Durante esta mañana, un grupo de mujeres dirigentas sociales y gremiales llegaron hasta el Ministerio de Educación para demandar que la igualdad de género sea una de las prioridades de la reforma educacional en trámite.
A la cita acudieron la presidenta de la FEUC, Sofía Barahona, la activista Javiera Parada, la economista Claudia Sanhueza, la presidenta del Colegio de Periodistas, Javiera Olivares y Mirentxu Anaya de Educación 2020. Las mujeres se pronunciaron en vista de los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que nuevamente evidenció las grandes diferencias que existen entre hombres y mujeres en materia educativa.
Las cifras son elocuentes: del total de estudiantes que rindieron la PSU este año, un 53,3% fueron mujeres y 46,7% hombres. Sin embargo, a la hora de analizar los puntajes nacionales, un total de 119 puntajes máximos corresponden a hombres (73%), versus 44 (27%) en el caso de las mujeres. Esto significa que los estudiantes varones prácticamente triplicaron a sus pares mujeres en puntajes nacionales y que las mujeres sólo alcanzaron 44 de un total de 163 puntajes máximos.
Por ello, las dirigentas enfatizaron que estas cifras vienen a confirmar lo expresado por el Informe Pearson en 2013, donde la PSU es apuntada como una prueba con sesgos de género, que impide a las mujeres lograr mejores puntajes. Una opinión a la que han adherido diversos especialistas en educación y que también impulsa a reflexionar sobre cómo el sexismo se hace presente en la educación como una constante, desde los primeros años de formación hasta la propia rendición de la Prueba de Selección Universitaria y el paso por la universidad.
“La PSU es una prueba que en general, parece medir dos cosas, el colegio del cual salen los estudiantes y si son hombre o mujeres. En este último aspecto, tristemente reproduce además algo que viene de mucho más atrás: una educación con sesgos de género que se manifiesta transversalmente en el desarrollo de las mujeres en su vida cotidiana y profesional”, señaló Sofía Barahona antes de entregar la carta.
NO SOMOS MENOS CAPACES
En la misiva, que también es firmada por Laura Albornoz (académica Derecho U. de Chile), la ex rectora Roxana Pey y Carola Carrera, de Corporación Humanas, denuncian que, pese a que indicadores como las notas de Enseñanza Media demuestran que las mujeres tienden a lograr mejores resultados que los hombres, la PSU y el sistema educativo en general las discrimina.
«Aquello resulta contradictorio con los resultados de los alumnos de enseñanza media, donde son las estudiantes tienden a obtener mejores notas, dato relevante considerando que la evidencia indica que esas calificaciones son más predictivas del rendimiento en la educación superior que el resultado en la PSU. No somos menos capaces, sino que estamos inmersas en un sistema que nos discrimina, y no se trata solo de una falla del termómetro«, argumentaron.
En efecto, la realidad de la PSU se suma a las otras múltiples falencias en otros niveles de sistema educacional chileno, que fueron expuestas por la prueba PISA, que confirmó que Chile tiene importantes brechas en este ámbito, sostienen en la carta. O también, lo revelado por la prueba TIMSS, que evidenció que nuestro país está posee una de las mayores diferencias de conocimientos en Ciencias y Matemáticas entre hombres y mujeres. Esto explica, por ejemplo, que la mayoría de los puntajes nacionales en matemáticas sean logrados por estudiantes varones.
«Si como sociedad queremos avanzar en igualdad de derechos, resulta fundamental que estas problemáticas sean abordadas tanto desde el Estado como desde la sociedad civil, sobre todo cuando ambos sectores aspiran a tener un rol preponderante en un modelo educativo más justo. Urge también que las brechas de género no queden ausentes del debate sobre nuestro sistema de educación superior, donde vemos que un cambio a los métodos de admisión sigue siendo un punto pendiente en la agenda política», recordaron las mujeres que firmaron la carta.
LLAMAN A REFLEXIONAR SOBRE DESIGUALDAD DE GÉNERO DESDE EL AULA
Las dirigentas sociales y gremiales hicieron hincapié en la necesidad de erradicar los estereotipos que surgen desde la educación inicial y que repercuten en el aumento progresivo de brechas en pruebas estandarizadas en adelante. Sólo avanzando hacia un sistema educativo que no discrimine, que potencie la igualdad de capacidades entre niños y niñas y que les permita desarrollarse según sus talentos, sin limitarlos de acuerdo a lo que deberían ser y hacer, se podrá construir una nueva sociedad.
Para ello, esgrimieron, es «fundamental un cambio en las prácticas docentes del día a día, la incorporación de métodos educativos innovadores e inclusivos; y la reflexión desde la educación inicial sobre las desigualdades de género en la sala de clases. A nivel de admisión, es necesaria la revisión y evaluación de mecanismos multidimensionales, que contribuyan a una mayor igualdad de género».
Los resultados de las mujeres en la PSU evidencian -además de los propios problemas de evaluación de la prueba- que el Estado de Chile tiene una demanda con la mitad de los estudiantes del sistema. Un legado que impacta, además, en las posibilidades de las mujeres de sumarse cada vez más a las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, desde donde han sido históricamente excluidas.
El año pasado, las cifras no fueron muy distintas, y los hombres marcaron un 88,71% del total de puntajes máximos, versus el 11,29% de las mujeres. Ante este escenario, la presidenta de la FEUC recordó, que pese a que disminuyó brevemente la diferencia entre hombres y mujeres en puntajes nacionales respecto a años anteriores, la discriminación sigue advirtiéndose en esta y otras áreas.
“La PSU también genera brechas socieconómicas y ha demostrado ser menos predictiva que el NEM y el Ranking sobre el rendimiento de los estudiantes en la educación superior”, recalcó.
Al cierre de la misiva, las dirigentas recalcaron tener la convicción de que se requiere un cambio y tendieron la mano a las autoridades para avanzar en esa dirección. «Llamamos a un compromiso transversal de todos los actores políticos de nuestro país para hacerse cargo de todas las grandes desigualdades que existen en nuestra educación», finalizaron.