Se prolonga y acentúa desaceleración económica

Alberto Arenas postergó el momento en que la economía, de acuerdo a sus reiteradas aseveraciones, crezca de “menos a más”

Se prolonga y acentúa desaceleración económica

Autor: Director

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Alberto Arenas postergó el momento en que la economía, de acuerdo a sus reiteradas aseveraciones, crezca de “menos a más”. El primer semestre cerró con una desaceleración cada vez más profunda.  Se hace así improbable que se cumpla con la tasa de incremento estimada por la Dipres en 2014 de 3,2%, ya que en los seis primeros meses del año el Imacec anotó un crecimiento de solo 2,2% en comparación con los mismos meses del año anterior. Más revelador aún, en cifras desestacionalizadas en junio la economía fue negativa en un 0,8% con respecto a mayo. Por tanto, la evolución real del producto no solo se alejaría marcadamente de la estimación con que se elaboró el presupuesto sino también de la proyección utilizada para prever el aumento de ingresos fiscales en el financiamiento del programa de Gobierno, que cubriría de acuerdo a lo estimado en el texto un 31,1% del total.  Ello cuando sigue cuestionándose los aportes a recibirse por la reforma tributaria, dado que el protocolo suscrito con los forados creados al mantenerse bajo otro nombre el FUT y la ampliación de beneficios destinados a pequeñas  masivamente utilizados por las grandes  experimentará un rendimiento probablemente menor al previsto. En las indicaciones del proyecto de reforma volvió, de otra parte, a expresarse la política de consenso con la derecha.

El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, en un seminario organizado por Moneda Asset Management, constató que en los próximos meses se registrarán Imacec más bajos, lo cual explicó por altas tasas de comparación con 2013. Señalando que para fines de 2014 se produciría una mejora, atrasándose así el momento en que según sus afirmaciones anteriores la economía se movería de “menos a más”. Manifestando además que en 2015 se registraría “al menos un punto de crecimiento” con relación al bajo nivel esperado para el presente año. La actualización de las proyecciones macroeconómicas para 2014, efectuadas en julio por la Dirección de Presupuestos (Dipres),  cifró en 3,2%  el crecimiento promedio anual,  reduciendo sus estimaciones anteriores, nivel muy dudoso luego de las aseveraciones del ministro Arenas, y dado que en los seis primeros meses del año el Imacec aumentó solo en un 2,2% con relación a enero-junio de 2013 y en este último mes en doce meses se incrementó a su ritmo más lento desde marzo de 2010, el mes siguiente del terremoto, en un 0,8%  a pesar de contar con un día hábil más y en el segundo trimestre apenas en un 1,8%. En este resultado influyó principalmente la contracción en la industria manufacturera, que cayó en doce meses 0,7%, y el comercio mayorista particularmente automotor, con una reducción de 9%.

Peor aún, el indicador mensual del Banco Central desestacionalizado de junio registró una caída de 0,8% en comparación con mayo. Si se considera el día hábil más con respecto a junio de 2013 el incremento es prácticamente nulo. La encuesta de expectativas a empresas del instituto emisor señaló que la tendencia sigue. “Los entrevistados apuntan a un tercer trimestre –detalló– de características similares al segundo, esperando que la situación mejore hacia fines de año. Varios de ellos –añadió– consideran que no será sino hasta 2015 cuando se comience a observar alguna mejoría” (06/08/14).

La fuerte contracción del crecimiento en junio fue interpretado inmediatamente que ello llevaría al Banco Central a reducir nuevamente su Tasa de Política Monetaria, lo cual provocó una fuerte caída de la paridad cambiaria al incrementarse la demanda por dólares, empujándole a su nivel más elevado desde mayo de 2009, cuando la economía estaba en recesión. En ello influyó también  el estancamiento en la cotización del cobre.

La caída en los niveles de actividad continúa en el tercer trimestre. Un primer dato concreto en ese sentido lo proporcionan las importaciones al descender en julio 7,8% con relación al mismo mes de 2013, que tienen siempre una relación directa con la demanda interna. En enero-julio las compras en el exterior cayeron en un 8% con relación a los mismos meses de 2013. El descenso se manifestó inicialmente en los bienes de capital, que, disminuyeron en el lapso señalado en un 21,5%, para posteriormente expresarse en los bienes de consumo que acumulaban a julio una reducción de 4,9%. Desde luego, que en los últimos meses influyó también la devaluación del peso que encarece el precio en moneda nacional de los bienes importados.

Arenas fundamentó su aseveración de  mejoramiento en la economía para fines de año en la existencia de una política monetaria expansiva y una política fiscal que ejecutará en 2014 un 100% del presupuesto acordado, a diferencia de 2013 cuando la administración Piñera lo subejecutó en concordancia con su teoría de que el gasto público no puede aumentar más que el producto. La experiencia confirma la aseveración keynesiana de que las políticas monetarias son asimétricas y que en los períodos de baja actividad económica tienden a no dar resultado si el mercado las desaprovecha, lo que es usual cuando las expectativas son bajas.  Por tanto, el efecto monetario puede incidir en un porcentaje muy reducido.

En cuanto a la política fiscal se concluye de la afirmación ministerial que, a pesar de la profundidad alcanzada por la desaceleración, no se tiene presente implementar, como resulta necesario,  medidas realmente anticíclicas. La decisión es aplicar estrictamente, señaló Arenas, “la política de balance estructural (…): los ingresos estructurales son los que permiten financiar un determinado gasto en el año, los ingresos estructurales permiten financiar hoy el Presupuesto íntegro de 2014 y lo vamos a ejecutar en un 100%” (02/08/14).  Limitándose según sus palabras a ejecutar el gasto público “como corresponde”. Posteriormente expresó que el Ejecutivo se está haciendo cargo de la desaceleración “con las agendas de Energía, Productividad, Innovación y Crecimiento” junto con los anuncios de capitalización en Codelco y el BancoEstado. Pero todas estas decisiones no tienen  efectos de incrementos en el gasto público rápidamente, están diferidos en el tiempo.

De otra parte Arenas insistió, al margen de cualquier análisis de la situación previsible en ese momento y sin que fuese necesario, que “vamos a formular un Presupuesto en 2018 donde las cuentas fiscales estén balanceadas estructuralmente”, para lo cual se destinará a ese objetivo cerca de la tercera parte  de los recursos generados en la Reforma Tributaria, según se señaló en el programa de gobierno. De esto se habla poco. Ello desde luego reduce los fondos a destinar con fines sociales, buscándose así demostrar “responsabilidad fiscal”. Arenas tiene razón que quienes se preocupan de que la tasa de crecimiento del gasto sea “mayor que la del PIB están preocupados (…) de un tema ideológico, que tiene que ver con el tamaño del Estado”. Pero su obsesión por alcanzar el balance estructural tiene también una connotación ideológica, renunciando a utilizar el presupuesto como un mecanismo de política económica y dándole una gran importancia al equilibrio fiscal.

La evolución de la economía adquiere importancia aún mayor dado que constituye una fuente de financiamiento del programa de gobierno, que se estimó rendiría US$4.700 millones, o sea cubriría un 31,1% de su costo total cifrado en US$15.100 millones. Para ello se estimó un crecimiento en 2014 de 4%, retomándose el crecimiento en 2015, para  crecer –se sostuvo– en la segunda mitad del período “en torno al 5%[1]. La constatación de Alberto Arenas en el seminario de Moneda Asset y la marcha real de la economía  indican que en la primera etapa de gobierno la cifra de crecimiento se colocó claramente por debajo de la estimada. Con el agravante que la caída de la inversión y el muy bajo incremento de la productividad reduce la tasa de incremento del producto potencial y, por lo tanto, la capacidad de expansión futura.

La actualización de la Dipres estimó, considerando el crecimiento que proyectó para el año, un déficit fiscal en 2014 equivalente a un 2% del PIB, de unos US$5.418 millones, más del doble de lo considerado en el presupuesto, que fue extraordinariamente restrictivo, como el propio Alberto Arenas lo subrayó en su momento. La Dipres consideró que de aprobarse la reforma tributaria en el calendario previsto el déficit fiscal se reduciría a un 1,7% del producto. El déficit se elaboró con un saldo negativo, su incremento es  consecuencia de que los ingresos disminuyeron tanto por la desaceleración económica como por la menor cotización del cobre con relación a la proyectada, reduciéndose algo la cifra en números rojos  por una paridad cambiaria superior a la utilizada en el presupuesto, en cuentas fiscales con superávit en divisas y déficit en moneda nacional.

Desde luego si el incremento de la economía es inferior al estimado por la Dipres su cálculo de déficit en el presente año fiscal tampoco se cumplirá, siendo superior a la proyección realizada. Todos los datos económicos tienden a comprobar esta tendencia. Las ventas industriales del primer semestre, según  Sofofa, descendieron  2,3% con relación a los mismos meses de 2013, en tanto la producción caía un 1,1%. En julio las ventas totales descendieron en doce meses un 4%. Por su parte, el Índice de Ventas del Comercio al por Menor de junio creció solo 2,3% en doce meses, muy por debajo del 4,9% de mayo.  Un sector particularmente golpeado es la industria metalúrgica, que ha sufrido desde el año pasado a la fecha el cierre total o parcial de nueve empresas ante todo debido a importaciones sustitutivas. En junio, por otra parte, el Índice Mensual de Actividad de la Construcción se contrajo un 0,1% con relación al mismo mes del año anterior, constituyendo habitualmente un indicador adelantado de la evolución económica. En los seis primeros meses su crecimiento fue de 1,9%. Paralelamente la tasa de desocupación del INE mostró claramente que su incremento, con el rezago que es habitual en relación a la del producto, comenzó a manifestarse. En el trimestre móvil abril-junio subió a 6.5%, 0,3 décimas  porcentuales superior a doce meses atrás. Con el agravante que en el incremento del empleo un alto porcentaje corresponde a trabajo por cuenta propia. Una parte de la cual es cesantía disfrazada, llegando su porcentaje  en el total de ocupados a un 20,7%. “La desaceleración económica –comentó CredicorpCapital– se ha traspasado lentamente al mercado laboral. Entrega –agregó– mayor desempleo y menor tasa de crecimiento de los salarios reales” (01/08/14).

Poco después de la exposición ministerial el  gobierno anunció la necesaria capitalización de Codelco para el lapso 2014-2018 por un monto de  US$4.000 millones,  financiándolo  con US$3.000 millones vía emisión de deuda del Tesoro Público y US$1.000 millones de excedentes de Codelco, los que incluyen los US$200 millones ya aportados. El financiamiento no es el más apropiado, porque el fisco cuenta con recursos en títulos soberanos colocados en el exterior, los cuales con seguridad generan menos intereses que los de la deuda emitida. Uno de los argumentos dados por Alberto Arenas para este financiamiento fue “que la rentabilidad de los proyectos es superior a los costos de fondos que tendría este tipo de endeudamiento” (02/08/14). Pero, no comparó con otras fuentes de financiación, entre ellas los fondos soberanos. En cuanto a los excedentes  en la práctica significa no recibir un porcentaje de los que año a año entrega al fisco Codelco. En la decisión se impuso el criterio que los fondos soberanos no tienen usos alternativos, reservándose solo para situaciones de crisis financieras. La capitalización anual quedó pendiente, incluida la de 2014, en circunstancias que tanto las necesidades de Codelco como de la economía demanda dar pasos concretos inmediatamente. A marzo la deuda del gobierno era de US$32.328 millones.

La determinación va en la línea de potenciar a las empresas públicas. “No estamos dispuestos a que estas empresas estatales –declaró Arenas–, que son gravitantes en sus  respectivos mercados, vean socavarse su situación financiera. Es necesario, además,  que se establezcan objetivos de desarrollo de cada una de ellas, que en el caso de Codelco se vincula con el cumplimiento de su Plan de Negocios y Desarrollo que incluye Chuquicamata Subterránea, Ministro Hales, Nueva Andina Fase 2, Nuevo Sistema de Traspaso de Mina Andina, Nueva Mina de El Teniente, Radomiro Tomic Sulfuros y Rajo Inca de El Salvador.

En el resultado final presupuestario del año incidirán los ingresos que se generen en la reforma tributaria y también el tiempo que se requiera en su proceso de aprobación.   Las fuentes de elusión ponen en peligro reunir los recursos presupuestados. “El tema de la recaudación –manifestó Ricardo Ffrenh-Davis– está estrechamente ligado a las fuentes de elusión. Si cerramos bien los potenciales flancos de elusión –agregó–, se puedan lograr los US$8.200 millones” (30/07/14). Con el texto en aprobación por el Senado, campos poderosos de elusión están en el establecimiento de un sistema similar al FUT y en la ampliación de los espacios para que grandes empresas aprovechen beneficios concedidos a las pymes.

“(…) debemos tener claro –constató Ricardo Lagos, presidente de la Comisión de Hacienda– que no hay por qué descartar que vaya a tener lugar una tensión respecto de aquello que algunos consideran vehículos apropiados para la inversión (la utilidad no distribuida) y otros que los consideramos derechamente formas de elusión tributaria” (03/08/14). Para Rossana Costa, subdirectora del ILD, lo fundamental del protocolo es “que hace un aporte relevante al reponer incentivos al ahorro con el sistema semi-integrado. Poco quedaría de rescatable de este complejo acuerdo si un elemento tan sustantivo del mismo como limitar el uso de los recursos no retirados (…) fuera acogido y prosperara” (03/08/14).

Se produjeron transitoriamente divergencias cuando a fines de julio Alberto Cuevas, coordinador de políticas macroeconómicas del ministerio de Hacienda, expuso ante los técnicos designados por los partidos de derecha el financiamiento previsto para el sistema parcialmente integrado y los incentivos para el ahorro y la inversión. Ello era presumible[2]. Felipe Larraín, el ministro de Hacienda de Piñera, en entrevista de prensa, puso precisamente especial énfasis en que “intentar poner restricciones a la reinversión de utilidades es un contrasentido”, expresando su esperanza “que las indicaciones de la Reforma no traigan elementos de contrabando” (03/08/14). Es decir, defiende la subsistencia del FUT sin este nombre, que es el principal mecanismo de elusión.  Es evidente que la derecha se propuso en las indicaciones al Senado un cumplimiento  de como entiende el protocolo que dejó abierta numerosos espacios muy favorables para la elusión cuando es indiscutible que deben cerrarse.

Finalmente, se expresó nuevamente la política de consensos. Luego de una reunión de Alberto Arenas con los miembros de la Comisión de Hacienda del Senado, el parlamentario de RN José García expresó con satisfacción: “El protocolo de acuerdo en materia de inversión se está cumpliendo, ya que se permite reinvertir sin límites de topes ni plazos” (06/08/14). O sea subsisten las granjerías que se tenían con el FUT. Carlos Montes y Lagos Weber, que expresaron inicialmente su oposición a este criterio terminaron aceptándolo, limitándose a obtener que a través del Servicio de Impuestos Internos exista, dijo el senador del PPD un ”mayor control y transparencia del destino de las inversiones” (06/08/14).

 

[1] Véase, Programa de Gobierno Michelle Bachelet 2014-2018, pág. 39.

[2] Véase, Carta Económica 20/07/2014.


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