En Mendoza, estudiantes chilenos denuncian abusos de Carabineros

Rafaella y Juan Francisco tienen 19 años y están sentados en el corazón político de la Universidad Nacional de Cuyo. Forman parte de ese movimiento que ha reivindicado una vieja lucha: que la educación sea gratuita. Pero para eso, han tenido que cruzar la Cordillera a denunciar los atropellos del Estado de Chile y, particularmente, los abusos que está cometiendo Carabineros, principalmente contra las manifestantes chilenas.

Los jóvenes forman parte de un grupo de estudiantes universitarios, independientes de las agrupaciones políticas, que decidieron internacionalizar el reclamo de este colectivo que ha marcado la agenda del gobierno de Sebastián Piñera pidiendo una reforma sustantiva en las políticas educativas.

«Los medios de comunicación son manejados en un 100 por ciento por el Gobierno de turno. La estrategia es viajar para denunciar lo que estamos viviendo», explicó Juan Francisco.

Puntualmente, en la facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Rafaella y Juan Francisco denunciaron dos hechos que definen la respuesta del Gobierno chileno al reclamo masivo: Por un lado, la ley Hinzpeter, también conocida como ley de resguardo del orden público, aprobada recientemente y que sanciona cualquier tipo de manifestación social; por el otro, bajo el marco de esta norma, los atropellos y humillaciones cometidos por Carabineros en las marchas estudiantiles, principalmente, contra mujeres.

«Hay cosas que se reiteran, con el fin de desmoralizar a los compañeros que están en lucha. Son pan de cada día en las marchas; no sólo con menores de edad, también con ancianas, a compañeros y periodistas», aseguró Rafaella. Y sostuvo que a una estudiante de 14 años la patearon «en sus partes íntimas y la dejaron en el hospital durante dos días».

Las prácticas de una fuerza conocida por su tarea de represión en las protestas, dan cuenta de cómo ha recrudecido el conflicto universitario. Rafaella señaló que la situación parece haberse masificado: «Ponen sus miembros en chicas de 13 y de 14 años. Hacen desnudar a las mujeres, con el fin de deshumanizar la lucha», puntualizó.

Estas humillaciones perpetradas por la fuerza policial hacia los manifestantes -el colectivo abarca a estudiantes secundarios y universitarios- ha llegado a los diarios del mundo. La semana pasada, el caricaturista brasilero Carlos Latuff exponía esta práctica en una viñeta que repercutió internacionalmente y hasta el New York Times se hizo eco de la situación a partir de lo observado por referentes de Derechos Humanos en las sucesivas protestas en Chile.

En palabras de los estudiantes chilenos, con la ley antiprotesta, el gobierno de Piñera busca institucionalizar la represión hacia las manifestaciones masivas. «No es legal que a una personal la toquen o que te humillen en la vía pública por un derecho social como es la educación», cuestionaron.

«Una desigualdad sin dudas cada vez más violenta y una educación más privatizada, estos son los cambios que hemos tenido desde 2006», indicó Juan Francisco, estudiante de psicología que cuando se reciba, tendrá que pagar una matrícula de 2 millones de pesos chilenos.

«Nuestro modelo es desigual, hay una carencia tremenda, vivimos esclavizados de un modelo neoliberal que agudiza las contradicciones. Esa floreciente economía chilena que se ve es sólo el crecimiento del sector que tiene más dinero, que son la misma clase política y que son dueños de establecimientos educacionales. Por eso no nos quieren entregar la educación gratuita. Porque se están llenando de plata», concluyeron.

Por Maxi Quinteros