Educación para el futuro: incremento explosivo de la conciencia

Este será un gobierno de movilizaciones ciudadanas, así lo advierte nuestro quincenario. Chile necesita de una Asamblea Constituyente con urgencia, donde mesas inter estamentos tengan el espacio para dialogar, debatir y redactar un “nuevo” marco legislativo, una nueva Constitución.

Los estudiantes nos han dado un ejemplo de movimiento social organizado y del cómo se puede poner en aprietos a un gobierno para que tome conciencia de que no está haciendo bien las cosas. Francia es ejemplo en la materia: los jóvenes están mentalizados para solidarizar con el trabajador, el estudiante, el pobre, el menos fuerte. El tema es ser decidido, no transar con pildoritas y tener claras las metas.
El Ciudadano ha sido pintado con distintos colores, asociado con diversos partidos políticos y banderas. Sin embargo, nosotros -al igual que los estudiantes secundarios- no somos sino un grupo consciente de hombres y mujeres, descontentos con la realidad ofrecida por el gobierno de turno, del que esperamos una pronta respuesta.
A los colegiales se les ha tratado de acallar por todas las vías: se habló de divisiones internas (naturales en todo movimiento), situación que los medios televisivos han tratado de amplificar; el Ministro de Educación, Martín Zilic, sostuvo reuniones secretas con los padres para que disuadan a sus pupilos; para el martes 6 se preparó una gran fiesta cultural de fin de movilizaciones (desconocemos el origen del financiamiento). La Presidenta dijo que la reforma a la LOCE igual iba y se fue de viaje a Estados Unidos. Los partidos se han ido colando en el movimiento y no podía ser de otra forma, la naturaleza del conflicto es de orden político, quiérase o no.
Pizarrón y tiza. La derecha dice que no transará con una reforma a la educación, mientras aparecen como los más críticos del sistema. Eduardo Frei dijo que no apoyaría la reforma a la Jornada Escolar Completa (JEC). Según cifras entregadas el viernes por el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, las propuestas gubernamentales para dejar a los estudiantes “tranquilos” tendrían un costo de unos 58 millones de dólares el primer año y otros 135 a partir del 2007.
Los estudiantes y las organizaciones vivas saben que el Fisco tiene las arcas llenas como nunca antes en la historia nacional: los excedentes con que contamos a partir de los altos precios del cobre llegarían a los 10 mil millones de dólares, dinero que el gobierno sigue insistiendo en invertir en el exterior, mientras las regiones continuamos esperando de rodillas el beneplácito del gobierno centralista.
Chile así no da para más, esto parece una bomba de tiempo.