Recorrimos Chile llevando la voz de El Ciudadano, visitando comunidades como la de Cobquecura, hoy amenazada por un ducto que pretende instalar, para llevar sus desechos al mar, la cuestionada empresa Celco.
Las personas que en nuestro largo viaje conocieron El Ciudadano, reconocieron nuestro esfuerzo y hoy ya son nuevos lectores de este proyecto de prensa independiente que nace en el sur de Chile con fuerza de cambio social.
Las fuerzas políticas de las “altas” esferas podrían reconfigurarse. Ahí Jorge Schaulsohn denunciando la corrupción al interior de sus filas, tentado tal vez por su amigo Andrés Allamand de cruzar al otro lado de la fila, y observado todo por una debilitada Concertación.
Los parlamentarios lobbystas y el juego de los votos. Un PPD que se dice fue instrumental y puso a Patricio Aylwin en el poder. La democracia tranzada y una DC con amiguis RN. La jugada bajo la mesa para imitar en Chile, “el modelo Español Aznar”, la creación de un Partido Popular que nunca perteneció al pueblo.
Todo un video juego de la oligarquía chilena, del que pretenden nadie se de cuenta. Mientras, por otro lado, el ex ministro de economía de Salvador Allende, Fernando Flores, se descuelga del nido PPD; acto ciudadano que esperamos entienda el valor de un juntos podemos más.
Breves palabras para el análisis de cómo se han movido las piezas en estas últimas semanas al interior de los partidos. Nuevos referentes políticos que podríamos atrevernos a decir, tomarán forma nuevamente; donde, de un lado permanecerán los amantes de Estados Unidos, al estilo Alejandro Foxley; y los seguidores de Hugo Chávez como Alejandro Navarro; los defensores de los latifundistas y los defensores de los mapuches; los que limpiarán camino al empresario para la explotación natural; y los que defenderán el medioambiente; los que trabajarán por políticas represivas y los que entenderán la libertad.
La ciudadanía, sin embargo, hoy aparece observante. Más despierta que nunca, por los caudales de información que circulan en aumento, donde ya los feos no pueden esconder su barro, y la opinión pública se torna más responsable y participativa.
Es la crisis de la representatividad ofrecida por el Estado Chileno, son gargantas atragantadas y miradas cansadas de observar su insano actuar, su desagradable favoritismo por mantener políticas antidemocráticas donde todo lo ajustan, siempre a su medida.
Es el Apocalipsis que El Ciudadano tanto ha anunciado, la repartija de la torta en los espacios de poder, la creación de consejos constituyentes a lo largo del país, el asambleísmo que se deja sentir con fuerza, la toma de espacios por parte de los ciudadanos interesados en un nuevo puzzle, la multiplicación de consejos económicos sociales con más atribuciones en las comunas, intendentes que no son designados, regiones que son más autónomas, tributos que no tienen porqué ir a parar al «gran» Santiago y por sobre todo personas más comprometidas con romper el proteccionismo de los protegidos; suben la temperatura en este verano del 2007.