Con el propósito de frenar el boicot internacional que ejercen los ejes de poder global alineados y subordinados a los intereses de Estados Unidos, el Gobierno de Venezuela ha intensificado su agenda diplomática para fortalecer sus relaciones económicas, comerciales, estratégicas y geopolíticas.
En los últimos días, Caracas ha logrado establecer, redefinir y potenciar nuevos acuerdos con países como China, con el objetivo de incrementar la producción petrolera, meta fundamental para cumplir con los requerimientos establecidos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde Venezuela debe cumplir con una producción de 1.972.000 barriles diarios para el segundo semestre de 2018.
En el ámbito financiero, informó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Venezuela concretó un convenio con el Banco de Desarrollo de China para traer a expertos en distintas áreas de la economía, quienes harán recomendaciones y se sumarán a los nuevos planes de desarrollo económico, proceso que está fundamentado en los 15 motores de la Agenda Económica Bolivariana.
Este acuerdo se logró durante la visita que efectuó Simón Zerpa, ministro de Economía y Finanzas de Venezuela, a Beijing, China, donde presentó los ejes de desarrollo del nuevo modelo económico bolivariano.
Ambos países mantienen una revisión exhaustiva de todos sus acuerdos a través de la Comisión Mixta de Alto Nivel, instancia orientada a potenciar las capacidades productivas e inversiones bilaterales. Desde su creación, en 2001, han concretado más de 480 acuerdos en diferentes áreas de asociación estratégica y revisan constantemente los avances de convenios de cooperación. Tan sólo en 2017, Venezuela y China ampliaron sus acuerdos en los sectores automotriz, agrícola e industrial.
Producción petrolera
Este viernes, Venezuela concretó 11 nuevos acuerdos con empresas de servicios integrales para excavar pozos petroleros y aumentar la producción de crudo de la estatal PDVSA, empresa que lo informó en una nota de prensa.
“La alianza está amparada en el decreto 3.368, que faculta al Ministro (de Petróleo) para otorgar fluidez en los procesos internos de la empresa, con el fin de incrementar y recuperar la producción de crudo”, cita el boletín. Los convenios se ejecutarán en la región occidental de Venezuela, con el objetivo de recuperar la producción, mantener operativa la flota lacustre y reconectar pozos petroleros.
China y Venezuela también acordaron, a través de la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) y PDVSA, coordinar esfuerzos para incrementar la producción de crudo en sus empresas mixtas. Esto se logró luego de una reunión entre el presidente de la CNPC, Wang Yilin, el ministro Simón Zerpa y el vicepresidente de Comercio y Suministro de PDVSA, Fernando del Quintal, en la que se evaluaron proyectos de cooperación que mantienen ambas empresas.
PDVSA y CNPC, que mantienen inversiones conjuntas por el orden de los 10.000 millones de dólares y son socios en cuatro empresas mixtas (Petromiranda, Petrourica, Petrolera Sinovensa y Petrozumano), harán énfasis en los servicios integrales asociados a la producción de la empresa mixta Sinovensa, ubicada en el Distrito Morichal de la Faja Petrolífera del Orinoco del estado Monagas, al Oriente venezolano.
Espaldarazos de Irán, Bolivia y Rusia
Este viernes, el viceministro venezolano para Asia, Medio Oriente y Oceanía, Rubén Molina, sostuvo un encuentro con el embajador de la República Islámica de Irán, Mostafá Alaei, como parte de la agenda diplomática venezolana para la paz; reunión que fue difundida en Twitter por la cancillería venezolana. Mediante la agenda de paz, Venezuela afina sus vínculos de amistad y cooperación estratégica con las naciones soberanas del mundo.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha sido uno de los líderes progresistas que más ha demostrado su apoyo a Venezuela y la Revolución Bolivariana, al condenar de manera reiterativa la injerencia de Estados Unidos contra el pueblo venezolano; y denunciar las pretenciones de Washington de invadir la nación suramericana.
Además, Bolivia, que marcha a la cabeza en Suramérica en cuanto a crecimiento económico a lo largo de una década, gracias a la nacionalización de sus recursos naturales, es uno de los aliados y bastiones fundamentales de Venezuela en la región para lograr la restauración de las fuerzas progresistas e integracionistas en Latinoamérica.
En ese sentido, Rusia también ha expresado su solidaridad con el pueblo venezolano y esta posición quedó establecida este jueves luego de que condenara la amenaza de Estados Unidos de intervenir militarmente en Venezuela y manifestara que es inadmisible el uso de la fuerza para resolver la coyuntura económica y política en el país. Esto lo expresó a través de declaraciones que ofreció a Sputnik el director del departamento latinoamericano del Ministerio de Exteriores, Alexandr Schetinin.
“Lo consideramos absolutamente inadmisible, en primer lugar, porque nos oponemos por convicción a la política de sanciones, limitaciones y restricciones respecto a un país soberano (…) El uso de la fuerza no resolverá el problema en Venezuela, sino agudizará aún más la crisis que vive el país«, indicó Schetinin a Sputnik.
El diplomático ruso destacó que Venezuela se encuentra en una importante fase de desarrollo y señaló que la reelección del presidente Nicolás Maduro abre la posibilidad de emprender un programa de desarrollo económico y social que requiere del diálogo y concertación de todas las fuerzas políticas de ese país.
“Estamos profundamente convencidos de que la tarea de comunidad internacional consiste en ayudar a los venezolanos interesados en el desarrollo constructivo y dinámico del país, sentarse a la mesa de negociaciones en el marco del diálogo nacional al que llama el Gobierno”, agregó Schetinin.
Intervención norteamericana
Los planes intervencionistas del presidente estadounidense, Donald Trump, contra Venezuela fueron confirmados por un alto funcionario del Gobierno de esa nación a la agencia estadounidense Associated Press (AP). De acuerdo con AP, Trump expuso sus pretensiones en reuniones sostenidas el pasado 10 de agosto con Rex Tillerson -exsecretario de Estado- y el exconsejero de Seguridad Nacional, H. R. McMaster.
Ambos, sin embargo, le explicaron que un ataque militar contra Venezuela traería consecuencias negativas para Washington en la región. Ante tal revelación, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, señaló que una intervención militar jamás resolverá la situación interna del país.
«Todavía en la campaña mediática y en la guerra psicológica diaria hay gente que repite y cree que es mentira que el imperio estadounidense agrede, amenaza y bloquea a Venezuela (…) Venezuela debe seguir defendiendo su derecho a atender sus propios problemas. No será jamás una intervención militar una solución para los problemas de Venezuela», expresó Maduro durante un acto de ascensos militares celebrado el miércoles en el Panteón Nacional, en Caracas, reseñado por AVN.
Más aliados
El nuevo modelo económico de Venezuela también impulsa la generación de recursos fuera de la renta petrolera, razón por la que el país suramericano ha venido acordando nuevas alianzas para diversificar su economía y cortar la dependencia que históricamente ha tenido con el crudo.
Este viernes, por ejemplo, la nación bolivariana concretó en una jornada de trabajo con representantes diplomáticos de Sudáfrica, avances en áreas como transporte, comercio, energía, agricultura, minería, turismo e inversión con el objetivo de impulsar y ampliar las relaciones entre ambas naciones.
La Cancillería de Venezuela informó sobre estos nuevos acuerdos a través de Twitter, donde detalló que el jefe de la diplomacia, Jorge Arreaza, se reunió con el ministro de Recursos Minerales de Sudáfrica, Samson Gwede Mantashe, en trabajo mancomunado para impulsar el desarrollo ecológico-minero en el país, proceso que requiere un trabajo en el que los efectos negativos contra el medio ambiente sean lo menos dañino posible.
Previamente, Arreaza también se encontró con el ministro de Energía, Jeff Radebe, para definir líneas de trabajo conjunto en el ámbito energético, todo esto como parte de la Gira por la Dignidad Sur-Sur que inició el titular de la cancillería venezolana el miércoles pasado.
Arreaza también evaluó junto a la ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Lindiwe Sisulu, los avances de la cooperación bilateral en diversas áreas, con miras a ampliar y afianzar las relaciones de hermandad e inversiones conjuntas.
Venezuela y Sudáfrica mantienen fuertes relaciones políticas desde 1994 y, a partir del inicio de la Revolución Bolivariana, en 1999, bajo el liderazgo del comandante Hugo Chávez, Caracas potenció su política exterior con miras a estrechar lazos de hermandad y solidaridad y ejecutar proyectos conjuntos a favor de los pueblos con potencias emergentes como Sudáfrica.
Antes, el líder diplomático se reunió también con el secretario general del Congreso Nacional Africano, Ace Magashule, visitó Mozambique, al sur de África, donde representantes de los Gobiernos de Venezuela y de la nación africana firmaron un conjunto de acuerdos de cooperación para impulsar y avanzar en el desarrollo de ambos pueblos y fortalecer lazos de hermandad.
Venezuela y Mozambique pudieran conformar próximamente una Comisión Mixta para establecer proyectos que contribuyan a resolver problemas comunes, temática que fue abordada en un encuentro entre Arreaza y el presidente de Mozambique, Filipe Nyussi, y su ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio Pacheco.
Arreaza también se encontró con la presidenta del parlamento de Mozambique, Verónica Macamo, con quien abordó temas como la lucha contra la pobreza, la igualdad de género, el funcionamiento del Poder Legislativo y su interacción con el pueblo, la diversificación de la economía y la producción agrícola, reseña la cancillería a través de Twitter.
El diplomático acotó que para Venezuela es fundamental consolidar la integración entre África, América Latina y El Caribe; pues propiciará la autonomía en materia económica, comercial y tecnológica; sobre todo en una situación coyuntural como la de Venezuela, que es víctima de un asedio continuado contra su economía y sufre un bloqueo financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos en alianza con la Unión Europea y sus países serviles en el continente americano.