Gabriel Salazar suma críticas por relativizar acoso en la Universidad de Chile

Era un secreto a voces que permaneció silenciado por muchos años, pero finalmente salió a la luz. Un reciente reportaje de El Mostrador abordó las múltiples denuncias las alumnas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile contra varios profesores por acoso sexual y la manera en que, sistemáticamente, la institución y los docentes intentaron encubrir estos hechos.

Además de evidenciar el esfuerzo de las y los estudiantes por poner fin a estas prácticas, los nombres de los historiadores se repiten en cada denuncia: por ejemplo, el del profesor Fernando Ramírez y el del ex director de carrera Leonardo León, así como de otros hasta ahora apartados de esta polémica, como Sergio Grez, Sergio Carrasco, Zvonimir Martinir y el difunto Jaime Massardo.

La denuncia realizada por la estudiante María Ignacia León motivó la aparición de más de diez acusaciones del mismo tono durante el primer semestre y la coordinación de los y las universitarias para crear un espacio que de cabida a estos testimonios, en lugar de silenciarlos en supuesto beneficio de la institución.

Pero dentro de lo que más llamó la atención en esta investigación es una polémica respuesta del historiador Gabriel Salazar, quien defendió a brazo partido a sus colegas de facultad.

Sin embargo, una de las declaraciones más polémicas al respecto fue formulada por el Premio Nacional de Historia y académico de la facultad, Gabriel Salazar, quien defendió a sus colegas y se refirió en términos despectivos a las denuncias de las estudiantes.

“Hay profesores que buscan más que una relación de amistad con las alumnas, pero a ellas (las denunciantes) yo las veo muy pintiparadas. Dando declaraciones de acá para allá. Yo no las vi muy destruidas psicológicamente. Los que sí están destruidos son los dos profesores acusados, Ramírez y León. Están jodidos», argumentó.

Además, el historiador recalcó que «yo no sé si un acoso estúpido da para la pérdida que se produjo por esto (la destitución de ambos). En la balanza es donde hay que ver”. Sus dichos provocaron molestia y rechazo en los y las usuarias de redes sociales, que cuestionaron la ceguera del académico -al cuestionar hechos que ya fueron constatados- y no mostrar ningún rechazo claro hacia otra expresión más de la cotidiana violencia contra la mujer en Chile.