La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reveló este martes 12 de julio en un informe mensual que espera que la demanda mundial de crudo suba el próximo año, aunque a un ritmo más lento que en 2022. El grupo de 13 países de África, Asia y América señaló que las previsiones parten de la base de que no se producirá una escalada del conflicto en Ucrania y de que otros riesgos, como la inflación, no afectarán gravemente el crecimiento económico mundial.
De acuerdo con las primeras perspectivas que traza la OPEP para 2023, la demanda puede aumentar el año próximo en 2,7 millones de barriles por día (bpd), o 2,7 %. Entre tanto, se dejó sin cambios la previsión de crecimiento para este año en 3,36 millones de bpd, recoge Reuters.
El consumo de petróleo se ha recuperado de la caída inducida por la pandemia en 2020 y se prevé que este año supere los niveles de 2019. «Para 2023 se espera que las expectativas de un crecimiento económico mundial saludable, en medio de una mejoría de los acontecimientos geopolíticos, junto con las mejoras esperadas en la contención del COVID-19 en China, impulsen el consumo de petróleo«, reza el informe.
Al mismo tiempo, la OPEP mantuvo en 3,5 % su previsión del crecimiento económico mundial para este año y estimó en 3,2 % el correspondiente a 2023, apuntando que la incertidumbre está sesgada a la baja y el potencial alcista es «bastante limitado».
Mientras, las perspectivas de suministro para el año que viene sugieren que el mercado podría seguir siendo ajustado. La organización espera que la oferta de los países no pertenecientes al grupo aumente en 1,7 millones de bpd, lo que supone un retraso en el crecimiento de la demanda y una desaceleración con respecto a 2022. Como resultado, la OPEP prevé que en 2023 el mundo necesitará de los miembros de la organización 30,1 millones de bpd para equilibrar el mercado, un aumento de 900.000 bpd en comparación con el pasado año.
Para cubrir esa brecha, la OPEP tendría que aumentar significativamente la producción, pero sus miembros ya están muy por debajo de los volúmenes necesarios en este momento, debido a la falta de inversión y la inestabilidad política.
Los precios del crudo se mantienen por encima de los 100 dólares el barril, ya que los yacimientos petrolíferos y las instalaciones de refinado del mundo no consiguen seguir el ritmo del repunte post pandémico de la demanda de combustible. Esto agrava la crisis del costo de la vida y amenaza con llevar la economía mundial a una recesión, indica Bloomberg.
El grupo ha reactivado la producción interrumpida durante la pandemia y tiene previsto todavía un último incremento para el próximo mes, pero está bombeando muy por debajo de su objetivo colectivo, debido a que naciones como Angola y Nigeria han visto mermada su capacidad por la insuficiencia de inversiones y problemas operativos. Además, Libia ha sufrido un colapso en su producción, en medio de nuevos disturbios políticos.
Ante el déficit de suministros, los inventarios de combustible en las naciones industrializadas se están reduciendo rápidamente, y ya el pasado mes de mayo se ubicaron en 312 millones de barriles por debajo de la media de los últimos cinco años.
La evaluación de la OPEP para 2023 coincide con la opinión predominante en la industria petrolera: la Agencia Internacional de la Energía, que tiene sede en París y representa a las naciones consumidoras, también prevé que los suministros seguirán bajo presión.
Fuente: RT.