TTIP, el tratado negociado en secreto que creará la mayor área de libre comercio del mundo

La ciudadanía europea ha recogido hasta la fecha más de un millón de firmas rechazando radicalmente este tratado secreto que, según la petición firmada, supone «una auténtica amenaza para la democracia y el estado de derecho«. Desde febrero de 2013 Estados Unidos, la Unión Europea y las principales mutinacionales, están negociando en secreto la creación del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión pensado para unificar ambos mercados creando la mayor área de libre comercio del mundo. Se trata del sueño de las grandes empresas, tanto europeas como norteamericanas, que dispondrían a partir de 2015 -año en el que supuestamente entra en vigor el tratado- de un mercado compuesto por 800 millones de clientes.

Según la estimación del semanario The Economist, esta alianza podría provocar un incremento del producto interior bruto de EEUU del 0,4%, pudiendo ser incluso mayor en el caso de la Unión Europea. Pero, frente a los economistas que defienden las ventajas de un mercado unido, se sitúan los expertos que auguran consecuencias muy negativas para la ciudadanía con la firma de este tratado, que homogeneizará la legislación de los paíes firmantes y eliminará las trabas y aranceles que hasta el ahora habían controlado los intercambios comerciales entre EEUU y los países miembros de la Unión Europea.

El diario español InfoLibre habla sobre la preocupación reinante entre los economistas europeos debido al sospechoso secretismo con el que se han llevado a cabo todas las negociaciones y que ha propiciado la aparición de especulaciones e hipótesis sobre las posibles consecuencias de este tratado. La Comisión Europea, Estados Unidos y las grandes empresas han sido los únicos organismos presentes en las reuniones a puerta cerrada en las que se ha negociado los términos del tratado conocido por sus siglas en inglés TTIP.

Las posibles consecuencias que dejaría la entrada en vigor de este tratado, según los expertos en economía, son varias. En primer lugar la degradación de los derechos de los trabajadores. Con la unificación de los mercados europeo y estadounidense, predicen los economistas, se homogeneizarán también los derechos laborales. Las leyes que regulan los derechos y obligaciones de los trabajadores de Europa y Estados Unidos son muy distintas. De hecho, como apunta el diario francés Le Monde Diplomatique, Estados Unidos sólo ratificó dos de las ocho normas fundamentales de la OIT, la Organización Internacional del Trabajo. Por lo tanto y conociendo la forma de actuar del gobierno estadounidense, es lógico pensar que, entre que EEUU amplie los derechos de sus trabajadores, o que la Unión Europea recorte los de los suyos, en las negociaciones se haya optado por la segunda opción.

Otra de las posibles consecuencias tiene que ver con el relajamiento de las normas sanitarias y de consumo. Al abrir las fronteras y eliminar los controles, las empresas norteamericanas podrán vender en Europa todos sus productos, incluso los que actualmente están prohibidos en la Unión Europea, como la carne tratada con hormonas o los pollos lavados con cloro.

Además, según la información recogida en el diario español InfoLibre, el TTIP también ha previsto la creación de unos organismos llamados Tribunales de Arbitraje que se enargarán de resolver los litigios que surgan entre las grandes empresas y los estados. Así, cuando una poderosa empresa vea limitada su actividad comercial por la legalidad de algún país, ésta podrá acudir a estos tribunales para demandar al estado que perjudica a sus intereses.

Por lo tanto, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión supondrá la creación de nuevas leyes hechas por y para servir a las multinacionales, que, a partir de que el tratado entre en vigor en el año 2015, podrán gobernar libremente en el área comercial más grande del mundo.