Alrededor de las 13:30 horas se realizó en el frontis de la Iglesia de la Gratitud Nacional de Santiago una liturgia convocada por la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc). El acto se realizó en el mismo lugar en donde el pasado jueves 9 de junio un grupo de encapuchados sacaron desde el templo un Cristo y lo destruyeron en la vía pública.
Entre los invitados, dirigentes estudiantiles la mayoría de ellos, había uno principal, el sacerdote Mariano Puga, reconocido y querido por su trabajo en las poblaciones y defensa de los derechos humanos durante la dictadura. Sería el orador central. Habló también María Paz Cajas, actriz que en el contexto de una marcha estudiantil fue golpeada por una carabinera, agresión que le provocó finalmente un aborto.
«Miles de luchadores por los derechos humanos están clavados en esta cruz»
Antes de comenzar su intervención, Puga le pidió a todos los dirigentes que se pusieran a su lado, entre ellos Daniel Gedda de la Feuc y Marta Matamala de la Feusach. «¿Queríamos tener el Cristo roto, pero lo tiene la PDI», dijo el sacerdote apenas tomó el micrófono, y apuntando hacia una delgada y simple cruz de madera en la que se leía la frase Dios sacia el hambre de los pobres, comenzó a hablar.
«Con esa cruz marchamos por los jóvenes quemados, por Rodrigo (Rojas) y Carmen Gloria (Quintana). Esa cruz nos acompañó al Patio 29. Esa cruz es la que acompañó a los hermanos Vergara Toledo», dijo con fuerza Puga, a quien el golpe de Estado de 1973 lo encontró trabajando como párroco en Pudahuel y Villa Francia, donde fueron asesinados por Carabineros los dos jóvenes pertenecientes al MIR el 29 de marzo de 1985. El sacerdote fue detenido en 1974 y llevado al centro de torturas de Villa Grimaldi.
En una reciente entrevista con eldesconcierto.cl, Mariano Puga se refirió al cuestionado actuar de la Iglesia Católica en nuestro país. «Está mucho más comprometida con los poderosos de este mundo, aún la jerarquía. Yo creo que el fenómeno de la Iglesia de Osorno es uno más de los ejemplos dentro del conjunto: es una Iglesia que se genera a espaldas del pueblo, es una Iglesia que se genera a espaldas de a los que Jesús les dio el privilegio primero: felices ustedes los pobres, felices los limpios, felices los que tienen hambre y sed de justicia. Esos eran los primeros para Jesucristo. No son los primeros hoy día en la Iglesia», dijo.
Paseando su vista entre la humilde cruz y quienes lo escuchaban este mediodía afuera de la Gratitud Nacional, el sacerdote continuó su intervención. «Nos acompañó al funeral de cientos de víctimas de la dictadura. Hemos querido que esta cruz sea la que nos acompañe para las nuevas cruces que tenemos que asumir si queremos un nuevo Chile», señaló. «Ya sabemos cuántos miles de luchadores por los derechos humanos están clavados en esta cruz», finalizó Puga.
Daniel Labbé Yáñez