Que el pueblo elija la forma, si queremos revolucionar lo que conocemos como democracia. Que el pueblo decida el modo en que se redacte el acuerdo social, que fue viciado, y no una institucionalidad que nos llevó a un 18 de octubre tras su desamparo.
Que la institucionalidad pregunte a su pueblo, para que sea respetable, si quiere la Nueva Constitución sea redactada por personas electas 100% democráticamente o sea redactada de forma mixta, es decir un porcentaje de asambleístas electos por votación popular y otros sabios nominados, por tal, más que por cupo reservado para un partido.
Los partidos políticos en Chile, no quieren a los independientes y tampoco la clase dominante quiere nuevos partidos. Los independientes y nuevas fuerzas a su parecer “les revolvieron el gallinero” , y no logran entender que es la participación política de nuevos actores lo que da vigor a la democracia.
Mientras existen partidos políticos por profundizar la democracia, hay otros que están por mantenerla tal cual, alejada la política de las personas común y corrientes .
Existen voluntades para empoderar a la ciudadanía que quiere cambios , pero hay quienes hacia la extrema derecha prefieren concentrar para el status quo e incluso para la regresión en luchas y conquistas que nos veníamos dando como pueblo.
Está claro que lo mejor sería seguir el camino recto, pero no podemos desconocer que sufrimos una derrota en un plebiscito de salida que fue viciado no solo por la desinformación galopante, si no también por el rol que jugaron los medios de comunicación con una política editorial centrada en dejar a la convención como un circo. Hay que acordar.
Tampoco es menos cierto que hubieron prácticas al interior de la Convención que nos llevaron a ofrecer a la ciudadanía un texto maximalista, bello en muchos aspectos, pero que abordada materias innecesarias que más dividían al electorado con propuestas sectoriales más que transversales.
La forma en que negociaron los lotes los votos al interior de la Convención, fue a la usanza de la vieja política, o me apoyas o te voto todo en contra. Y de esa forma obtuvimos un texto que no generaba consenso.
Hecho el aprendizaje el quedarse estancado en un cruce para finalmente desviar del andar, no es recomendable. Hay que tomar camino, más cuando el objetivo es que el proceso constituyente retome su cauce.
Si las negociaciones que se han extendido por semanas, y que se espera éste viernes concluyan, no van a puerto, es honesto y un ejercicio democrático del poder , preguntarle al pueblo la elección de la forma.
La forma, no es menos importante que el fondo, pues de ella también colgará el resultado.
La forma es el molde sobre el que se hará el cimiento y si la forma no es democrática el resultado no asegura la construcción progresiva de estructura democrática sólida.
Y quiero permitirme decirlo, la idea de que un porcentaje de los elector para trabajar en la Nueva Constitución sea una comisión de expertos, no me desagrada. Pero el tema está en cómo se eligen a esos sabios , ¿se eligen también con democracia?
La respuesta es sí, debiese ser también el pueblo el que elija a esos sabios que acompañen al proceso, a propuesta de quienes democráticamente electos en la institucionalidad decidan nominar.
La problemática que enfrentamos no es menor. La derecha quiere menos democracia pues teme perder privilegios. Eso el pueblo informado y educado no lo puede aceptar. Necesitamos más y mejor democracia.
Recordemos, el pueblo dijo ampliamente que quiere una Nueva Constitución y eso no se puede desconocer. El pueblo rechazó la presentada y aunque haya sido en un proceso intervenido mediáticamente para deslegitimarla, tampoco se puede desconocer que ese texto tal como se parió no se quizo.
Ahora, es menester dar al pueblo una nueva, una más sencilla, más breve y de fácil lectura que plasme de forma clara los anhelos principales de las personas que siguen vigentes.
Que sea el pueblo de Chile el que elija la forma en que se redacte la Nueva Constitución mediante plebiscito si la clase política no se pone de acuerdo.
¿Actuarán con sapiencia democrática? Está por verse …
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