Durante las últimas semanas, con frecuencia han aparecido en diferentes medios escritos, artículos o declaraciones concernientes al matrimonio homosexual.
Soy una mujer heterosexual y mis hijos parecen serlo también, por tanto el tema me podría ser indiferente. Sin embargo, me interesa (como ciudadana), porque no comparto la idea de que la discusión sea propia de minorías sexuales. Creo que valorar la diversidad en sociedad, es un ejercicio que potencia el civismo.
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Quizá deba aclarar que no tengo experiencia alguna, salvo algunas nociones que adquirí como estudiante durante un par de años en una facultad de pedagogía, pero desde una perspectiva personal en el proceso de crianza de mis hijos me pregunté ¿qué haría si alguno de ellos fuese homosexual?.
La pregunta surgió a partir de un hecho anecdótico. Vivo en Holanda junto a mi familia y durante unas vacaciones nuestro hijo que en ese entonces tenía menos de diez años, le presentó al papá, las mamás de una nueva amiga. Era la primera vez que nos enfrentábamos a una situación como ésta. El papá reaccionó con disimulada sorpresa, ante lo cual el niño con sagacidad le aclaró: «papá acá esto se puede, es normal»
Dejándonos llevar por la naturalidad y ausencia de prejuicios de nuestro hijo, compartimos algunos momentos de nuestras vacaciones con esta familia e intrigados por su actitud respetuosa, más tarde le preguntamos acerca de qué tanto sabía sobre el tema.
Pues bien, uno de sus amigos había asistido al casamiento de unas amigas de su mamá, y en primero básico en el colegio (privado, gratuito, perteneciente a una congregación católica*), había visto un corto que mostraba los distintos tipos de familias que por cierto, incluía las familias compuestas por dos mamás y dos papás.
Esto despertó mi curiosidad y quise saber más sobre el tema. Así supe que este material audiovisual formaba parte de los contenidos correspondiente a un programa transversal de «Salud sexual y Relaciones» impartidos entre la escuela, consultorios y otras instancias. Es interesante hacer notar que el término «relaciones» alude a las implicancias sociales del desarrollo de la sexualidad.
Abordar los tipos de familias en este contexto, es un contenido apropiado para niños que cursan lo que para nosotros es primero básico, porque se entiende que la escuela ejerce un importante rol socializador, por tanto debe garantizar que niños, niñas y su entorno más cercano, se integren efectivamente a la comunidad, por tanto acá, la escuela está dando una señal clara de acogida a toda la familia y a través de está acción, está promoviendo la diversidad.
Este enfoque nos sugiere que la sexualidad se intenta abordar en toda su complejidad, más allá del coito, de la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazo.
Por otra parte, esto no quiere decir que los niños accedan a información poco pertinente para su edad. En forma paulatina entre los contenidos curriculares, los libros que los niños leen en el colegio y en casa, van adquiriendo información y si alguno consigue algo más antes de tiempo existe un acuerdo tácito en el que los adultos a cargo, cautelan que esto no influya en los procesos de otros niños.
Es gracioso, pero en cuarto básico en muchos colegios a través de las actividades de la escuela, se les revela a los niños, dos situaciones que marcan la transición entre la niñez y la pubertad. Una, es el acto sexual y la otra es que St Klaas (viejo pascuero), no es quién les deja los regalos.
Como un ejemplo, comparto con usted un vídeo que muestra una lectura para niños pequeños.
El valor de este material radica solamente en que es una invitación para reflexionar, discutir o inspirar.