Trabajadores ponen en duda crisis de Codelco: «Quieren impedir los cambios y transformaciones»

Las afirmaciones del presidente ejecutivo de Codelco, quien señaló que la empresa no tiene "un puto peso" han sido cuestionadas por ex y actuales dirigentes del cobre. Los trabajadores apuntan a un intento de frenar las reivindicaciones sociales.

Trabajadores ponen en duda crisis de Codelco: «Quieren impedir los cambios y transformaciones»

Autor: Vanessa Vargas

cristian cuevasEl radical análisis realizado por Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de Codelco, sobre la situación financiera de la empresa estatal envió una serie de señales al país. «No hay un puto peso», fueron las palabras exactas de Pizarro, que hoy son cuestionadas desde diversas aristas por los trabajadores.

El mismo Cristián Cuevas, quien se desempeñó durante años como dirigente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, puso en duda la supuesta crisis, asegurando que «estos son acuerdos establecidos desde el Consejo Minero, que marca la pauta de inversión en nuestro país y también las decisiones políticas destinadas al desarrollo productivo.

En opinión de Cuevas, ex militante del Partido Comunista, el gobierno «sabe cómo recuperar los bonos desde el exterior para hacer inversión en nuestro país. Los recursos que están afuera de Chile se pondrían poner en función de desarrollar y resolver la situación no sólo de Codelco, sino del país en todo ámbito, con el fin de resolver esta situación de crisis mundial».

Además, el dirigente apuntó a la intención de parte del presidente ejecutivo de Codelco -en apoyo con el ministro Valdés, quien apoyó sus dichos y aseguró que es importante que «Chile conozca la verdad»- de advertir al país sobre falta de recursos, justo cuando los movimientos sociales salen a las calles a pedir una serie de reivindicaciones.

«La opinión de Valdés busca generar temor e incertidumbre en la población y esa no es la función de un ministro de Estado. Ellos, a partir de estas políticas, buscan impedir que avancen los cambios y las transformaciones. Lo que están diciendo para la mayoría es: no salgan a marchar más, no hay plata, hay que cuidar la pega y la inversión», puntualizó Cristián Cuevas. Y agregó: «Han sido ellos mismos parte de este descalabro que generaron».

¿NO HAY UN «PUTO PESO»?

codelcoEl coloquial diagnóstico del presidente ejecutivo de Codelco se pone en duda a la hora de analizar los millonarios sueldos de la plana directiva. Los datos pueden ser revisados en la web de la Corporación Nacional del Cobre, en la sección «Ley de Transparencia», donde algunas remuneraciones anuales superan los 400 millones de pesos.

En el caso del mismo Pizarro, su renta anual es de $444.278.022. Según esto, el presidente de Codelco gana 37 millones de pesos al mes, mientras que la diputada DC Laura Albornoz, que es parte del directorio desde 2014, gana más de 5 millones mensuales por sus funciones.

Otras remuneraciones, como las de Juan Avendaño Díaz, quien se desempeña como gerente general de la División El Salvador, dan cuenta de un sueldo anual de 348 millones de pesos, correspondientes a cerca de 30 millones mensuales. Caso similar ocurre con Sergio Parada Araya, gerente general de la división Chuquicamata, quien obtiene 385 millones al año.

Un fuerte contraste con la realidad de los últimos años para los trabajadores del cobre, que han sido despedidos masivamente. Recientemente, en la división El Teniente de Codelco, se anunció el despido de 600 trabajadores por finalización adelantada de contratos con la Sociedad de Construcciones Minera Spa (SCM).

Edward Gallardo, quien es dirigente de Sindicato SCM, analiza los despidos ocasionados por la crisis: Siempre que hay problemas entre las contratistas y Codelco, esto termina repercutiendo en el eslabón más débil, que somos los trabajadores».

Los despidos se realizarán aunque también se informó que las obras -ya en operación- seguirán su curso, lo que resulta difícil de entender para los trabajadores.

cobre

Gallardo puntualiza que, además de los 600 trabajadores despedidos en El Teniente, otros mil trabajadores quedarán sin contrato en la división El Salvador. «Son trabajadores de la minería que se suman a los miles y miles -cerca de 40 mil- que han quedado sin trabajo en los últimos años a raíz de esta supuesta crisis del cobre», agrega.

Aunque están en calidad de subcontratos, Codelco ofreció hacerse cargo de pagar los sueldos y finiquitos, aportando dudosas sumas a empresas subcontratistas, que vuelven a despertar sospechas: «¿No deja en evidencia eso quién es el verdadero empleador de los contratistas? Exigimos entonces nuestro paso a planta», apunta el dirigente del Sindicato SCM. Además, acusan que los sectores más afectados son precisamente quienes han liderado movilizaciones importantes durante los últimos años.

Hace un año, estas acciones costaron la vida de Nelson Quichillao, un minero subcontratado que participaba de las protestas en el contexto del Acuerdo Marco entre trabajadores y Codelco. En junio de 2015, Quichillao resultó acribillado por Fuerzas Especiales.

 

ES UN FRENAZO A NUESTRAS DEMANDAS

 

 

trabajadores-cobreLos trabajadores del cobre niegan que Codelco esté dejando de recibir recursos. Lo que ocurre, explican, es que la empresa está dejando de percibir las grandes utilidades registradas del momento de bonanza del cobre que se vivió hace unos años.

«El espectacular ciclo del cobre que se vivió hace 2 ó 4 años atrás permitió a la estatal Codelco el poder hacer espalda suficiente para afrontar tiempos de crisis mundial o de bajo precio del cobre», explica Edward Gallardo.

Los trabajadores que hoy se movilizan para frenar los despidos también aseguran que esta crisis de Codelco tiene un tono ideológico evidente.

«Ellos tienen que sustentar a los empresarios de este país, quienes además gobiernan, y junto el Parlamento que está financiado por los mismos, tienen que sustentar esta apretura de cinturón, esta descarga de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores», puntualiza.

Además, el dirigente sindical del cobre recalca que las últimas movilizaciones sociales han encendido las alertas de la clase política y en este contexto, la crisis es funcional. «No quieren marchas como la de los miles que hemos salido a la calle para pedir pensiones dignas. Para eso hay que decir estamos mal, no tenemos un peso… ¿Quién tiene plata, entonces? ¿Quién resuelve los problemas de los trabajadores? Es un frenazo a nuestras demandas».

Para los trabajadores, la demanda histórica de renalización del recurso estratégico vuelve a tomar sentido, aunque algunos prefieran olvidarla. Esta vez, eso sí, con derecho de los trabajadores a gestión y control sobre el cobre chileno.


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