Estimados señores:
Después de felicitarlos por tan digno y efectivo medio de comunicación, el que nos pone al día en los contubernios políticos, económicos y sociales, me dirijo a ustedes con el fin de ayudarlos con mis conocimientos a los vuestros a objeto de entregar más luz e información que todo Chile necesita.
Aunque fui dirigente sindical marítimo-portuario entre los años 1967-1979, vibré con el socialismo sin militancia política alguna. No quería que nadie manipulara mi libertad de conciencia, y que siempre me pusiera del lado de la verdad y la justicia.
Auto exiliado en el extranjero entre 1982-1993, regresé por la vuelta a la democracia a reinstalarme junto a mi familia a nuestra querida patria. A pesar de haber sido torturado, detenido y autoexiliado para salvar mi vida, de ninguna manera se me concedió la pensión como tal, a ¿razón? no haber tenido militancia política en partido alguno de la Concertación (sigo siendo libre sin compromiso con nadie).
Todo esto lo digo como para identificarme y sepan quién les escribe.
Pero vamos al propósito de ésta.
Cuando Irak invadió Kuwait (Guerra del Golfo 1990-92) las fuerzas aliadas replegaron a Irak a su territorio.
Al término de este conflicto, George Bush (padre) presidente de USA y el patrón del Vaticano e Iglesia Católica, Karol Wojtyla (Juan Pablo II) se reunieron bajo el subsuelo de la Basílica de San Pedro, donde acordaron establecer autoridad mundial en cuatro áreas estratégicas: económica, política, militar y religiosa.
El Vaticano escogió Económica-Religiosa y los EEUU Política y Militar. Trazaron este diabólico plan para someter al mundo por la economía. Yo pregunto: estos dos personajes ¿se dieron cuenta que dieron cumplimiento al capítulo 13 del Libro de Apocalipsis?
Creo que ni lo sospecharon.
Dicho macabro y satánico plan, fue publicado consciente o inconsciente (no lo sé) por el jesuita norteamericano Malachi Martin en su obra “Las llaves de esta sangre”. Este autor colgó las sotanas en El Vaticano, regresó a USA, escribió y editó el libro, lo que le costó la vida, asesinado por sus propios hermanos. La citada obra denuncia los propósitos del nuevo orden mundial o globalización.
Una de las exigencias para todos los países es la privatización de todos los estamentos estatales. Y esto lo saben ministros, senadores, diputados y presidentes de la República.
¿Por qué no arreglan la educación, la salud, los servicios fiscales, etc.? Porque todos ellos lo saben, y tienen miedo a denunciar a este duo mafioso mundial que no vacilarían en asesinarlos. Los más informados de este brutal atentado mundial son los jesuitas y los civiles Opus Dei, a cuya organización pertenecen Frei, Lavín, Piñera, Pérez Yoma, etc., etc.
Luego de acordado establecer este nuevo orden mundial, esperaron la ocasión para ponerlo en marcha.
Era necesario que el partido republicano volviera al poder por las prerrogativas del presidente.
Fue así: mañosamente fue elegido Bush hijo, y a los pocos meses fueron derribadas las Torres Gemelas, centro mundial de la economía. En este atentado participaron las siguientes organizaciones: CIA, FBI, Partido Republicano, Vaticano (capitales), Israel (capitales) y el Mosad, servicios secretos de Israel.
Culparon a los musulmanes para invadir, matar y destruir Irak, para apoderarse del petróleo y especular con el comercio de él.
Los aviones que colisionaron las Torres Gemelas fueron manipulados por la CIA en el mismo aeropuerto, y luego dirigidos a control remoto contra las torres. Por esto no buscaron y no quisieron encontrar las cajas negras de registro de los aviones, porque los pilotos denunciaron la inmaniobravilidad de los aparatos.
Hago recuerdo de este horrible atentado para que ustedes puedan comprender hasta dónde va el cumplimiento de lo profetizado por Dios en su palabra. Yo estuve allí en Nueva York muy cerca de los hechos conociendo la absoluta verdad de ellos. Las torres se desmoronaron porque habían poderosas cargas de dinamita en sus fundamentos, puestas en años anteriores, esperando que el partido Republicano volviera al poder.
Los norteamericanos le vendieron al mundo la pomada del terrorismo. Al día siguiente del auto-atentado, los musulmanes americanos hicieron declaraciones por todos los medios diciendo: “Nosotros no tenemos nada que ver con la caída de las Torres Gemelas. Pregúntenle a los 4.000 judíos ricos que no fueron a trabajar ayer”.
Frente a este nuevo orden mundial o globalización, débense investigar a ambos actores: Vaticano y USA.
La Iglesia Católica es la institución más rica que pisa este mundo. Tiene 1.600 años de antigüedad y de acumular riquezas. Posee la cadena más grande de bancos en el mundo, como ser: Crédito Suizo, en Suiza; Santander, en España, ramificado en Latinoamérica; Itaú, el más grande de Brasil, ramificado también; el Scotia Bank; la tarjeta Visa; el First National City Bank, en USA, etc., etc., etc.
Posee la flota mercante más grande en el mundo, como ser: MSC, Mediterranean Shipping Company; la Maersk Sealand danesa; la APL, American Presiden Line, y una cadena de menores compañías en los cinco continentes.
De las 40 mil naves que navegan en la mundo, como 25 mil pertenecen a este imperio romano.
En Chile, han comprado: el agua, la electricidad, el gas y el teléfono. Los españoles son sólo “palos blancos”. Hipermercados Jumbo, Santa Isabel, Líder y otros son suyos también: En febrero pasado, el “palo blanco” del Vaticano, Horst Paulmann viajó a Perú a comprar la cadena Wong en Perú (50 supermercados), el 70% de las acciones El Credit Suisse (¿?) puso los 250 millones para esta inversión.
De toda la riqueza (única en el mundo) que poseen estos pseudos cristianos católicos, no ponen un peso para sus hogares de beneficencia. Todo se lo piden a los gobiernos, empresas, sindicatos, a los trabajadores, etc.
Cuando se dicte la ley dominical mundial (creo que será el 2012), se dará comienzo al fin del tiempo. Dios se tomará venganza por la sustitución de su día de reposo, el sábado, 4° mandamiento de la ley de Dios: Exodo 20: 8-12. La ley dominical se constituirá en la marca de la bestia, mientras que el sábado es el sello de Dios.
Para mayor información:
1. “El gran conflicto”, por Ellen White. Pídalo en la librería de las Iglesias Adventistas del Séptimo Día. Esto sobre el sábado.
2. Sobre la ley dominical, dirigirse al senador Juan Pablo Letelier y a la Conferencia Episcopal de Chile.
Gracias por vuestra atención y espero que todo esto sea de utilidad para todos.
Iván Aguirre Rojas
Valparaíso