Durante esta madrugada estudiantes de distintas carreras del Ex Instituto Pedagógico decidieron tomarse el edificio de rectoría de la Universidad. La exigencia que los impulsa en esta ocasión es específicamente la democratización en la elección de los cargos directivos de cada carrera.
En primera instancia se movilizaron y levantaron el paro y las tomas en contra de la Carrera Docente que impulsa el gobierno, y en apoyo a los profesores movilizados. Paralelamente elaboraron un petitorio interno que incluye como demanda central la democratización, tanto administrativa como económica del plantel, ad portas de un claustro que desde el año pasado prometía ser para reformular los estatutos de la universidad, posibilidad que se ha visto peligrar a causa de las maniobras de las autoridades.
Actualmente se encuentran exigiendo un piso mínimo para bajar la movilización, encontrándose las negociaciones en un punto de inflexión donde los decanos y un sector de académicos se niegan a conceder la elección democrática, y por lo tanto con participación vinculante del estudiantado, de los directores de cada carrera.
Rectoría ha respondido que cada facultad decida en base a la discusión dada en sus respectivas instancias la posibilidad de que los estudiantes tengan una influencia real en la elección de los directores de cada carrera, dejando la decisión en manos de los académicos agrupados en los Consejos de Facultad, sector que resulta, en la mayoría de los casos, ser el más conservador de la universidad.
A lo anterior se suma que en los Consejos de Facultad solo tienen voto los académicos de planta, los que resultan ser un número reducido de docentes, y que en muchos casos ni siquiera realizan clases por encontrarse gravemente cuestionados por las malas prácticas pedagógicas que han llevado adelante a través de los años, sin contar que un gran número de ellos se encuentra “apernado” desde la dictadura, y muchos han sido ligados a casos de “sapeo” en aquellos años. Este grupo de “selectos” monopoliza el poder de tomar las decisiones dentro de la Universidad, amparados en el estatuto que al Peda le heredó la dictadura, y siendo los únicos que pueden participar en la elección de directores, decanos y del rector, entre otros cargos a los que pueden solo postularse ellos en su calidad de académicos de planta.
Con el paso de la exigencia a las facultades rectoría se desliga de la responsabilidad que hoy le exigen los estudiantes y propone un camino supuestamente más democrático, pero que no resulta ser nada más que la reafirmación de la estructura antidemocrática heredada por la dictadura que lo puso ahí como rector, así mismo como puso a los decanos y los directivos de la mayoría de las carreras.