Un colegio que educa a varios niños con trastornos y que no supera los 35 estudiantes por sala de clases sufre la amenaza del cierre por parte del alcalde de La Florida. La clausura se extiende a 4 liceos de la comuna y afecta a 1.246 estudiantes. Las apoderados del Colegio República Dominicana se tomaron el colegio para que no cierre sus puertas.
Pocos días antes de navidad, el 20 de diciembre, los apoderados del Colegio República Dominicana de La Florida recibieron una carta firmada por Angélica Céspedes Cifuentes, secretaria general de la Corporación de Educación Municipal. La carta ‘afectuosamente’ les decía que la escuela sería cerrada debido a que “la baja sostenida de matrículas que ha experimentado el colegio por más de 10 años han hecho que los costos de mantención y funcionamiento del mismo se hayan vuelto imposibles de financiar”.
Al otro día, en la celebración de la navidad organizada por los apoderados, la escena fue una tristeza absoluta. El regalito de navidad del alcalde Rodolfo Carter argumentaba que además de las bajas matrículas, son los magros resultados en pruebas de estandarización como el Simce y la mala infraestructura.
El colegio ocupa casi una manzana completa en la villa O’higgins, a pasos de una estación del metro. Tras cruzar un amplio pabellón se llega al patio. Tras una cancha hay dos pabellones de salas de clases. Su antigüedad no supera los cinco años. El techo que cubre la cancha fue entregado en agosto pasado. Costó 49 millones. “Este colegio ni se movió para el terremoto. ¿Para qué hicieron entonces los pabellones nuevos?- se pregunta Eulalia Flores, vocera de los apoderados.
La escuela imparte entre kinder y 8º Básico a sus 266 alumnos, quienes no superan los 35 alumnos por sala de clases. El colegio fue fundado por los habitantes de las villas Santa Julia y O’higgins. Eso hace 47 años. Hoy un alcalde UDI sin mayores motivos lo quiere cerrar y las apoderados juran que lo defenderán con uñas y dientes.
DE 7 A 3 COLEGIOS
Carter tomó la decisión en octubre del 2012 apoyándose en que las corporaciones municipales de educación funcionan como entidades de derecho privado, pese a ser financiadas por recursos públicos,
La decisión el edil la justifica en “la crítica situación financiera del municipio y de la corporación”. Pero no sólo afecta al colegio República Dominicana. Sus planes son fusionar siete colegios en tres. Los 1.246 estudiantes de los colegios República Dominicana, Áreas Verdes, Villas Unidas y Cataluña están siendo obligados a reubicarse en otros tres colegios.
El plan es que el Colegio Cataluña será fusionado con el Colegio Sótero del Río; los colegios Villas Unidas y República Dominicana serán absorbidos por el colegio Marcela Paz, y el colegio Áreas Verdes será fusionado con el Colegio Cardenal Samoré. Todo esto sin inversión alguna en infraestructura en los colegios receptores de por medio.
“Ni siquiera nos preguntaron. Nos fusionaron con el colegio Marcela Paz, donde hay serios problemas de violencia entre los alumnos y consumo de drogas”- acusa Pamela, apoderada del colegio.
LOS APODERADOS DICEN NO
El 26 de diciembre funcionarios municipales llegaron con toldos y sillas para matricular a los niños del colegio en el Marcela Paz, distante varias cuadras y cruzando la Av. Américo Vespucio. En su mayoría mujeres, los apoderados, no las dejaron instalarse y terminaron en una marcha hacia la municipalidad.
Los funcionarios volvieron en la tarde del otro día y las apoderados las volvieron a echar. Isabel Rivera, presidenta del Centro de Padres, sostiene que “para nosotros fue un golpe muy duro. Nos mataron la celebración de navidad. Los niños preguntan por qué los tienen que cambiar de colegio. Ellos no entienden por qué se cierra su colegio”- cuenta Isabel.
El 27 de diciembre las apoderados decidieron tomarse el colegio. El abrazo de año nuevo se lo dieron dentro del colegio y sin destapar botella de champagne alguna. “Es que como es un colegio una de las reglas de la toma es que no puede haber alcohol”- señalan.
Recién el 2 de enero pudieron pillar al alcalde Carter en un concejo municipal que fue celebrado en la Casa de la Cultura. Tras escuchar durante una hora, los apoderados pidieron hablar de los colegios cerrados. “No alcanzamos a conversar 20 minutos y al alcalde le dio la pataleta, golpeó la mesa y se fue”- comenta Isabel, para quien ya son habituales estas salidas del edil.
En una ocasión le oyeron decir al alcalde UDI que “los niños que estudian en colegios municipales sólo estudian para ser empaquetadores de supermercado”.
NIÑOS CON INTEGRACIÓN
La decisión del edil no tomó en cuenta que el colegio República Dominicana atiende a 71 niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE), entre ellos una niña con síndrome de down.
El hijo de Carolina es uno de ellos. A sus 5 años fue rechazado en otros 3 colegios antes de llegar al República Dominicana. El chico tiene un retardo mental leve y se sospecha de un síndrome genético. Carolina lo trae todos los días desde Puente Alto, donde viven y el cierre del colegio significa para su hijo que pierda todo el 2013, debido a que los cupos de educación especial en los pocos colegios públicos que quedan son limitados y a esta altura del año no hay donde matricularlo. “Mi chico tendría que estar todo el 2013 sin ir a clases y recién el 2014 incorporado a un colegio de educación especial”- cuenta Carolina.
Irene es apoderada de un niño de 13 años. Según los médicos tiene artritis, epilepsia, cardiopatía congénita, cefalea crónica; todo consecuencia de una bacteria en la médula ósea. El año que pasó a Irene la llamaron varias veces del colegio y terminó en el Sapu o en el Hospital junto a su niño. “Como vivo a dos cuadras de acá, la cercanía es algo importante para mí. No podría llegar a tiempo para hacerme cargo del en momentos de crisis si es que viviera más lejos”- relata.
Otro caso es de Isabel, cuyo hijo de 5 años sufre de neurofibromatosis, enfermedad en la que el cuerpo autogenera tumores en los nervios. El chico debe pasar el año entre exámenes médicos y controles. “Lo atienden 12 médicos de diferentes especialidades”- cuenta Isabel, para quien vivir a 5 cuadras le permite cumplir con las visitas al médico y la educación de su hijo.
“Cuando llegó al colegio mi niño no hablaba nada – cuenta Isabel -. El fonoaudiólogo le enseñó a sumar y el abecedario. Mi hijo, pese a la enfermedad, aún no entra a 1º Básico y se sabe el abecedario, sumar y los colores y números en inglés. ¿Por qué Carter dice que es mala la enseñanza en este colegio?”
Para todas ellas que sean no más de 35 alumnos por sala es una cifra óptima para que sus niños aprendan. Si es que llegaran a irse a los otros colegios integrarían cursos con 45 alumnos en promedio.
VENDIENDO TERRENOS MUNICIPALES
¿Por qué Carter quiere cerrar el colegio?- se preguntan los apoderados.
Los rumores son varios. Susana Hernández, quien fuera concejal, sostiene que “la educación es un cacho para cualquier municipio y además Carter como está liquidando terrenos municipales a inmobiliarias en otros sectores de la comuna, lo más probable es que transfiera dichas dependencias al colegio”.
Así ocurre con la Dirección de Operaciones, ubicada en la calle Perú, la que está en un terreno que las inmobiliarias lo esperan con los dientes afilados.
Entre los apoderados los rumores están entre el interés en erigir antenas de celulares, convertir la escuela en un espacio para los adultos mayores de la comuna (“se los llevó a la playa y regaló como 5 mil cenas de navidad a los ancianos”- comenta una apoderada) y, para no pocos, es que quiere transferir los edificios del colegio a uno particular subvencionado.
Según lo que cuentan los apoderados del colegio Áreas Verdes, el queda justo al frente del hospital que se está construyendo, el alcalde Carter pasaría el terreno a privados para que hagan estacionamientos.
EL COLEGIO NO SE CIERRA
Por lo menos unos 70 apoderados están decididos a que el colegio siga en funcionamiento. Pese a que los profesores los apoyan, como están amenazados por sumarios y despidos desde la alcaldicia, su participación en la toma es más distante. El cierre de los colegios afecta a 94 profesores y 138 funcionarios.
Ayer lunes fue presentado un recurso de protección contra el alcalde Carter en la Corte de Apelaciones por parte de apoderados de los 4 colegios amenazados de cierre.
Hoy el colegio está tomado por los apoderados y ayer lunes 7 de enero salieron con un Tinku andino y música de trompetas junto a estudiantes de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) en un marcha por el barrio.
En Valparaíso, la mañana de este martes un grupo de apoderados se tomó la Escuela Diego Portales en rechazo al cierre decretado por el alcalde, también UDI, Jorge Castro.
Eloísa González, vocera de la ACES, participó en la actividad en La Florida y dijo que “por más que se intente acudir a instancias oficiales como el Ministerio de Educación o la municipalidad, no existe una intención de salvar la educación pública”.
Para el 19 de enero realizarán una peña a beneficio. Las puertas del colegio estarán abiertas para todo el público con la esperanza de que nunca se cierren.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano