Social Travelling y su herramienta tecnológica

Viajar ha sido desde siempre una actividad social, pues uno viaja para experimentar en primera persona la cultura y costumbres de los lugares que visita

Social Travelling y su herramienta tecnológica

Autor: Director

Viajar ha sido desde siempre una actividad social, pues uno viaja para experimentar en primera persona la cultura y costumbres de los lugares que visita. Y como proceso social que es, evoluciona con el tiempo y se ve afectado por los cambios en nuestra sociedad. Con la irrupción de los social media en Internet, viajar se ha convertido en una experiencia mucho más amplia y compartida de principio a fin. De modo que ahora podemos hablar de un nuevo concepto: el “Social Travelling”. Una forma de viajar, de una manera más auténtica y local, que viene de la mano de una generación más joven, llena de energía, entusiasmo y curiosidad y armada con las últimas tecnologías.

La ya famosa web 2.0 se ha convertido en la herramienta indispensable para el turista actual a la hora de organizar su viaje. Según los últimos estudios, en USA por ejemplo, el 87% de las personas, acude a Internet como fuente principal de información para planificar su viaje, el 31% navega en busca de vídeos, y hasta un 45%  basa sus planes según las experiencias y recomendaciones de otros turistas.

Esto es sólo en lo que se  refiere a las fases previas de preparación del viaje, pero ¿qué pasa durante? o ¿cuándo regresamos?

Gracias a la tecnología de los smartphone, ahora podemos estar conectados a todos y a todo en cualquier momento. Si queremos podemos ir relatando cosas acerca de nuestro viaje mientras que lo estamos viviendo. O por ejemplo también, si tenemos apetito y no sabemos dónde ir, podemos recurrir a aplicaciones que nos muestren los restaurantes de la zona y la valoración que les han dado otros usuarios. El poder y sabiduría de una comunidad global de viajeros se encuentra fácilmente a nuestro alcance.

 La red ha cambiado nuestros hábitos cuando viajamos y ello ha desembocado en un turista 2.0, que quiere vivir su viaje de una forma más significativa y sobre todo desea compartirlo.

Este turista social, es muy distinto del antiguo turista del siglo XX que contrataba un paquete con todo cerrado, se escondía tras las paredes de un hotel y era feliz simplemente sacándose la típica foto en el monumento de turno.

Este nuevo turista social de hoy, busca algo más, una experiencia más real y cercana. Evita los hoteles, pues son más impersonales y notablemente más caros. Quiere empaparse bien de lo que le rodea, experimentándolo de verdad. Quiere descubrir los “secretos” locales, los sabores y colores de los platos tradicionales y sobretodo, conocer a las gentes del lugar. Por supuesto, no es un turismo apto para tímidos, pues se debe tener un carácter abierto y estar dispuesto a experimentar y conocer. En este sentido, este turista social, disfruta de muchas más ventajas en comparación con el turista anterior. Además para éste, el social travelling, no acaba cuando se regresa al hogar propio. Todo lo contrario, comienza entonces otra nueva etapa del viaje: la de compartirlo. Ahora toca transmitir lo vivido y compartirlo con amigos y hasta con otros viajeros, contando reflexiones, experiencias y consejos.

Lo que antes era el reunirse una tarde para enseñar el álbum con las fotos de las vacaciones, ahora se ha transformado en colgarlas en Facebook, Google+, Twitter, etc., y esperar a que nuestros amigos las comenten para darnos su opinión.

El mercado del turismo tiene que adaptarse a estos cambios en la demanda y evolucionar hacia el nuevo concepto. Internet también proporciona el escenario perfecto para ello, y son muchas las start-ups dinámicas y flexibles, que han surgido en los últimos tiempos para intentar dar respuesta a esta necesidad de una forma creativa y sencilla. Un ejemplo de este tipo de iniciativa es Wimdu, un portal que pone en contacto a viajeros con propietarios de alojamientos de todo tipo y por todo el mundo. Creando una interacción única entre huéspedes y anfitriones, que ofrece una perspectiva nueva y mucho más enriquecedora del lugar de vacaciones. O por ejemplo  Carpooling, una plataforma para viajar en auto compartido por Europa.

 El social travelling es además, algo así como una especie de “consumo colaborativo”. La web social permite el intercambio todo tipo de cosas, desde ropa o hasta como hemos mencionado autos y alojamientos, que en la gran mayoría de los casos tienen el valor añadido del toque humano, lo cual es verdaderamente apreciado. En el caso de los alojamientos, esto se traduce en tener al alcance, la mejor y más fiable fuente de información que podamos desear: los consejos y el punto de vista de alguien que vive en el lugar que estamos visitando y que estará encantado de hacer de nuestro viaje una experiencia inolvidable. Se trata de dejar atrás el hiperconsumismo y evolucionar hasta la compartición.

 Esperemos que la interacción entre los social media y este consumo colaborativo, logre que el sector turístico, ofrezca ese valor extra y logre así adaptarse mejor a las demandas y necesidades de este nuevo turista 2.0. dispuesto a convertir el mundo en su hogar, allá dónde se encuentre.

 El Ciudadano


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