Las fuerzas sociales se agitan cuando dentro de una familia nace una persona con la idea de sacar adelante a sus congéneres, impulsándolos a un destino que se considera justo y necesario. El poder humano es capaz de traer tempestades y volver a la calma, pero siempre cada uno sabrá para qué fue enviado y por tanto qué paisajes pretende pintar, aunque le tome tiempo terminar aquel cuadro que a veces deja olvidado en algún rincón de su hogar.
Los idealistas han existido siempre en este amplio y bello planeta, tejiendo desde comedias a tragedias que a fin de cuentas cargan en sí mismas un problema de compleja solución. Mientras en las tragedias el Estado pagaba a los autores y controlaba la obra, en la comedia se busca que el espectador tome conciencia de un problema mediante el uso del humor.
El Ciudadano, no humorístico, medio independiente de toda cadena nacional, se ríe del poder y no lo hace con afán burlesco sino con el espíritu de lograr despertar mediante nuestros textos aquel mundo que tratan de ocultar bajo el nombre de utopía. Ahora, incrédulo, puedes reír.
“Mientras la imprenta no estuvo en manos de los obreros, no éramos nadie; vivíamos en la oscuridad, ignorados; no podíamos desarrollar nuestro pensamiento. Pero la creación de la imprenta revela que ha habido un genio en el pensamiento de los trabajadores. Cuando ellos han dicho ‘Tengamos imprenta y entonces perfeccionaremos nuestras inteligencias, entonces las cosas han comenzado a cambiar”, reveló Luis Emilio Recabarren, un obrero tipógrafo nacido en 1876 que fue un idealista de primera fila, luchando desde la trinchera de las letras para defender al pueblo, atado de manos por la revolución industrial chilena.
Ahora, transcurrido el tiempo, podemos observar a la distancia la realidad nacional de antaño, el poder desahogarse y gritar todo, contribuir a nuevas formas de organización y darse a conocer por la astucia con la que nos movemos ¡Cuánta argucia mediante el uso del papel! ¡Cuántas mentiras ha contado la historia! Y nosotros… nosotros querríamos revelarlas todas.
Así, hoy haciendo uso de la tecnología de nuestro pensamiento y conjugándola con el desarrollo electrónico de internet, comenzamos una recolección de firmas (ver nota pág. 21) en www.elciudadano.cl para pedir expresamente a la Presidenta y al Congreso, desde aquí, desde la Provincia de Valdivia: primero, la urgencia al fin del binominal que permitirá -a las diversas organizaciones sociales y políticas- obtener escaños en el parlamento de una forma más sencilla, equitativa y democrática y dos, la suma urgencia al proyecto de iniciativa ciudadana.