Hace unas semanas El Desconcierto publicó un reportaje de la mano del periodista y editor Sebastián Flores, texto que incurre en una serie de imprecisiones y tiene un tono de complacencia con el momento que cruzan los medios independientes.
El periodista, junto con mezclar realidades muy disímiles, pues trata en el mismo texto el cierre de publicaciones de medios del status quo, y en subtitulo seguido la situación de los medios independientes, lejos de ofrecer soluciones o tener una mirada crítica respecto al escenario de las comunicaciones en Chile, deja que las fuentes hablen y pone el acento en que la solución sería hacer mejor periodismo.
Nos extraña que El Desconcierto, un medio que consideramos amigo, se haya prestado para realizar una publicación de este tipo. En especial, nos sorprende el tono de deleite de la narración al amplificar la crisis temporal que sufre El Ciudadano. La prensa independiente tradicionalmente ha establecido lazos de solidaridad entre sus miembros, espíritu que El Desconcierto parece desconocer dando tribuna a un texto como éste.
El redactor habla que la cifra de seguidores de Facebook de El Ciudadano alcanza a 4 millones de personas y la califica de «friolera». Una comunidad 100 % orgánica, no pagada y fruto de años de trabajo. Comunidad que alcanzó su primero millón y medio de seguidores sin publicar, farándula ni deportes. Una comunidad de la que adolecen incluso los grandes medios hegemónicos.
El periodista parece no entender la vocación de ser un medio masivo, siendo independiente, y que ello permita romper el cerco informativo. No entiende que un medio debe financiarse para pagar una buena planilla de profesionales a tiempo y sin retrasos.
Desconoce el trabajo de El Ciudadano por largos años que permitió junto a los movimientos sociales instalar en la agenda pública temas tan importantes como lo son el Derecho a una Educación Pública, Gratuita y de Calidad, la necesidad de una Asamblea Constituyente, entre tantos otros.
Sebastián Flores dice que el cambio de algoritmo de Facebook se efectuó en enero de este año. Le informamos que el cambio de algoritmo se venía implementando desde octubre del 2017 por parte de Facebook, y los tests se llevaron a cabo en países donde no hubiera mayores reclamos como fueron Bolivia y Sri Lanka de lo que nos enteramos por investigación de The Guardian y no por Facebook.
Esos cambios también los sentimos nosotros, en tanto la comunicación oficial de Facebook es posterior y como periodistas le invitamos a investigar las verdaderas razones de dicho cambio y no quedarse con el comunicado público de la empresa.
El periodista habla de que El Ciudadano tiene “una crisis no sólo de lectoría, sino también de contenidos y de modelo de negocios”. Al respecto, podemos decirle que si bien la lectoría ha bajado, no es por nuestros contenidos, que siempre han sido apegados al buen periodismo en búsqueda de justicia social y ambiental; de ello una prueba latente es nuestra publicación impresa que hemos sabido mantener en pie y el index de www.elciudadano.com a diario.
Nuestra línea de contenidos ha experimentados cambios, no crisis. Si en un momento abrimos el espectro temático para generar contenidos de entretención y farándula, que antes no tocábamos, ello nos trajo resultados de aumento de lectoría. Es posible que aquello pudo haber sido un error, pero lo estamos enmendando hace ya bastante tiempo.
Cabe señalar que nuestro modelo de negocios se está adaptando rápidamente a los cambios, tomando las acciones necesarias para poder volver a ser lo que fuimos, el medio más leído de Chile, y uno de los más leídos del mundo hispanohablante, con visitas a nuestro sitio web que superaban las 800 mil diarias y podían llegar al millón. Un logro de un medio independiente obviado por el periodista.
Para ir cerrando, queremos dejar en claro que el periodista Flores, entrevistó al director de nuestro medio Paul Walder, en el marco de cierre de Punto Final y luego uso sus declaraciones en otro sentido, para atacar la imagen de El Ciudadano, lo que deja en claro su falta ética.
Para superar la situación de precariedad en la que viven muchos medios independientes, que se arrastra por décadas, se requiere no solo de una repartija de la torta del avisaje estatal, sino de políticas de Estado que garanticen el surgimiento de nuevos medios y el fortalecimiento de los ya existentes, para que Chile pueda contar con diversidad de miradas.
Hace falta de reactivar instancias de cooperación y amistad entre los medios de comunicación como en la que participó activamente El Ciudadano, la querida Red de Medios de los Pueblos, que hemos sabido se vuelve a articular.
Son este tipo de acciones, las que darán fuerza al relato social que haga frente al pensamiento único de los medios neoliberales. Damos por cerrado este capítulo y esperamos trabajar junto a El Desconcierto y otros medios amigos en una trinchera hermana.