Mientras se rendía el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom), estudiantes de medicina se manifestaron contra los criterios de asignación de campos clínicos para las instituciones formadoras de profesionales y técnicos de la salud. En conversación con El Ciudadano, Enzo Rojas, presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina de Chile (Asemech), señaló que «la distribución y la forma en que se ha dado la asignación de campos clínicos ha sido bastante deficiente».
Según denuncian, la asignación responde a criterios de competencia y capacidad de compra, por parte de las instituciones educacionales, que aspiran a acceder a un Campo para la Formación Profesional y Técnica (CFPT) en el Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS). El mecanismo tendría como consecuencia el aumento de arancel de las carreras del área de la salud. «Son recursos económicos de las universidades, que al final terminamos pagando los estudiantes», apuntó el dirigente.
MECANISMO DE ASIGNACIÓN
El Exento 254 del 9 de julio de 2012 aprueba la norma general técnica y administrativa que regula la relación asistencial-docente y establece criterios para la asignación y uso de los CFPT de los servicios de salud. El texto especifica el procedimiento de asignación, que considera la elaboración de las bases técnicas en la red asistencial y la recepción de postulaciones elaboradas por las instituciones formadoras de trabajadores de la salud.
La comisión evaluadora aplica la tabla que contiene los criterios y puntajes para la asignación de los CFPT a cada una de las postulaciones presentadas, que luego se ordenan.
Sin embargo, la normativa establece un período de negociación de los aportes de cada centro formador con mayor puntaje, al plan de desarrollo institucional del servicio de salud y a su respectiva red asistencial. De esta forma, la asignación del CFPT se da a la institución que, habiendo obtenido un buen puntaje, represente un mayor beneficio para la implementación del plan de desarrollo institucional del servicio de salud, de mediano y largo plazo.
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«Se supone que los servicios de salud deberían seleccionar a aquellas instituciones con mayor puntaje, pero previo a eso, existe ese período de negociación, en el cual las universidades tienen la opción de presentar sus aportes. Si a los servicios no les satisface la propuesta, sencillamente eligen a la que viene en la lista. Por lo tanto, los criterios de asignación y el puntaje terminan valiendo nada y no son relevantes a la hora de seleccionar», explicó Enzo Rojas.
En este sentido, el dirigente ejemplificó con una situación ocurrida en la región de Valparaíso, que involucra al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar y a las universidades de Valparaíso y Andrés Bello. Según detalló, se estarían resignando los cupos consignados para el plantel estatal hacia la casa de estudios privada.
«Hay una competencia directa de recursos económicos que se le entregan al hospital Gustavo Fricke, para lograr conseguir cierta cantidad de cupos para los internados. Nosotros vemos que esto actúa en desmedro de los estudiantes, ya que son las competencias económicas las que van diciendo quién estudia y dónde», afirma, señalando además que situaciones como esta podrían «dar cabida ciertas transacciones por debajo de la mesa».
Cabe consignar que la normativa contempla el uso privativo de un CFPT, por parte de una institución educacional, así como un mecanismo de acceso preferente, cohabitación y proyectos asociativos.
NUEVO MECANISMO, PERO CON TRANSPARENCIA
Enzo Rojas adelantó que el Ministerio de Salud ha trabajado una propuesta para modificar el procedimiento, aunque descarta que sea una solución, porque a su juicio, no contiene las propuestas presentadas por Asemech y no fue conversada con ningún otro actor del sector.
En esta línea, el dirigente señala que aspiran a terminar con la competencia generada en el espacio de negociación entre los servicios de salud y las instituciones educacionales. El objetivo de los estudiantes es «que las asignaciones se elijan a partir del trabajo conjunto de los servicios de salud con la comunidad y que planteen sus necesidades en función de un perfil de egreso, que se acomode al servicio de salud particular».
Sin embargo, más allá de los resultados de una nueva norma, para el dirigente es fundamental generar un nuevo texto a partir del trabajo conjunto. «Creemos que la unidad del sector de la salud es lo más relevante a la hora de pensar una nueva normativa, que debe estar exenta de toda transacción económica, directa o indirecta. Creemos que la asignación de los campos clínicos debe ser a través de ciertos criterios, que den cuenta del compromiso de las universidades con la salud pública», comenta.
En tanto, Humberto Guajardo, decano de Medicina de la U. de Santiago, comentó en junio a El Mercurio que la ministra de Salud, Carmen Castillo, les había comunicado que «se generará un sistema donde más que las retribuciones económicas, se consideren otros factores. La idea es terminar con las licitaciones y pasar a asignaciones»