Las manifestaciones contra el Club Bilderberg este año fueron ampliamente más notorias que en años anteriores, debido a la presencia de cientos de activistas que se convocaron para visibilizar y alarmar de la permanencia de este grupo por el fin de semana en Sitges, localidad catalana de España.
La policía luchó contra los manifestantes para contenerlos en medio de la llegada de personalidades. Varios de los presentes hicieron un llamado a la policía, para transmitir el mensaje de que también los efectivos están amenazados por el programa elitista de la reunión. Por su parte, la policía acosó e incluso detuvo a los fotógrafos y periodistas.
Un cuantioso contingente policial resguardó a los grandes magnates financieros, corporativistas y autoridades políticas de los países desarrollados. Este factor fue blanco de críticas de los españoles porque semejante despliegue significó al menos 600.000 euros, según lo señaló el periodista norteamericano Jim Tucker.
Debido a que esta cuantiosa suma que provendrían de arcas fiscales, el diputado Gaspar Llamazares, de la coalición Izquierda Unida(IU), prepara una pregunta parlamentaria para conocer el coste del operativo de estos días y la posición del Gobierno sobre la reunión del grupo.
Asimismo, el coordinador de UI, Jordi Miralles, envió hoy una carta al consejero de Economía, Antoni Castells, en la que le pide que cuantifique el coste que ha tenido para el erario público la reunión en Sitges del Club Bilderberg, y «traslade a los organizadores la factura correspondiente».
ACOSO A LA PRENSA
Los fotógrafos que asistieron a cubrir la reunión, fueron acosados y seguidos por helicópteros y motocicletas de la policía en las colinas alrededor del hotel Dolce Sitges, según informó Charlie Skelton, del diario inglés, The Guardian.
“Dos fotógrafos que subieron a los cerros tenían sus mochilas requisadas por la policía en motocicleta, informados de su paradero por helicópteros. Dos fotógrafos más fueron detenidos durante cuatro horas. Otro fotógrafo dijo que debía eliminar imágenes o pasar 32 horas detenido”, aseguró el periodista.
Más de 300 policías fueron desplegados, catamaranes militares patrullaron el mar y helicópteros. Se impuso una zona de exclusión en torno a la conferencia.
Skelton señala que hay más equipos de rodaje y personal de los medios de comunicación en la reunión que nunca antes. «Tuvimos equipos de camarógrafos de la televisión española y la prensa española tanto a nivel local y nacional.
Periodistas franceses, los responsables portugueses de un documental y a al-Jazeera-a llegaron a recoger la historia. “Russia Today envió un equipo de película. «
CONFLICTO DE INTERESES DE LOS PARTICIPANTES
A la cita concurrieron miembros del gobierno de Barak Obama, del período de George W. Bush, y de otros mandatos. Cabe recordar que la Ley Logan de 1978 de EE.UU. “prohíbe a los ciudadanos estadounidenses actuar como diplomáticos no oficiales con países extranjeros”, como ocurre en el caso de estos estadounidenses al presentarse en el Club Bilderberg.
El meeting contó con la presencia de Henry Kissinger, viejo político, miembro del gobierno de Richard Nixon y actual asesor adjunto de Obama; Peter Orzag, director de la Oficina de Administración y Presupuesto; James Steinberg, subsecretario de Estado; Paul Volcker, presidente de la Junta Consultiva de Recuperación Económica y Larry Summers, Director del Consejo Nacional de Economía.
Además, estuvieron representantes de varias naciones europeas como José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de España; Bernardino León Gross, secretario general de la Oficina del Primer Ministro de ese país; Carl Bildt, ministro de Relaciones Exteriores de Suecia; Jyrki Katainen, ministro de Hacienda de Finlandia; George Papaconstantinou, ministro de Hacienda de Grecia; y Fernando Teixeira dos Santos, ministro de Estado y de Finanzas de Portugal.
Otras figuras de organismos internacionales fueron Dominique Strauss-Kahn, presidente del Fondo Monetario Internacional(FMI), Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial(BM); Gertrude Tumpel-Gugerell, miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo; Josette Sheeran, director Ejecutivo del Programa Mundial de las Naciones Unidas para los Alimentos; los comisarios europeos Karel de Gucht, Joaquín Almunia, Neelie Kroes.
Como podemos observar, en la lista aparece los más selectos miembros de los países desarrollados, muchos de ellos invitados en honor a la posición política que ocupan. Este hecho, sitúa a estos representantes en un conflicto de intereses respecto a su responsabilidad pública, en vistas de que se reúnen con los delegados de las más importantes transnacionales.
Francisco Luna
El Ciudadano