La misiva de Marina Ascencio, de 11 años, dirigida al rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, además de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá y de la propia presidenta Bachelet, abrió nuevamente el debate por la existencia de colegios dedicados sólo a estudiantes hombres o de liceos restringidos a la matrícula femenina.
En su carta, la niña sostiene que «quiero acceder a la educación del Instituto Nacional y encuentro que es injusto que solamente los hombres puedan dar la prueba y entrar a él». Además, siguiendo una contundente línea argumentativa, Ascencio recalcó que «tanto hombres como mujeres somos iguales en una manera intelectual, no inferiores ni superiores, sino que iguales».
Aunque desde el Mineduc le aseguraron que debe ser el sostenedor del recinto el encargado de pedir una modificación a su resolución de reconocimiento -para incorporar al género femenino- también señalaron que se requiere de infraestructura adecuada. Una medida que debe ser analizada y evaluada por el Departamento de Educación del municipio de Santiago, en conjunto con el rector del Instituto Nacional.
Por su parte, el rector de la institución valoró el gesto de la niña y su intención de abrir el debate al interior de la comunidad, aunque agregando que no hay que olvidar que «el proyecto educativo ha tenido éxito por 200 años».
La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) fue unas de las organizaciones pioneras en la instalación de la demanda por una educación no sexista. Así lo reconoce su vocero, Diego Arraño, quien señala que estos temas vienen siendo planteados hace años.
«Cuando hicimos una propuesta educativa, planteamos que queremos acabar con las lógicas patriarcales y machistas en la educación. Sabemos que estas lógicas de colegios para hombres y mujeres es parte de este sistema patriarcal», enfatiza, en conversación con El Ciudadano.
Para el vocero de la ACES, esta segregación sigue repitiendo los principios de una educación que aún excluye a sus propios estudiantes. «Nos parece que es inaudito e impensado tener colegios que segreguen según tu cuerpo. Esto porque, aunque dicen que ya no se va a segregar más en colegios emblemáticos por lugar de origen o pruebas de ingreso, siguen discriminando por tu cuerpo», explica.
Además, sostiene, el machismo no sólo se ve reflejado en la existencia de colegios para hombres y otros para mujeres, sino que también en los establecimientos mixtos. Específicamente, en la educación que se les entrega a los estudiantes.
LA EDUCACIÓN ES MEJOR CUANDO ES MIXTA
Uno de los principales cuestionamientos del dirigente secundario apunta a las lógicas que sostienen la existencia de colegios reservados para hombres o mujeres en pleno 2016.
«Estos colegios tienen lógicas conservadoras, con justificaciones ridículas, como que «así se concentran más» y al final siguen replicando un sistema patriarcal. Además, no sólo existe segregación entre hombres y mujeres, sino que también hay una mirada heteronormada, que establece que los hombres sólo pueden estar con mujeres», agrega.
En efecto, durante los últimos años, al interior de colegios emblemáticos de niños se han advertido diversos movimientos que apelan a evidenciar la diversidad sexual y a terminar con el silencio y la indiferencia sobre estos temas, con una mirada que aún resulta muy poco integradora para los jóvenes homosexuales, bisexuales o trans. Lo mismo ocurre en los establecimiento exclusivos para mujeres, donde son las estudiantes las encargadas de hacer visible su diversidad.
Manuel Sepúlveda es director de Políticas Educativas de Educación 2020. Desde su experiencia, «la educación es mejor cuando es mixta porque prepara de mejor manera para el mundo real. La educación tiene un rol socializador importante, juega un rol importante al entregar herramientas para enfrentarse ante la sociedad, que está compuesta de hombres y mujeres. El desafío es avanzar hacia una educación diversa y mixta en lo referente a género».
A la hora de analizar, señala, no hay ningún estudio que demuestre una relación entre la obtención de mejores resultados y colegios sólo para niños o niñas.
«Si pensamos la educación para desenvolverte en la sociedad, esta también se compone de equipos diversos, de hombres y mujeres, donde es necesaria la colaboración. Hay que entender que la educación no puede seguir siendo pensada como hace un siglo atrás, no se necesita de estudiantes silenciosos que escuchan de manera pasiva la voz del profesor. Nosotros creemos que los estudiantes deben ser más protagonistas de sus procesos de aprendizaje», argumenta el especialista.
EL DESAFÍO DE UNA EDUCACIÓN NO SEXISTA
Durante los últimos años, una de las demandas centrales del movimiento estudiantil a la hora de plantearse una educación transformadora se relaciona con la idea de ponerle fin al sexismo en las aulas. Una exigencia que requiere de una mirada integral, más allá del establecimiento de colegios mixtos.
«No queremos más colegios para algunos, sino colegios para todos y todas. Hoy la educación necesita un cambio de forma estructural», sentencia Diego Arraño. Y agrega que hablar de una educación no sexista se relaciona también con una nueva mirada curricular, que abarque la sexualidad de una perspectiva crítica.
Así lo explica el vocero de la ACES, desde su experiencia: «No puede ser que hoy las clases enseñen cómo ponerte un condón si los mismos preservativos vienen con instrucciones. Deberían enseñar no sólo de sexualidad en términos de autocuidado, sino también desde los afectos. La sexualidad no tiene que ser un tema tabú».
El director de políticas educativas de Educación 2020 también recalca que el sexismo de la educación no se solucionará por sí sola con tener colegios mixtos. La diversidad como riqueza en el aprendizaje es un elemento que hay que tener en cuenta y que debe ir recobrando protagonismo.
«Hay colegios que son mixtos donde se reproducen desigualdes de género con preconcepciones, tal como se piensa que los hombres tienen mayor resultados en matemática y las mujeres en lenguaje. Tienden a reproducir estas diferencias que luego se advierten en el Simce o la PSU. Si los colegios emblemáticos quieren ser referentes en la educación, deben avanzar hacia estos conceptos«, sentenció Sepúlveda.
El debate en cuestión enfrenta a la sociedad chilena a una pregunta relevante acerca del futuro de la educación: «¿Queremos que sea un espacio de reproducción o más bien un lugar donde los elementos culturales más arraigados de la sociedad comiencen a modificarse?», inquiere el investigador. He ahí la necesidad de integrarse al debate.