En más de una oportunidad, hemos sugerido la importancia de revisar críticamente las ideas dominantes en el terreno de los estudios sobre la vida. Por lo mismo, presentamos a Máximo Sandín, doctor en ciencias biológicas y en bioantropología que enseña Evolución Humana y Ecología en la Universidad Autonoma de Madrid.
Sandín afirma que el darwinismo no es más que una justificación ideológica del sistema capitalista. La teoría de la selección natural – según la cual los más fuertes son los más aptos y los únicos que deben sobrevivir -justifica la creencia de que debemos vivir constantemente en competencia. Por el contrario, la naturaleza se caracteriza por su armonía profunda: sus componentes y las interacciones que se dan en ella siguen un orden propio, anterior y distinto a las valoraciones humanas, que son siempre fruto de unas estructuras sociales determinadas.
Al revés de lo que afirma hoy en día una ciencia reducida al estado de servidumbre económica, los seres vivos no deben su existencia a una despiadada competición mutua, no hay tal cosa como unos «genes basura» ni tampoco virus o bacterias «asesinos». Tales términos sólo revisten al universo natural con los prejuicios nacidos de una sociabilidad humana aún terriblemente subdesarrollada.
Es interesante observar que la ciencia moderna, en cuanto recobra el espíritu crítico y la independencia respecto a los intereses de la clase dominante, tiende a confirmar algunas de las intuiciones más profundas que han animado al saber tradicional desde hace milenios. Así como la física de avanzada nos ofrece la visión de un universo vibracional donde la separación entre lo material y lo inmaterial queda en suspenso, las investigaciones de Máximo Sandín nos ayudan a reconectar con esa antigua concepción que entiende al cosmos como una entidad viviente, armónica y unitaria, y cuyas partes no compiten por la supervivencia sino que se complementan. Tal visión corresponde de hecho a un conocimiento que la humanidad fue forjando a lo largo de milenios, y que sólo en tiempos muy recientes, con el desarrollo del capitalismo, se degradó en una visión mecanicista, fragmentaria y desalmada, o sea una visión profundamente ignorante del universo y la vida.
El desarrollo de una perspectiva unitaria del universo y del mundo social humano, pasa por volver a las bases de ese conocimiento ancestral. Si el comunismo es reconciliación de la humanidad con la naturaleza, también es reapropiación de su saber proscrito y de sus tradiciones humilladas. Es inevitable que las ciencias participen de esta reapropiación, en tanto persigan la verdad y el bienestar de la humanidad.
Por Carlos Lagos
Fuente: comunizacion.klinamen.org
DESMONTANDO A DARWIN – ENTREVISTA MAXIMO SANDIN from ALISH on Vimeo.