Trabajadoras y trabajadores de este mundo iniciamos un nuevo milenio convulsionado en que si los trabajadores, los ciudadanos que hemos contribuido con nuestras manos, con nuestro trabajo y dedicación a nuestro presente, no construimos nuevas formas de organización para nuestra incidencia como colectivo articulado para la transformación del sistema de dominación de la desigualdad reinante, habremos sucumbido a una máquina de control económico y mental de nuestras vidas y de las próximas generaciones.
La lucha del trabajador debe ser actualizada a nuestros tiempos. Hoy puede ser considerado también trabajador aquel pequeño, o mediano empresario, el autónomo que día a día junto al colectivo trabajador, trabaja para sacar adelante el propósito. Se levanta igual de temprano y se acuesta igual de tarde y cansado.
Que no nos dividan con ideas desactualizadas de la lucha de clases, en el mundo actual hay un 1 % que podríamos incluso llevar al 0,1% de la población mundial que son quienes realmente están tomando las decisiones claves para el presente y el futuro para millones de personas sin considerarnos a nosotros, pues el sistema que construyen es para nuestra dominación y se hacen ayudar por una clase política que se encuentra profundamente corrompida.
En los tiempos vigentes del capitalismo, el diseño ha avanzado a tal punto que somos nosotros mismos quienes nos autoexplotamos para mejorar nuestro rendimiento, con tal de conseguir mejores ingresos o resultados. Ya no es necesario un patrón o un capataz, el sistema en curso puede tener a la trabajadora y el trabajador moderno, jornadas de más de 10 horas diarias produciendo frente a una pantalla sin control horario mayor que el cumplir con una determinada tarea.
El mundo está cambiando profunda y rápidamente en este nuevo milenio y hay muchas cosas de las que no nos enteramos por estar preocupados de producir y ganar dinero para llegar a fin de mes. Pero mientras nosotros nos deslomamos, ellos están ensayando un modelo de mayor control de nuestras vidas como la de nuestr@s hijos con costo para nuestra salud física y mental.
El desafío al que queremos invitarles y la forma en la que podemos organizarnos para dar respuesta ciudadana al diseño que se teje de arriba hacia abajo, tiene un nombre especial: Poder Constituyente.
Estas Unidades de Poder Constituyente no son otra forma que juntas y asambleas permanentes de vecinos y vecinas que en vez de hablarse por una pantalla, se reúnen en persona para adoptar las formas que su propias orgánicas determinen pero con un fin específico: Obtener un Nuevo Contrato Social, Una Nueva Constitución para su comuna, territorio o país en cuestión.
Ha quedado demostrado en el Chile reciente, que esta forma de lucha ciudadana para la conquista de nuestros derechos es posible. Y ha quedado demostrado también cuanto temen los administradores del sistema que la gente venga a cambiar las reglas del juego a favor del pueblo, a favor de las trabajadoras y trabajadores, a favor de los más desprotegidos.
Que en Chile el primer intento Constituyente de este milenio haya fracasado finalmente debido a diferentes causas que no analizaremos ahora, no es señal alguna de que nuestro método de lucha sea errado.
Remover desde los cimientos de nuestras sociedades el modelo de explotación neoliberal, solo será posible con la articulación de trabajadoras y trabajadores, de ciudadan@s unidos en poder constituyente para sentar un nuevo contrato social en cada rincón del planeta, que nos proteja antes los planes de quienes desean el control militar, económico, político y biológico de nuestras vidas.
¡Trabajador@s del mundo uníos a la lucha constituyente!
El Ciudadano