Valparaiso.- En una experiencia extraordinaria de unidad y participación se ha transformado la Consulta Nacional de Educación en Valparaíso. Muestras de ello, fue la nutrida participación en las mesas dispuestas en la Plaza Victoria y en los espacios dispuestos por el Colegio de Profesores y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso.
El Colegio de Profesores recogió mil votos para ser distribuidos entre sus asociados, que reunidos en asambleas realizadas el jueves 3 y 4 de julio, emitieron sus sufragios y dialogaron sobre como debe ser la nueva educación en el país.
En la mesa de la Plaza Victoria se produjeron el último día de votación, importantes aglomeraciones de personas, que pujaban para entregar su visión de la educación. Entre los participantes estaba Reinaldo, de unos 55 años, que quiso contar a El Ciudadano los motivos que lo llevaron a participar de esta experiencia democrática. «Tengo un hijo a punto de recibirse de arquitectura en la Universidad de Viña del Mar, pero no lo dejan titularse por las deudas que tenemos y que yo ya no puedo pagar». Humedecidos sus ojos, dijo que iba a pedir un préstamo a familiares que viven en el extranjero y que si no conseguía el dinero, quizás el próximos año lo haría. Contó que su hijo se esforzó mucho al estudiar y que le da «impotencia» no poder hacer más por él. También expresó que, más allá de su lucha personal, el votaba en esta consulta por que quería cambios reales en el país. «No sólo nos han robado la educaión, el país completó se los están llevando», aseguró.
Cuando el emitía esas opiniones se acerca una señora de nombre Mafalda. Era asistente social. Bordeaba los 62 años. Ella expresó que el Ministerio de Educación debía hacerse cargo nuevamente de la Educación. Contó que ella estudió gratis y que cuando lo hizo, la educación era de muy buena calidad. Mientras esto ocurría, cerca de las 13:30, llegó un nutrido grupo de estudiantes del Liceo Eduardo de la Barra a emitir su sufragio. Lo hacían con la convicción y prestancia que otorga una historia de lucha y sapiencia revolucionaria. Entre ellos estaba Paloma y Sofía, quienes se quedaron estableciendo lazos con los artistas del Parque Cultural ex Cárcel que hacían cumplían su deber con la causa de la educación. Más tarde Nicolás y Angelo, también del Liceo de Allende, se sumaron a la tarea de vocales de mesa. Un policía de civil se acercó a intentar interferir en las aglomeraciones que se producían, pero el formato de la consulta ciudadana dificultaba la justicación de las tareas represivas. Eso al menos comentaban los votantes, felices de poder manifestarse sin que nos peguen los pacos.
Cundo avanzaba la tarde,fueron llegando a la Plaza Victoria (en el futuro Plaza de la Revolución) dirigentes de diversas organizaciones a expresar su apoyo a la iniciativa. Entre ellos destacó la participación de Correos de Chile y apoderados del Eduardo de la Barra, los que expresaron su convicción que ya llegó el momento de ponerle coto a la «groseramente injusta» situación que vive el país. Los apoderados no dejaron pasar la ocasión para relatar y quejarse de los vejamens que sufren sus hijos por proetstar. Expresaron que se están organizando para defender las luchas de los pingüinos por una nueva educación.
A las 17 horas se cerraron las mesas cuyas urnas estaban repletas de votos. Más que eso: Quedó en el ambiente, una sensación de haber tejido un nuevo espacio de encuentro y reflexión para cambiar el curso de las cosas con unidad y decisión.
Al cierre de esta edición, una decena de estudiantes de la Universidad de Valparaíso, contaba los votos. Más tarde emitiría los informes que aportarían al conteo nacional. Mientras eso ocurría, llegó la información que el Cordón Estudiantil de la Universidad Católica, obtenía un holgado triunfo en la FEUC-V, venciendo a la Concertación unida y fuerzas afines, que no pudo frenar el avance de las fuerzas que pujan por transformaciones contundentes al modelo dominante.
Francisco Marin