Desde el pasado viernes 7 de marzo, más de 1.200 trabajadores de Starbucks en Chile dieron inicio a una histórica huelga nacional para exigir mejores sueldos, tras denunciar que los que perciben se encuentran bajo la línea de la pobreza.
La paralización que involucra a alrededor de 37 locales en todo el país, se produce luego de que el proceso de negociación colectiva, que se venía desarrollando desde hace meses, llegara a su fin frente a la negativa de la empresa de responder a las demandas de los empleados, incluyendo su última contraoferta.
El café más barato de Starbucks cuesta $3.200 y un frapuccino grande vale $5.700; mientras que un barista promedio gana solo $2.800 por hora y percibe alrededor de $380.000 mensuales.
Asimismo, los trabajadores de la cadena denuncian que las condiciones laborales son precarias, ya que en su mayoría trabajan una cantidad de horas que no les permiten alcanzar el salario mínimo, por lo que deben recurrir a tomar otros empleos.
Ante la movilización, desde Starbucks señalan respetan el derecho del sindicato de trabajadores de iniciar un proceso de huelga legal, reiterando su «compromiso a seguir dialogando de buena fe, manteniendo las puertas abiertas y disposición a llegar a consensos».
Sin embargo, señalan que el sindicato pide un aumento salarial del 200%, una cifra que consideran insostenible, ya que queda «fuera del rango que permitiría la sostenibilidad del negocio en el tiempo».
Además, alegan que ya ofrecen beneficios y bonos superiores al promedio del sector. Entre los que figuran asignación de movilización y colación; seguro de salud complementario; bono de escolaridad; bonos trimestrales; bono por entrenamiento; bono del plan incentivo y aguinaldos, entre otros.
«Starbucks falta a la verdad»
Por su parte, desde el sindicato aseguraron que necesitan de un aumento efectivo de remuneración y plantean que «Starbucks falta a la verdad» en las declaraciones que ha ofrecido en torno a la paralización de actividades.
A través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social Instagram, señalaron que con motivo del inicio de la huelga de 1.200 trabajadores, Starbucks compartió una declaración pública en la que transmitió que «una de nuestras exigencias para llegar a un acuerdo entre las partes es un aumento salarial de 200%, para justificar por qué no accedió al petitorio sindical», por lo que señalaron que la empresa «falta a la verdad».
Plantearon que, «lo que ocurrió realmente» es que durante le proceso de mediación ante la Inspección del Trabajo, la trasnacional «repuso una oferta que había sido rechaza anteriormente» y ofreció el pago de un bono de término de negociación según jornada labor, el cual «jamás había sido solicitado por el sindicato.
«En la última reunión, la empresa insistió en el pago de un bono de término de negociación con el objetivo declarado de que no fuera piso para la próxima negociación, es decir, que se pagara en estos tres años y después los trabajadores lo perdieran, con la consiguiente baja en sus remuneraciones», señalaron,
No obstante, en este encuentro el sindicato insistió en su postura: aumento efectivo de remuneración (bono anual o mensual), pero no pagos por única vez.
Asimismo, indicaron que el monto a acordar podía ser revisado, pero la compañía «mantuvo su negativa a mejorar la oferta y logró un 84% de rechazo en la consulta realizada a las bases».
En concreto, explicaron que lo solicitado por los trabajadores en la mediación «equivale a $21.000 mensuales brutos por persona, e incluso se redujo a un bono anual de $180.000 brutos».
¿Alguien puede creer que eso signifique un 200% de aumento salarial?, preguntaron.
Para los integrantes del sindicato, «se trata de una evidente mala fe de la empresa para desinformar sobre las razones de la huelga y esconder que su contrato colectivo de 2 años mantiene a sus trabajadores bajo la línea de la pobreza«
«Estamos desafiando una lógica empresarial»
En un video compartido sobre una de las movilizaciones realizadas en el establecimiento ubicado en aeropuerto de Santiago, el presidente del sindicato, Antonio Páez, señaló que la huelga que mantienen los trabajadores es histórica, «no solo porque se cumplen 10 años desde la última vez que estuvimos en la calle, sino porque estamos desafiando una lógica empresarial que atañe sobre todo a estas grandes multinacionales como Starbucks y McDonald’s».
Los trabajadores señalan que la transnacional no tiene intención de ofrecer una «respuesta sensata» a sus demandas salariales.
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