Una casita, el sueño del techo, el abrigo , una de las necesidades más básicas del ser humano según Maslow y su pirámide, que en Chile dadas las condiciones del mercado hace tener que optar a much@s, al pagar indefinidamente por ella y a otros esperar largos años hasta conseguirla una que puede terminar siendo un pequeño departamento elevado en una torre de cemento y pocos metros cuadrados, pero que por fin lo puedes sentir como tu “propia” casa, al fin la ruca.
A la casa propia en Chile se opta mayoritariamente o por subsidios del Estado o por créditos bancarios, un sistema que se basa en que l@s sin vivienda constituyan un ahorro mínimo por un año consecutivo de 30 UF, cuando el sistema deja pocas capacidades de ahorro y el costo de vida se encarece.
Mientras a un@s se les dio acceso al ahorro en UF anticipadamente, los privilegiados de siempre, y la misma clase multiplicadora del capital se elevó, al pueblo se le condenó a créditos en UF, en vez ser en pesos y en una cuota fija, el banco lo prestó con intereses y sobre ello UF para el sueño de la casa propia.
Las ayudas de las miserias del sistema tan bancarizado, hizo que para quienes no tienen aún vivienda, opten a ésta con el límite inicial de capacidades de pago que siguen estando asociadas a la deuda de la población y el funcionamiento de un sistema financiero neurálgico neoliberal chileno.
Estamos transitando a una forma donde la gran forma de acceso a la vivienda es cada vez más el arriendo, pues el sueldos mínimos y la economía de la gran mayoría, deja una matemática adversa para los pueblos de Chile sin vivienda.
El sueño de la casa propia para siempre se hace falso o se esfuma también para muchos, pues una vez que la adquieres y dependiendo de las condiciones de ésta, por ejemplo, si ya supera un avalúo fiscal de 35 millones, tiene más de x metros cuadrados, paga y paga por siempre, cada mes y se cobra cada trimestre, el llamado pago de Contribuciones que en caso que tu vivienda esté ubicada en un sector de mayor avalúo y tenga más metros cuadrados más paga.
Este Estado que te cobra por tu casa hasta cuando trabajaste toda la vida por ella y es tu primera vivienda, recauda con la plata de todo un pueblo esclavizado que entre otros termina pagando el sueldo de parlamentarios, que debiesen legislar para liberar al pueblo del tributo, siendo que se le ha confiado el voto .
La esclavitud contemporánea generada por el sistema se ha complejizado con otros mecanismos de atadura como lo es la deuda para el acceso a los sueños y necesidades básicas de la población, y eso es Chile, es el jugar con los sueños de los pueblos por una clase política.
Está claro no todos los políticos son lo mismo, pero ya estará por verse quienes son de fiar y quienes no.
En Chile aún no asegura el derecho a la vivienda digna sin tributo más que el trabajo de cada uno de nosotr@s que ya suficiente aporte a la Patria hace y exige justa recompensa, justo reconocimiento camino a un Nuevo 1 de mayo como pueblo trabajador@.
El chileno paga por todo y paga caro. Paga con intereses. El Estado de Chile mantiene el pago de impuestos del pan, de la leche y las exenciones tributarias están en el lugar equivocado para el progreso de los pueblos.
Se exime a las forestales, a la minería privada del pago que podría habilitar el progreso económico y de bienestar de programas sociales y educacionales con tributo a minerales estratégicos como el cobre y el litio.
Se entrega a la Banca y el dólar un refugio para exprimir a nuestra nación para la estabilidad de un sistema opresor.
En Chile todo se cobra al pueblo, desde el pasaje cuando es para desplazarse a su trabajo, hasta el agua y casi todo lo que puedas imaginarte.
No se trata amigos de querer “todo gratis”, como lo ha tratado de pintar la ultra derecha, pero si como habitantes de esta tierra contribuimos de una forma u otra a su armonía a su engrandecimiento, si tenemos Estado que sea para algo, que sea para devolver la dignidad la educación a los pueblos y no para mantener el saqueo, el robo de nuestra vida y sueños para seguir siendo parte de una maquinaria de pago y cobro que solo beneficiaba a los mismos de siempre.
Por una vivienda digna que una vez conquistada no deba pagar tributo, que ya suficiente tributo pagamos los pequeños en este Chile extremo neoliberal y banquero individual que con bajo compromiso social hoy otra vez nos quiere socializar las perdidas, elevándose para salvar el sistema las tasas de prestamos y buscando capturar ahorros en su necesidad de más capital haciendo más cara la vida de los pueblos y más caro el acceso a la vivienda, el sueño de la casa propia en Chile.
Por Bruno Sommer