La venta de las acciones en las cuatro empresas sanitarias en las que el Estado tiene participación tiene como incógnita el destino final de los recursos que generará. La Corporación de Fomento a la Producción (Corfo), encargada de distribuir los recursos, podría destinarlos a empresas estatales que, según estudios, podrían ser luego privatizadas.
La decisión filtrada en medios de prensa el pasado miércoles 22 de diciembre, y ratificada luego por la Corporación de Fomento a la Producción (Corfo), permitirá la venta de los paquetes accionarios pertenecientes a Aguas Andinas (34,98%), Esval (29,43%), Essal (45,46%) y Essbio (43,44%), propiedad del Estado. Las razones que esbozó la dirección de la empresa estatal fue que eran “prescindibles” para su gestión.
En cuanto al destino que tendrán los 1.600 millones de dólares producto de la venta, la entidad gubernamental afirmó que están el financiar la reconstrucción, inyectar recursos a empresas estatales, Codelco, EFE, Enap y el Metro. También se dijo que el remanente podría ser para programas de Corfo en ayuda a las pymes, para educación, seguridad ciudadana, etcétera… “una especie de menú a la carta, un disparo al voleo con escopeta al que caiga”, señaló el periodista Tomás Mosciatti al respecto.
La misma cantidad de dinero que se reunirá con el negocio podría recuperarse en 5 años, en las actuales condiciones. Así lo explica el senador del Partido Por la Demoracia (PPD) Guido Girardi: “Por qué enajenar la participación del Estado que hoy le reporta 120 millones de dólares al año y por qué venderla en 1.600 millones de dólares que en 5 años se recuperarán. Aquí hay una falta de visión estratégica, porque lo que debiéramos hacer es recuperar y nacionalizar el recurso agua”.
Como contraparte a la visión de Girardi, el diputado de Renovación Nacional (RN), Nicolás Monckeberg, cuestiona: “¿Qué es mejor para el país?¿Que el Estado tenga un capital minoritario congelado en las sanitarias, sin recibir ningún beneficio a cambio? ¿O utilizar esa plata, por ejemplo, para generar inversión en otras empresas públicas como el Metro en Valparaíso, el Metro en Concepción, en Codelco, Enap, o en beneficio de las pymes?”
La pregunta que esbozó Mosciatti, durante su opinión de actualidad en el canal de televisión CNN Chile el día 23 de diciembre, podría contrarrestar lo expuesto por Monckeberg: ¿Para qué vener un negocio que renta, en que el Estado no se desgasta en su administración porque lo administran los privados y que, como sabe un niño de primero básico, es un recurso escaso y de primera necesidad?
RECURSOS A FUTURAS PRIVATIZACIONES
La inversión del dinero en empresas que un futuro cercano podrían ser privadas es otro de los antecentes que, según Mosciatti, deberían ser considerados con cautela por la ciudadanía. “Cuidado con las privatizaciones, cuidado con lo que pasará con la Enap, cuidado con la transferencia de recursos de las sanitarias a empresas que posteriormente se van a privatizar; se requiere de mayores explicaciones por parte del Gobierno”, dijo el periodista. Con lo anterior lo que finalmente se haría desde el Gobierno sería destinar fondos públicos a privados.
Desde el interior de la Enap desmintieron cualquier proceso de privatización, explicando que sí estudiaban la posible incorporación de capital privado.
Por último según dijo Mosciatti, “el Estado invertirá dinero en la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), en infraestructura de transporte para empresas privadas tales como Cementos Búfalo, la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), Oxyquímica, Celco y Paneles Arauco. Un subsidio a grandes empresas de grupos económicos”.
Por David Abrigo B.
El Ciudadano