“Es lamentable que estemos iniciando el tercer año de gobierno y todavía no se avanza en la reforma laboral; es lamentable que esta reforma no haya estado inicialmente en el programa de gobierno. Poca gente se acuerda que fue por demanda de la CUT, por conversaciones con la Presidenta y los partidos de la Nueva Mayoría que incorporamos este tema; no estábamos entre los temas más importante”, confidenció el vicepresidente de la Central Unitaria de Trabajadores en conversación telefónica con Radio Cooperativa.
“Sin embargo –explica Díaz– nuestra satisfacción no es plena, no lo es porque, en primer lugar, el gobierno ha presentado un proyecto laboral que es insuficiente. El primero que presentó en diciembre de 2014 incluso pretendía desaforar a la dirigencia sindical y perseguir al movimiento sindical, criminalizando la huelga. Este proyecto recibió 800 indicaciones de parte de la oposición y de la Nueva Mayoría, y fue corregido. Y sucede que ingresa a la Cámara de Diputados y le ponen letra chica, y el gobierno ayer (anteayer) anuncia indicaciones que ni siquiera dejan contentos a los hermanos Walker; nos parece que es impresentable la actuación del gobierno; si el proyecto ya era insuficiente y siguen insistiendo en la letra chica, es una mala decisión del gobierno”.
Respecto a la indicación sobre ‘adecuaciones necesarias’ repuesta el miércoles por el Ejecutivo –una de las medidas más controvertidas del proyecto, que permite al empleador modificar turnos y horarios de trabajo y efectuar las adecuaciones necesarias con el objeto de asegurar que los trabajadores no involucrados en la huelga puedan ejecutar las funciones convenidas en sus contratos–, Nolberto Díaz fue enfático: “Para mí eso es reemplazo interno y es inaceptable”.
El dirigente aseguró a la emisora que “cualquier fórmula que garantice el reemplazo interno es una fórmula que debilita la huelga. Este ya es un proyecto de ley insuficiente, ya la huelga está reducida sólo a la negociación colectiva; no hay huelga por solidaridad, no hay huelga política, no hay huelga para demandar una nueva Constitución; han reducido la huelga a la negociación colectiva y a las lucas, lo cual no funciona así en el resto del mundo. Ya han postergado la reforma laboral, si ya el derecho a huelga está limitado, para qué insisten en ponerle reemplazo interno a través de las adecuaciones necesarias”.
“Este proyecto de ley era para emparejar la cancha con los trabajadores que están sindicalizados –aseveró el segundo en la línea de mando de la CUT–, no para garantizarle derechos a los que no están sindicalizados, porque esos derechos siempre han estado garantizados”. Luego se preguntó: “Qué es esto de la libertad del trabajo del que no está en huelga, si el que no está en huelga, no está en huelga, y puede trabajar y sus derechos están garantizados. La redundancia del gobierno para insistir lo único que pretende es generar letra chica que le permita al empresariado y a sus abogados debilitar la huelga”.
Los hermanos Walker y el ‘cocinero’ Zaldívar
En algunos países, como Italia, sólo basta un trabajador para formar un sindicato. En Chile se requieren 25. Por ello, uno de los puntos que ha marcado la discusión parlamentaria es el quórum necesario para formar un sindicato. En este sentido, Nolberto Díaz pone el dedo en la llaga de su partido, la Democracia Cristiana.
“Aquí lo que ha pasado es que ha habido una vuelta de carnero, una vuelta de chaqueta de algunos senadores, como los hermanos Walker (Patricio e Ignacio), o como el senador Andrés Zaldívar. El senador Andrés Zaldívar el año 81 fue uno de los principales opositores al Plan Laboral diciendo que era un Plan Laboral que afectada los derechos fundamentales; 35 años después hemos visto a Andrés Zaldívar y a los hermanos Walker justificando la debilidad de este proyecto poniéndole letra chica”.
Acto seguido el dirigente se lanza en picada contra sus correligionarios falangistas Andrés Zaldívar y los hermanos Walker, uno de los cuales (Patricio) es el actual presidente del Senado, cargo que antes ostentó su hermano Ignacio, asegurando que “son parlamentarios que no representan a la Democracia Cristiana, y que hoy día no representan a nadie. El señor Andrés Zaldívar debiera jubilarse y retirarse de la política y permitir que otras generaciones asuman, y los hermanos Walker deberían entender lo que realmente pasa en el mundo del trabajo”. Palabras que dan cuenta de una crítica abierta a la desconexión de los aludidos con la realidad del país.
“En Chile –explica Díaz– uno de cada dos trabajadores gana menos de 400 mil pesos (mensuales). Esa es la realidad chilena, y esa realidad es porque el empresariado se ha coludido, se ha puesto de acuerdo en los precios, ha ganado plata fácil; es fácil ganar plata cuando te pones de acuerdo con los precios. Pero, además, los empresarios no sólo se han puesto de acuerdo en los precios del papel (higiénico), de los supermercados, de los pollos, la peor colusión que ha habido aquí es la colusión con la clase política; aquí ha habido una colusión del empresariado financiando las campañas, y controlando el Parlamento para que en 25 años de democracia las leyes no se cambien; entonces el señor Luksic, el señor Angelini, Endesa, Enel, las empresas de energía, las empresas del retail, los supermercados, han financiado la política para que las cosas no cambien”.
Quien tampoco escapó de los dardos del vicepresidente de la multisindical –al considerar que con las ‘adecuaciones necesarias’ incluidas en la indicación del miércoles, no hay reemplazo interno– fue el presidente de la comisión de Trabajo de la Cámara Alta, el senador socialista Juan Pablo Letelier. Sobre el criterio expresado por Letelier, Díaz fue taxativo: “Con todo respeto, Juan Pablo Letelier no tiene idea lo que está hablando. Juan Pablo Letelier hace tres meses conformó la banca pro Pyme y cuando se dio cuenta que la había embarrado se retiró. La bancada pro Pyme está formada por dos senadores socialistas, el presidente de la comisión (Juan Pablo Letelier) y Rabindranath Quinteros, y tres senadores del PPD, Ricardo Lagos Weber, Felipe Harboe y Eugenio Tuma, que lo único que han hecho es ponerle letra chica (a la reforma laboral), y por cinco senadores democratacristianos, que han dado la cacha (sic) porque han andado absolutamente perdidos en materia laboral”.
Colusión política-empresariado
En opinión del dirigente, “este es un problema del Parlamento, aquí el financiamiento ilegal de la política que ha permitido que las leyes no se cambien en 25 años es transversal en la política chilena porque el Parlamento ha sido financiado por la empresa privada, es el Parlamento el que no ha cambiado las leyes, y no lo ha hecho porque la empresa privada ha puesto plata en la política. Y esa es la peor colusión porque esa es la que no permite que cambien las leyes”.
Al concluir su entrevista radial, Nolberto Díaz sentenció: “Llevamos dos años discutiendo un proyecto de reforma laboral en un gobierno que está empezando su tercer año, y nosotros llevamos esperando 35 (años); si aquí a los que han aplastado es al movimiento sindical y a los trabajadores durante 35 años. Antes de la pelea constitucional, la reforma laboral era la madre del cordero, y por eso no hemos podido avanzar, y lo que estamos avanzando en este proyecto es debilitado por un gobierno que acepta el chantaje de una minoría en el Senado. Eso es impresentable”.