El Ciudadano interrumpe su distribución nacional, para concentrar su circulación: desde La Unión pasando por Valdivia para llegar al puerto principal de Valparaíso, la casa Congresista y a Santiago que no quiere despertar; con su centralismo característico. No cesaremos distribución a la zona separatista al sur del Bío Bío, para poder seguir escribiendo desde nuestra trinchera textual; donde el título de “director” lo lleva quien desee batallar por dar a entender su pensamiento, y sepa que desde ahí él no administra ninguna verdad absoluta, gustando además de compartir su punto de vista, con la sabiduría de un gran consejo.
Aquí no hay amos ni señores, no hay distinciones y nos tratamos con respeto, en su mayoría somos jóvenes , adultos, niñas a veces viejitas que creemos en una prensa independiente y que aspiramos a que en cada región y territorio pueda nacer otro El Ciudadano, sin necesidad de tener el mismo nombre; pero que emule el espíritu libertario con que ha nacido este documento que trata ser de importante lectura.
Creemos en la fuerza de las regiones y por ello fue nuestro propósito llegar a cada una, entregando el mensaje de que deseamos mayor poder de decisión local, y que la autodeterminación no sea bautizada como utopía.
Nos da pena por una parte el que este mensaje que calificamos de cardinal entendimiento no pueda seguir llegando a cada lugar de este largo territorio, país cargado de proteccionismo al poderoso, donde sus gobernantes rinden fidelidad a partidos políticos anquilosados por el clientismo. Todo esto junto a medios de prensa irresponsables y a empresarios inescrupulosos, quienes con su dinero creen ser el dedo que tapa el sol.
La “política país” de Chile se quiebra por todos lados ante la inconsecuencia con sus territorios y los deseos de sus habitantes; mas no está distante el que los manifestantes y las asambleas constituyentes comiencen su operar, a pesar de que hoy dejamos de poder alentar este intento de Arica a Magallanes en papel, quedando como alternativa la web desde donde muchos trabajan en tareas similares, hace ya muchos años antes que nosotros.
Próximos están de cumplirse los dos años de circulación de éste periódico, que naciera quincenal y que hoy debido a presiones que no son externas – las que eludimos con éxito- pasamos a ser una sencilla publicación mensual al alcance de cualquier bolsillo, que tendrá menos páginas a color, pero mayor valentía y lucidez en su actuar; como un medio escrito que se aburrió del periodismo informativo que no se quema con nada y decidió, desde un teclado, con insomnio y mucha sed de democracia, remover la conciencia de la ciudadanía y de quienes dicen ser nuestros representantes, los electos.
Retomamos la filosofía del ir de chico a grande, entendiendo que nos saltamos pasos lógicos en nuestro desarrollo y recogemos el valor de la experiencia de haber circulado como medio nacional, desde una humilde oficina ubicada en provincia, en la que el coraje de un equipo de amigos ha sido fundamental.
Prosigue así la historia de un viaje ciudadano, la ola que sigue sin encontrar la playa y que en los últimos días recorrió varias regiones del país, para seguir llevando el mensaje de que una nueva asamblea constituyente es urgencia para el Bicentenario de Chile. Se cumplen 200 años de historia desde la Independencia y es hora de reclamar la nuestra. Demostrar el inconformismo con la privativa y esclavizadora realidad ofrecida, llena de contratiempos dictados por el ritmo neoliberal, son que tanto gusta bailar el socialismo gobernante del Estado Chileno. Este país ya casi no nos pertenece y este Gobierno sigue vendiéndolo todo, enriqueciendo a su clase política intermediaria en los actos de compra venta. No les creemos, han abandonado parte de sus deberes, y hemos decidido gobernar nosotros por ustedes, los ciudadanos y una gran constituyente. Pronto alguien dará la señal esperada aunque nuestra voz trate de ser acallada.
El Ciudadano, las noticias que importan, ya busca nuevas fórmulas de acción.