Las matemáticas y la ciencia abarcan temas relacionados con la naturaleza además del estudio de los números o la geometría. Sin embargo, el pensamiento científico va más allá y se relaciona también con la capacidad para ser autónomo o la resolución de problemas de la vida cotidiana. Una visión lógica desarrollada ayuda a los niños a encontrar relaciones entre los hechos, las ideas o las causas y los efectos. Te damos algunas claves para que estimules el pensamiento científico de tus hijos y les ayudes a relacionar lo que aprenden en el centro escolar con lo que sucede en su entorno y a comprender mejor el mundo que les rodea.
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¿QUÉ APORTA EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO?
El pensamiento científico no solo es positivo en el ámbito académico, sino que ofrece múltiples ventajas en la vida diaria y en la formación del niño como persona. Puede que a tu hijo le espere un futuro en el mundo de la biología, la ingeniería o la medicina, o puede que opte por estudios relacionados con las letras. Sea cual sea su elección dentro de unos años, el razonamiento y la lógica le ayudarán a reaccionar ante los problemas, adaptarse a nuevas situaciones, solucionar retos… Entre otras cosas, con el desarrollo del pensamiento científico, el niño:
- Mejora su capacidad de razonamiento y su habilidad para pasar de nociones básicas a complejas.
- Aprende a resolver problemas en situaciones reales.
- Practica la construcción de su propio aprendizaje.
- Ejercita su capacidad deductiva y aprende a crear estrategias y soluciones propias.
- Mejora su relación con el entorno físico y su percepción de los espacios, las formas, las partes y el todo…
CINCO CONSEJOS PARA FOMENTAR EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO
Con algunas sencillas prácticas del día a día puedes ayudar a tu hijo a desarrollar su pensamiento científico, la lógica y la deducción. Puedes poner en práctica los siguientes consejos para conseguirlo.
- 1. Alienta su curiosidad. Invítale a que investigue, intente comprender cómo funcionan los objetos que utiliza cada día y realice pequeñas pruebas de acierto/error. Es importante, sobre todo cuando el niño es pequeño, que le permitas manipular los materiales, los juguetes, las prendas de vestir… A través del tacto y la vista los comparará, establecerá relaciones geométricas entre forma y tamaño y asimilará sus características y funciones. Cuando crezcan, los experimentos caseros pueden ser una herramienta perfecta.
- 2. Si no surge naturalmente, hazle preguntas. Si no es un niño curioso, puedes despertar su interés planteándole cuestiones sobre el mundo que le rodea y animándole a que trate de encontrar una explicación para aquello que no entiende.
- 3. Deja que lo intente. Siempre que sus prácticas sean seguras y bajo tu supervisión, dale espacio para que trate de solucionar de manera autónoma, según su propio criterio, los problemas que le surgen respecto al manejo de un objeto o situación. Siempre tendrás tiempo de aconsejarle, pero ten paciencia y permítele que pruebe.
- 4. Dirige sutilmente su aprendizaje. Si ves que le cuesta resolver un problema o afrontar una situación, no le des la respuesta. Trata de que la deduzca suministrándole algunas pistas o haciéndole las preguntas correctas para que él mismo encuentre las solución.
- 5. Utiliza el juego y la imaginación. Propón retos o problemas cotidianos para que intente resolverlos, ve un poco más allá y pídele que invente objetos del futuro o inicia un relato y anímale a que lo termine pensando qué podría sucederles a los protagonistas y cómo reaccionarían.
Fuente: aulaplaneta