Bolivia reconoce mediante una ley todas las lenguas que se hablan en el país

La nueva legislación ha reconocido todos los idiomas y permite a los ciudadanos, entre otras cosas, recibir educación en su lengua materna

Bolivia reconoce mediante una ley todas las lenguas que se hablan en el país

Autor: Mauricio Becerra

La nueva legislación ha reconocido todos los idiomas y permite a los ciudadanos, entre otras cosas, recibir educación en su lengua materna. De las 36 lenguas indígenas reconocidas por el Estado, las más habladas son quechua, con un 28% de la población; aymara, un 18%, y guaraní, estimado en un uno por ciento de los habitantes.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, promulgó el pasado 2 de agosto la Ley General de Derechos y Políticas Lingüísticas. De este modo, igualó todos los idiomas que se hablan en el territorio del país. La nueva legislación se dedicará a «proteger, promover, difundir, desarrollar y regular los derechos lingüísticos individuales y colectivos» de todos los habitantes de Bolivia, según el ministro de Educación, Roberto Aguilar.

Otra tarea será “recuperar, vitalizar, revitalizar y desarrollar los idiomas oficiales en riesgo de extinción”, garantizando su uso oficial en las instancias estatales mediante «políticas públicas y obligaciones institucionales para su implementación».

La ley estipula el derecho de toda persona a “identificarse como integrante de una comunidad lingüística, a usar su idioma materno en forma oral y escrita». En otras palabras, los ciudadanos reciben la posibilidad de reclamar que en cualquier situación oficial les expliquen en su idioma materno sus derechos y sus obligaciones, tener su nombre en su idioma materno reconocido legalmente y recibir educación en su lengua materna y en un segundo idioma.

La Constitución Política del Estado bolivariano reconoce oficialmente tanto el español como todos los idiomas de las naciones indígenas del país (36 en total). Los más hablados son quechua (lo usa un 28% de la población), aymara (sirve para comunicarse a un 18% de los habitantes del país) y guaraní (aunque lo usa nada más que el 1% de los ciudadanos).

El resto son mucho menos frecuentes: araona, baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guarasuawe, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uruchipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco. Por ejemplo, kallawaya sirve de idioma para unas cien personas que lo usan para rituales religiosos y prácticas medicinales, y es considerado una lengua secreta porque se transmite de abuelos a nietos.

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