios de este impuesto. “Puedo decir que no afectará a las zonas fronterizas, a los libros, la prensa, ni, por supuesto, a las islas del Egeo. Estamos comprometidos”, remarcó.
En cuanto a la promesa de abolir el controvertido impuesto sobre la propiedad inmobiliaria (ENFIA) que el Gobierno quiere sustituir por uno que únicamente grave las grandes propiedades, Varoufakis aseguró que los cambios se aplicarán este mismo año, aunque sin precisar cuándo. Además, adelantó que el proyecto de ley que prepara el Gobierno para ampliar el grueso de personas que podrá pagar en 100 plazos sus deudas con la Hacienda incluirá mejoras a partir de algunas recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El titular de Finanzas se congratuló de haber acordado con los socios relajar los objetivos de superávit primario del 3% del PIB para este año y del 4,5% para 2016 y en su lugar, supeditarlo al crecimiento y a las circunstancias de la economía griega. Varufakis dijo que el objetivo del 3% sería “catastrófico” para Grecia y aunque destacó que es un tema que no está ahora sobre la mesa, “no puede ser superior al 1,5%”. Adelantó que las negociaciones con la eurozona sobre la reestructuración de la deuda se iniciarán de inmediato.
Reducción de la deuda
El ministro explicó que para la reducción de la deuda al 120 % del producto interior bruto (PIB) —actualmente en el 185% del PIB—, según contempla el acuerdo de 2012 entre los socios y el Gobierno anterior, es necesaria una reestructuración de la deuda. “No me refiero tan solo a una extensión de la deuda, sino a un canje de la deuda”, dijo en alusión al canje de bonos y aclaró que la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no comparten la misma visión sobre este asunto.
El Gobierno griego propone intercambiar su deuda pública por dos tipos de bonos nuevos ligados al crecimiento, de forma que no se pediría una quita de la deuda —que asciende a 315.000 millones de euros—, sino se lograría reducirla. El primer tipo sería un bono indexado al crecimiento económico nominal, que reemplazaría a los préstamos de rescate europeos; y el segundo tipo sería un denominado “bono perpetuo”, que reemplazaría a los bonos griegos en manos del BCE.