La decodificación de El Ciudadano ha funcionado bien, las interpretaciones de nuestro entorno nos dan respuestas que convertimos en textos vinculados directamente con la realidad regional que algunos prefieren no tocar. La sistémica del desenvolvimiento social a momentos parece escapar de la lógica de un hombre o mujer comprometido con su destino más próximo y nos hace pensar que el trabajo entregado es insuficiente. Por eso, a cada número nuestro compromiso crece en proporción directa con las dificultades a las que nos vemos afectos.
“Los ciudadanos no deberían temer a sus gobiernos, los gobiernos deberían temer a sus ciudadanos”, reza una de las consignas de “V for Vendetta”, película inspirada en un cómic de Alan Moore, que hoy se exhibe en distintas salas de cine del país. Ella da cuenta de un país donde el control del gobierno sobre su pueblo ha superado la tolerancia que puede tener un individuo, llevándolo a planificar una rebelión silenciosa que devuelva el desarrollo social, cultural y político a los ciudadanos.
La ficción de esta película se hermana con nuestra misión. Continuamos recolectando firmas para pedir la urgencia a la Iniciativa Ciudadana, la que le permita a usted proponer temas de interés local, regional o nacional a discusión en el parlamento nacional. Que su voz y la de nuestros pueblos sea escuchada es nuestra labor.
Los partidos políticos pierden cada día credibilidad y la gente da mayor valor a las acciones o movimientos que nacen con un fin específico a nivel local para ser replicado en niveles superiores. Este tipo de organizaciones son más cercanas y sentirse involucrado por causas nobles, ajenas a intereses económicos y partidistas, como la lucha por la defensa del medioambiente, la justicia social o la promoción de nuevas tecnologías para la comunicación humana, parece ser una “nueva” forma de vínculo social.
El Ciudadano se sigue declarando rebelde por esencia frente al condicionamiento impuesto por el sistema neoliberal, a la competencia absurda por tener un trabajo y poder generar algo con qué vivir, a la falta de espacios de participación, al ocultamiento de información, a seguir vendiendo el país, a que Chile siga siendo un mero exportador de materias primas y a que sigan usurpando, ensuciando y destruyendo el territorio que habitarán nuestras futuras generaciones.
Lectores, vuestro futuro debe dejar de estar apegado a un destino que no sea otro que el que la Nueva Región y ustedes, sus habitantes, dispongan. No dejaremos que nos tiren tierra encima sin antes haber entregado nuestro último aliento en la lucha por alcanzar “lo divino”. Dar esta pelea junto a ustedes es un ideal que día a día renueva nuestros bríos. Ciudadanos: el poder es suyo.
No temáis al poder
La decodificación de El Ciudadano ha funcionado bien, las interpretaciones de nuestro entorno nos dan respuestas que convertimos en textos vinculados directamente con la realidad regional que algunos prefieren no tocar