Michelle Bachelet, la misma que ayudó a consolidar la bancarización de la sociedad chilena, ahora es mencionada como candidata a Presidenta del Banco Mundial. ¿Te sorprende? Cada día que pasa Piñera incrementa su fortuna al mismo tiempo que sigue endeudando más a Chile como nación ¿Te sorprende?
Estamos en un país castigado por su herencia pinochetista, que sin embargo no tiene memoria. Olvidamos la usura, el saqueo, la violencia cometida en cada nivel del poder y en las casas también.
Esto no solo lo hicieron con Chile, también con otras naciones hermanas, esquilmando al Estado y al pueblo. Siendo siempre los privilegiados algunas naciones europeas y sobre todo el imperio anglo. Esta es la historia de la falsa independencia chilena y latinoamericana asfixiada por la deuda, el saqueo de nuestros recursos naturales, el no reparto del capital asociado al recurso explotado, el saquear las arcas fiscales sin respeto y la persecución policial de l@s defensor@s de la Tierra y propulsor@s de un modelo más comunitario y sustentable.
Ya van más de 30 años del llamado “retorno a la democracia” en Chile y la protesta social todavía no ha cesado, sino que ha ido deambulado por variados derroteros, peleando por una educación para todos o por otros derechos más básicos y elementales.
Desde fuera muchos prefieren ver a Chile como un ejemplo de lucha social, por haber sacado a Pinochet del poder. Y desde dentro también. Sin embargo, la transición ya estaba pactada, tal como todas las dictaduras militares latinoamericanas, porque los gobiernos militares ya no eran “cool” para los gringos. Entonces ¿Sacar a Pinochet fue siquiera un triunfo? No voy a negar la importancia de la dimensión simbólica de todo este asunto, pero si somos fríos, reconoceremos que seguimos viviendo bajo las reglas de la dictadura.
Un verdadero triunfo sería la creación de una Nueva Constitución, formulada a través de una Asamblea Constituyente. No se trata de llevar el país al caos, ni de destruir lo conseguido, pero los pueblos tienen derecho a la autodeterminación, a decidir su futuro y no vivir bajo un acuerdo social hecho “a la mala”, donde se repartieron de norte a sur, no solo los recursos naturales de nuestro país, sino que dejaron que ganara la fealdad, lo tóxico, la injusticia.
Necesitamos una Nueva Constitución de forma urgente porque se está muriendo el alma de Chile. Necesitamos más vanguardia y acción directa para no sucumbir a la modorra y al facilismo de esta sociedad de consumo, necesitamos poesía, una narrativa digna, pero no es fácil.
En el Frente Amplio hay sectores que abrazan el “comunismo” en diversas formas, otros el “socialismo”; hay otros más tibios como Revolución Democrática y un ala de los seguidores del Partido Liberal que reman en otra dirección, aun cuando están comprometidos con una Asamblea Constituyente. Siendo éste quizá el elemento de cohesión del Frente.
Pero vemos que la lucha se ha estancado y la cohesión se torna artificial. Objetivos de segundo y tercer orden se toman la agenda de los partidos, que más pareciera que están calculando los votos y las cuotas de poder que podrían obtener para las siguientes elecciones. No, esta situación se tiene que acabar. Estos partidos dieron su palabra y deben demostrar que su creación y respaldo no fue meramente instrumental para enfrentar un proceso eleccionario.
A su vez creemos que ambos partidos recién nombrados ocultan su favoritismo por mantener el modelo actual, por temor a su descrédito o al fraccionamiento del Frente, que parece ir pactando en vez de dar todo su poder alcanzado a los pueblos, ofreciendo un sistema de democracia más directa y menos representativa.
Sus definiciones en el ámbito internacional de las lucha de los pueblos las callan, no hay un abierto “No al Muro de Trump en México”, ni un llamado a que se retiren las bases militares norteamericanas en Países como Colombia, y acá mismo en Chile, o bien que se termine con el bloqueo económico a Venezuela para ver cómo le va a Maduro en igualdad de condiciones, o exigir que se termine con juego de la OTAN en Medio Oriente, crueldad que cobra miles de vidas por petróleo.
Hay declaraciones aisladas de actor@s del Frente Amplio y respaldo a muchas luchas en absoluto anonimato de quienes tienen un real compromiso con la transformación profunda del modelo en curso, y hay fuerzas internas que tienen peso, pero dejan bastante que desear con sus declaraciones vertidas.
Mientras tanto Estados Unidos junto a Inglaterra e Israel, siguen cometiendo miles de crímenes por el Mundo, amparados en la impunidad más absoluta, no acatando las sanciones generadas por espacios de diálogo internacional, propulsados por ellos mismos como lo es Naciones Unidas.
Caraduras, ya lo dijo Jean Baudrillard hace tiempo, vivimos en la era de la “transparencia del mal”, donde ya ni siquiera hay que tratar de maquillar que las leyes que rigen el mundo están gobernadas por la avaricia y la violencia. Si como país no sigues las directrices del Departamento de Estado Norteamericano, ¿qué crees que te pasará?
En Sudamérica la guerra de la post guerra, la que sigue a la de la Corona inglesa y asociados por expulsar a la Corona Española de Sudamérica, es la misma guerra de una Corona para mantener a los súbitos ordenados y pagando impuestos que no regresan al pueblo, solo que hoy se desata bajo nuevas lógicas, con más actores y dimensiones. Guerra total o de quinta generación le llaman algunos: guerra psicológica, económica, comunicacional.
Por esto necesitamos manifestarnos y tomar posición. No podemos seguir indiferentes porque no nos gusta la guerra. Sacudámonos las cadenas de la dictadura, pero de verdad, porque nos merecemos inventar un país más justo y equitativo. No hay recetas, cada experiencia es única, pero si no cambiamos la Constitución sólo será más de lo mismo. A través de esta editorial queremos llamar a los partidos políticos mencionados y a todos quienes se definen en la izquierda a que tomen posición, a que se arriesguen sin miedo a desmantelar el tinglado de tanta mentira, porque es lo que todos queremos y les reclamamos que no olviden sus compromisos.
El Tribunal Constitucional herencia de la dictadura no debe ser la piedra de tope para nuestra articulación política.
La bandera de lucha y objetivo principal es una Asamblea Constituyente para crear una nueva constitución, todo lo demás es secundario.