Hasta cuándo Bachelet ampara a un «pendejo» a cargo de Hacienda

Sin duda la primera responsabilidad de que la Hacienda, la economía del país, esté a cargo de un pendejo, como es Andrés Velasco, es de la presidenta de la República Michelle Bachelet


Autor: Director


Sin duda la primera responsabilidad de que la Hacienda, la economía del país, esté a cargo de un pendejo, como es Andrés Velasco, es de la presidenta de la República Michelle Bachelet. Ella manejaba todos los antecedentes disponibles cuando se inclinó por nombrar a este insípido en tan alta magistratura.

Según Wikipedia, «Pendejo, etimológicamente proveniente de la palabra en latín pectinicŭlus, significa vello púbico o pelo anal (…) denota estupidez. En la mayoría de los países de habla hispana es aproximadamente sinónimo de burro». Aunque lo referente al vello púbico podría, llegado el caso y analizada a fondo la materia, resultar exagerado, todo lo demás viene al caso.

Podríamos decir que el hecho que Velasco esté a cargo de Hacienda denota el extremo colonialismo cultural al que ha llegado nuestra clase dirigente. Se deja llevar por unos títulos que suenan rimbombantes pero que cuando se les exige en la práctica parecen no decir nada. Velasco es economista graduado en Columbia, con estudios en el Tecnológico de Massachussets (MIT), Yale y Harvard. Sin embargo, su desempeño político es de una estupidez tan notoria, evidente, que cualquier iletrado con buen criterio lo haría mucho mejor que él.

Analicemos brevemente su situación. Llevó a bancos norteamericanos los preciados ahorros logrados por los mayores precios del cobre de los últimos tres años, sin que se sepa aún a cuánto ascienden las pérdidas para el país de estas operaciones. Lo hizo poco antes que las bolsas y numerosos bancos se desplomaran fruto de la burbuja financiera y la crisis subprime. Nadie parece haber estado en condiciones de exigir que de cuentas claras respecto a esta trascendental materia siendo un misterio aún si Chile tuvo o no pérdidas en las mencionadas transacciones. ¿Puede o debe ser tan unipersonal el manejo de los dineros públicos?

Velasco ha dicho en repetidas ocasiones que Chile está blindado ante la crisis y, sin embargo, las pérdidas previsionales de los trabajadores chilenos superan los 25 mil millones de dólares. En el caso del más de un millón de cotizantes que tienen sus ahorros en el Fondo A, las pérdidas superan el 40%. En el caso de los que tienen sus ahorros en el Fondo B, la cifra es mayor al 30%. A pesar que fue advertido que esto ocurriría por economistas de Cenda, nunca contestó las cartas en que se hacían dichos planteamientos y, más encima, luchó y consiguió que se autorizara a las AFP´s poder invertir mayores cifras en el exterior, con lo riesgos que ello conlleva. ¿Eso es estar blindado? ¿Quiénes son los blindados de Velasco?

A pesar de que el precio del cobre está descendiendo por una baja de la demanda internacional y un aumento de la producción mundial que sólo se explica por el aumento de la producción chilena, nada hace para detener esta forma estúpida de entender las leyes de la oferta y la demanda. Parece no importarle los menores recursos que obtendrá Chile y Codelco fruto de este mal manejo.

En tiempo de crisis, nombró -con la firma de la presidenta- una comisión para analizar la crisis de la salmonicultura. Y no se le ocurrió nada mejor que poner a cargo de ella al «sepulturero» Felipe Sandoval, que fue quien enterró la actividad carbonífera de Lota. Y, cuando durante el Gobierno de Ricardo Lagos fue subsecretario de pesca, le cupo la misión de disponer el saqueo de los mares de Chile, al poner en marcha la inmoral Ley de Pesca por la que el presidente «socialista» le entregaba los recursos de los mares de Chile a los grandes empresarios despojando de ello a los pescadores artesanales, comunidades ancestrales y a todo Chile. En 5 años de aplicación de esta medida numerosos recursos como la merluza, se encuentran prácticamente extinguidos.

Y ¿saben cuál fue la primera recomendación del «sepulturero Sandoval»?: Entregar 450 millones de dólares de todos los chilenos a los dueños de las salmoneras, muchos de ellos extranjeros, para que hagan frente a la crisis ecológica, social y económica que ellos mismos provocaron con su ambición desmedida y la nula aplicación de medidas sanitarias que hicieran sustentable la actividad. En este caso, no hubo remilgos: Velasco ni chistó. Inmediatamente comprometió los recursos de todos los chilenos para entregárselos, a través de CORFO, a las contaminantes salmoneras.

Que decir del Transantiago: fue Velasco, el ministro tan acariciado por los noticiarios de la televisión chilena, quien recomendó a la presidenta Bachelet no dar pié atrás con este plan, a pesar de las dudas de la mandataria. Arguyó que los altos costos que su cancelación (muchos más bajos que los hoy malgastados). Además, dijo que el no cumplimiento de compromisos dañaría la «imagen país». Mejor no decir nada sobre este punto: la prudencia es la madre de todas las virtudes.

Sin embargo, su actuación o «manejo» en la negociación por los reajustes a los sueldos de los trabajadores fiscales para el 2009, ha sobrepasado lo concebible. 450 mil trabajadores llevan 6 días paralizando casi todo el país y él, haciéndose acompañar por quienes le siguen la corriente: los ministros Francisco Vidal y Edmundo Pérez Yoma (que en conjunto parecen los tres chiflados), anda regateando cifras que cambian a cada rato. Su objetivo: dividir a gremios, que maduros y fortalecidos, ya no compran, sin que se pueda entender cuál es el objetivo o el horizonte de tan extraordinariamente necio accionar.

Previo a la negociación se negó a dar cifras, a pesar que ello conllevó un paro nacional el 13 y 14 de noviembre. Luego, creyéndose lujoso negociador, fue dando cifritas que empezaron con un 5% al empezar la paralización y que luego iba subiendo de a poquito en la medida que crecía la huelga y el movimiento de los trabajadores. Ya va en el 10%, que pudo haber ofrecido antes evitándole al país tantos de días de paro, máxime si se trata a penas de una cifra que iguala la inflación del último año y que en la práctica no implica aumento alguno.

Pero no se crean: Velasco, aunque «pendejo», tiene un mérito: El haber conseguido lo que se creía imposible que es la más amplia unidad de los trabajadores vista en los últimos 40 años.

Pero este enorme mérito no puede ser adjudicado sólo a él. En los días previos a su nombramiento diversos medios de derecha como La Tercera y El Mercurio, sacaron sendas editoriales y artículos de opinión donde subrayaban sus supuestas capacidades que tendría este ahora irredargüiblemente atolondrado ministro. De esta causa se hicieron partícipes empresarios y políticos de derecha y de la Concertación –que es la derecha disfrazada- que llenaron de elogios a Velasco, que ahora es vilipendiado por los trabajadores que lo menos que le dicen en sus marchas que alcanzan a las 45 mil personas es «bolsa de caca». Los empresarios parecen estar incómodos con tantas  huelgas y las consiguientes pérdidas que ello supone. El presidente de la patronal CPC Alfredo Ovalle exigió -este 19 de noviembre- al Gobierno que de una solución a la crisis.

Por todo lo anterior y considerando que la cuerda se ha estirado demasiado, El Ciudadano estima prudente solicitarle a la presidenta de la República Michelle Bachelet que se detenga el escándalo y se nombre un nuevo equipo económico que comience a poner coto al ciclo neoliberal en Chile. Existe suficiente evidencia que esto es justo y necesario.

Sea como fuere, los pueblos de este territorio deberán acometer esta tarea para refundar Chile con Justicia e igualdad.


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